Epílogo.

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Los años pasaron y los gemelos, estaban cada día más cercanos a la adultes. Katie suspiraba cada día, viendo a sus pequeños, no tan pequeños; ________ la imitaba pues no entendía cómo sus bebés hanían crecido tan rápido.

Pasaron de ser risueños niños que amaban estar con sus madres, a adolescentes algo rebeldes por el proceso del desarrollo, o al menos eso esperaban; ambas no sabían que más podían hacer para acercarse como antes a sus hijos.

-Quizás les moleste algo y tengan miedo de ser juzgados... -_______ presumió en voz alta, mirando a su esposa, quien asentía un poco de acuerdo con la idea-

-Cariño, si eso fuera cierto, al menos se lo mencionaran a alguien de confianza -Katie suspiró, terminando de lavar los plátos-

-¿Cómo quién? -______ preguntó ladeando la cabeza, tal como lo hacía Oisin o Copito. Katie al mirarla sonrió con tristeza-

Hace mucho ambos habían partido, cuando una noche de invierno infernal se desató, y buscaron con desesperación al Can y al pequeño Hurón, ambos yacían dormidos en un rincón. Ojalá fuera sólo dormidos, fue algo más allá de eso.

Oisin enfermó cuando los gemelos complieron 7 años, a tal punto que no quería comer, ni quería absolutamente nada; al llevarlo al Veterinario, este les dió la noticia de que su Perruno corazón no aguantaría mucho más. Debido a los años y a la edad, Oisin estaba en sus últimos días.

Ellas lo aceptaron, pero como les costó asimilarlo, por supuesto Katie fue la más afectada y ______ la entendía completamente. Lo que más les extrañó fue el comportamiento de Copito, el Hurón buscaba a Oisin todos los días, mientras Oisin lo ignoraba y se alejaba, no sólo de los gemelos, ________ y Katie, si no también de Copito.

Ambas asumieron que Oisin no quería ser visto así, y en su pequeña cabeza quería alejar lo más que podía el dolor de su pronta partida. El Hurón se deprimió, pero ellas no lo notaron.

No fue hasta la noche de aquella tormenta que, lo vieron, ambos partieron juntos: Uno por vejez y otro por dolor, el dolor del sufrimiento y no poder ver más a su amigo.

Desde esa vez, algo cambió en los gemelos, algo se apagó, ya no eran los mismos de antes, ellos amban a aquellos dos. Los extrañaban cada día, pero nunca lo mencionaron.

-Cuando haces así, me recuerdas a Oisin... -Katie acarició la cabeza de su Esposa, sonriendo levemente-

-_______ suspiró ante la mención del Can- Él nos unió, no hay día que no se lo agradezca, aunque ya no este -la menor estiró su mano para imitar a Katie, acariciando su canoso cabello, observando cómo los años habían pasado en ellas-

Una mucho más adulta Katie Mcgrath, pensaba que los años con sus Esposa han sido los más maravillosos, sólo le preocupaba ahora mismo la actitud de sus hijos. Tenía que hablar con ellos sin acabar en una nueva discusión.

-Saldré a correr, y hablaré con Alicia o Melissa para pedir un consejo -_______ se colocó una gorra de beisbol, y besó en los labios a Katie- Ya vuelvo.

Y sin más salió a correr. Katie suspiró, tumbándose en el sofá, un viejo Richard se acercó a ella, palmeando su hombro con cariño.

-Señora, si me permite opinar creo que ellos no han superado el duelo -opinó el hombre- Al menos no correctamente, sólo analice el comportamiento de ambos luego de la partida de Oisin.

-Katie meditó por un segundo y jadeó un poco ante los recuerdos del acontecimiento- ¿Cómo no lo vimos antes?

-Richard se encogió de hombros- Intentan ser las madres más comprensivas, que a veces pasan por alto algunas cosas, y es normal. No somos perfectos, además, es la primera vez que lidian adolescentes, eso es un poco intenso a mi parecer.

Tú y Yo (Katie Mcgrath y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora