capítulo cinco: dudas

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Los días pasaban de forma lenta, para él, tres días se habían hecho eternos, siempre estaba estudiando, ahora sus clases se habían intensificado, su propia abuela comenzaba a presionar un poco más con sus estudios, Lucerys en estos tres días no había hablado con Aemond en ningún momento, ese día estaba cansado traía unos cuantos pergaminos con él, estos acabaron por caerse cuando estaba cruzando un pasillo.

"Debe tener más cuidado mi príncipe" Sir Henry, había sido amable al recogerlos por él "deje que lo ayude se ve cansado" Lucerys asintió y camino con una sonrisa hacia el cuarto de su tío.

"Gracias" dijo cuando el joven caballero dejó todas sus cosas en una mesa circular que estaba cerca, dio una reverencia y antes de que salga su tío ingreso a la habitación, el caballero salió, cerrando la puerta.

Lucerys se dio la vuelta, no había hecho nada y estaba muy cansado.

"¿Qué hacía aquí?" La voz fría de su tío lo hizo estremecer.

"Solo me ayudo, fue muy amable" respondió de forma honesta.

"Ven aquí" ordenó Aemond pero el estaba muy cansado para jugar al esposo obediente.

"No, tengo sueño, si quieres ven tu" se colocó una camisa y un pantalón de lino y se dejó caer en la suave cama de plumas.

Los pasos de Aemond se escucharon hasta que llegó a la cama donde se sentó.

"¿Por qué siempre estas con ese caballero?" Pregunto Aemond comenzó a pensar que tal vez a Lucerys le gustaba aquel  caballero y eso no le gustaba.

"Es amable, además tu nunca estas, me hace compañía" Lucerys estaba demasiado adormilado como para mentir sobre eso, Aemond sabia que su sobrino tenía razón hasta ahora solo lo había besado para que Lucerys sepa que era de él y por el deseo que no sabía sentía hacia él.

Aemond miro a Lucerys odiaba a eso bastardo, lo odiaba por desearlo tanto, había deseado a Lucerys de distintas formas a lo largo de su vida, cuando era niños deseaba la atención de Lucerys, cuando le quitó el ojo deseo venganza por su ojo mutilado, en la cena deseo odiarlo con todas sus fuerzas, pero el verlo con otro hizo que un deseo diferente se instalará en él un deseo carnal y pasional, deseaba besar a Lucerys más que cualquier cosa, el solo mirarlo era el más puro deseo, Lucerys era hermoso eso tenia que admitirlo y se odiaba por desearlo tanto, era suyo pero a la vez no lo era, no hasta que Aemond tenga el valor de admitirlo y demostrarlo.

Aquella noche Aemond no pudo dormir, escucho a Lucerys quejarse en sueños, otra vez tenía pesadillas, desde hace días las tenía, tal vez la de hace tres días fue diferente a las otras, pero todas parecían tratarse de lo mismo, Lucerys siempre parecía estar calmando a un dragón, tenía curiosidad por preguntar pero tal vez la respuesta no le gustaría.

Los brazos de Lucerys lo rodearon, Aemond no supo como reaccionar pero no quería alejarlo, al contrario la calidez y la respiración de Lucerys lo ayudó un poco a calmar sus dudas, los sentimientos encontrados eran demasiados, lo único que sabía es que no quería que Lucerys se apartara de su lado y que nadie se lo quitara, menos un caballero cualquiera el podía ser mejor, a quien le importa si su madre quería que enamorara al hijo de Rhaenyra solo para usarlo a su favor, el lo haría pero para que Lucerys solo sea de él y no lo deje nunca.

Abrazó a Lucerys contra su pecho, antes empezar tenía que saber el motivo de sus pesadillas.

*****

Esa mañana fue un despertar distinto, el desayuno ya estaba servido y no había nadie más que ellos dos en la habitación.

"No quiero que haya tantas doncellas aquí, todas quieren mirarte y buscan la más mínima excusa para tocarte" Lucerys sonrió agradecido a él tampoco le gustaba mucho la atención de esas doncellas lo incomodaba.

"Bien ¿Por qué haces esto tío?" Preguntó cuando se sentó.

"Tenemos que hablar" Lucerys lo miró esas palabras nunca significaban algo bueno.

"Te daré el divorcio si eso es lo que quieres" Lucerys bajo la mirada con una sonrisa luego de ver la cara aterrada de su tío ante sus palabras.

Aemond estaba tan sorprendido y aterrado ¿de donde sacó Lucerys que el se quería separar?

"¡No! Digo no es eso lo que quería decirte" se acercó a Lucerys y este lo miró.

"No te preocupes tío le diré a las doncellas que retiren todas mi cosas hoy, te dejaré en tu habitación así te libras de mi" Lucerys volvió a bajar la mirada con una sonrisa y jugando con sus manos, una de estas fue tomada por Aemond quien lo hizo levantarse para luego sentarlo en la mesa y acomodarse entre sus piernas, besando sus labios de forma brusca, trató de seguir el ritmo del beso, colocó las manos al rededor del cuello de Aemond y jugo con su cabello, mientras esté seguía besándolo sin tener la intención de detenerse.

La puerta se abrió interrumpiendo la sesión de la pareja, Helaena entró aunque parecía más avergonzada que su hermano por lo que presenció, Lucerys bajo de la mesa y saludo a su tía, luego salió de ahí a cambiarse la ropa.

Cuando volvió a la habitación vistiendo los colores Targaryen, su tía ya se había ido y antes de que él pudiese hacer lo mismo, Aemond lo detuvo.

"Tenemos una conversación pendiente" Lucerys asintió y se sentó a su lado en la cama.

"Dime tío" Aemond lo miro, Lucerys sabía que no le gustaba que lo llamara pero de todas formas lo hacía.

"¿Qué pasa en tus pesadillas?" Pregunto, la pregunta dejó a Lucerys sorprendido y dudoso acerca de decirle, sería la primera persona en saber pero dudaba mucho que su tío esposo quiera saber que el era responsable o fue responsable de su muerte.

Miro a Aemond con duda no sabía que decirle por una parte deseaba desahogarse contándole a otro acerca de su sueño por otro lado no espero que la persona que lo mata en sueños ahora sea su esposo y le este preguntando, decidió que tenía tenía ser honesto.

"Te veo a ti..." Aemond espero paciente a que su esposo continúe, Lucerys lo miró directamente entonces volvió a hablar "A ti, matándome"

Aemond se quedó frío ante las palabras de Lucerys.

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Lucerys le dijo, como reaccionará Aemond.

Espero les guste<3

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