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Unos suaves ronquidos se escuchaban en la habitación, las blancas sábanas adornaban dos cuerpos acurrucados. El sol radiante estaba pleno en el cielo, y los pájaros cantaban anunciando un buen día.

Katie se removió, necesitando más calor. Se acercó mucho más al cálido cuerpo desnudo que le abrazaba.
Suspiró al sentir más cómodidad y olfateó el cabello de la menor, que yacía casi inerte, dormida.
Sí que tenía un sueño pesado...

La Irlandesa abrió los ojos para acostumbrarse para salir de la somnolencia, pero no se movió de su preciada posición. Contempló a la joven acurrucada contra sí, si era adorable despierta, lo era aún más completamente dormida y siendo su cucharita pequeña.

Ayer había sido la primera vez de ambas. La iniciativa fue inesperada, pero ambas lo querían, lo habían deseado hace mucho.

Cuando Katie conoció a la joven y la vió inerte en la camilla de hospital, y esta mucho tiempo después despertó. Y vió sus ojos marrones... fue como ver un imán, un imán del que no quería escapar. Ella rechazaba el amor a primera vista, lo creía solo protagonista de los papeles que interpretaba. Le tomó por sorpresa totalmente sentirlo de lleno, pues no lo esperaba.

La ojiverde se enderezó lentamente, ahogando un quejido, le dolía mucho la espalda, sentía un leve escozor en su piel. Se sonrojó un poco al pensar lo que podría ser. Su movimiento hizo remover a su novia, que gruñó contra la almohada. Katie sonrió mirándola, parecía un cachorro al estirarse.

____ abrió los ojos, sintiendo  un par de cálidas manos en su cintura. Era tan cálida la sensación, que se acercó mucho más (si era posible). Giró su cabeza con los ojos entrecerrados, luchando contra el sueño, y apreció una sonrisa que le quitó el aliento.

Se enderezó, viendo a la mujer más hermosa del mundo, observándola primero. Abrió sus ojos de golpe, y le imploró a cualquier deidad que no fuera un sueño.

Katie al ver la boba mirada de la otra, rió y la apretó contra sí.

-Buen día -____ saludó con su voz ronca matutina- ¿Sigo viva?

-Buen día -la pelinegra asintió viendola curiosa- Si, ¿por qué?.

-Anoche creí morir de tantos orgasmos, y ahora despierto viendo a un ángel de ojos verdes -la joven habló contra el pecho desnudo de Katie, al acomodarse. Su sonrisa floreció cuando escuchó una alegre carcajada-

-¿Te leíste mis libros? -Katie la vió con suspicacia-

-Nope -la joven gruñó con diversión- Soy romantica por y para ti.

-Katie la miró alagada, aunque la respiración de su novia le hacía cosquillas en la piel- Curioso..., tú haces nacer algo así... en mi.

-La menor rió- Oh... ¡Qué bien!. Es bueno saberlo.

-Katie la empujó juguetonamente- Te recitaré algo que escribí.

-Te escucho -murmuró en un bostezo ____, saliendo de su escondite para mirar a su novia-

-Tus ojos son cafés..., ese café que provoca desvelos -Katie recitó con pasión; mientras la otra se sonrojaba furiosamente-

-No te vayas... -___ murmuró con pesar abrazando con fuerza a la Irlandesa-... Eso me encantó. Me encantas porque... yo...

-Katie la miró algo confundida- No me iré ____.

-Te amo Katie... -soltó la menor sin pensarlo demasiado- Lo hago... lo hago desde hace años, tan solo verte es... -la joven suspiró, creyendo haber pasado la línea de sensatez- Si tú... no lo sientes aún, está bien, yo esperaré lo que deba esperar... -comentó-

Tú y Yo (Katie Mcgrath y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora