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capitulo nueve: promesas

Promesas, algo simple de hacer, todos hacían promesas, lo difícil era cumplir estas, Lucerys lo sabía, su padre Daemon siempre se lo repetía, siempre debía dudar de quien le hiciera una promesa, nunca se sabe si realmente podría cumplir con esta, por ello esa noche donde Aemond estaba actuando realmente raro, se limito a no decir nada cuando este se acero.

"Lucerys, se que estos días las cosas han estado, tensas..." eso era poco, todos estos días estar en la misma habitación era incómodo, los silencios era mucho peor que estar completamente solo. "Pero quiero que me prometas que me vas a creer"

Aquello era difícil, realmente difícil, decir que le iba creer ciegamente a Aemond, era un arma de doble filo, su esposo y tío podría decirle cosas que el deseaba oír, más no por eso eran verdad, de todas forma lo estaba confundiendo ¿De que deseaba defenderse?.

"Te creeré si dices la verdad, pero si no, no importa lo que hagas no lo haré, así que..." Aemond lo miró, realmente lo miro su mirada era desesperada "¿Tienes algo que decirme?" Lucerys espero paciente a que Aemond diga algo, aquello explicaría su comportamiento.

Más para su decepción Aemond no dijo nada, Lucerys se levantó y lo dejó solo, estos días debía prepararse, si había visto o había vuelto del futuro, su abuelo estaba a punto de morir, algo que todos esperaban, algunos como buitres y otros con tristeza.

******

Lucerys caminaba por los pasillos que daban a los aposentos de su abuelo, quería disculparse con él, por no haber estado con él, en el camino se encontró con Aegon, su tío mayor lo miró con pena, algo que lo dejó confundido.

"Si yo no soy libre, al menos tu si" Aegon dejó un papel en su mano y se fue, parecía estar ebrio, él no le dio importancia.

Su abuelo estaba alucinando, lo supo al verlo estirar el brazo a un lugar vacío, se acercó en silencio y tomó la mano que extendía.

"Abuelo" susurro, Viserys miro al chico y trato de sonreír.

"Mi dulce Luke" Viserys estaba confundido cuando escuchó a Lucerys pedirle perdón, pero con una sonrisa acepto todo.

"Ojalá pudiera prometer que seremos una familia unida abuelo" Lucerys jugó con el anillo en el dedo de su abuelo.

"Una...promesa...difícil" se esforzó por hablar Viserys, su nieto solo asintió "Me haces...feliz...solo por tratar" Viserys miró a su nieto, para nadie era sorpresa el amor que le tenía el rey a sus nietos.

Lucerys pasó un rato más ahí, cuando estaba por regresar recordó el papel que le dio Aegon, al abrirlo, vio que era un mapa, a un pasadizo, Lucerys lo siguió llegando a los aposentos de su tío Aegon.

"Así que viniste" Lucerys asintió y estaba preparándose para preguntar, cuando Aegon le dijo que haga silencio y lo siga.

Aegon lo llevo con una doncella, Lucerys pudo identificar a esta como una de las doncellas de la reina, extrañado miro a la chica de cabello oscuro.

"Mira Lucerys, se que nunca hemos tenido la mejor relación, pero no soy ciego, puedo notar las mirada que tienes para mí hermano, si bien nunca voy a entender bien el amor, se que no mereces esto, tal vez esto sea lo más valiente que haga en mi vida" Lucerys estaba confundido pero todo eso se fue cuando la criada comenzó a relatar lo que había escuchado.

Lucerys no supo si reírse hasta que su mente crea que es una broma o llorar en los brazos de su madre, en definitiva Aemond lo había tomado por ingenuo y como tal había caído en su juego, era un sentimiento nuevo, nunca había probado este tipo de dolor, a lo mucho sabía como se sentía el dolor físico, pero este iba más allá.

Se sentía vulnerable  expuesto, estúpido por pensar que su tío olvidaría lo mucho que lo odia solo porque sí. ¿Traicionado? Tal vez, el dolor de la traición hacia que su corazón se rompa,  ¿como podría creer algo de lo que Aemond diga cuando su tío Aegon aseguró haberlo escuchado estar de acuerdo? Lucerys no confiaba en Aegon, pero vio tanta sinceridad en sus ojos, tal vez todo esto se lo dijo porque estaba medio ebrio, pero el desespero se hizo notable en cuanto habló.

Salió de ahí, sin decir más que gracias, caminó por los pasillos perdido en su mente, al abrir la puerta de la habitación, no se fijo si Aemond estaba o no, solo entró y se acostó en la cama, sin ganas de hablar, ya con el lado derecho de la cara contra la almohada sintió las lágrimas mojando sus mejillas, lloró en silencio, con sentimientos contrariados.

Y así se quedó dormido.

*****

Aemond tenía una sensación rara en el pecho estaba inquieto, ingresó a la habitación donde encontró a Lucerys acostado al borde de la cama, se acercó a verlo, el niño tenía rastros de lágrimas en sus mejillas, Aemond sintió el terror llegar a su cuerpo, 'la verdad pronto se sabrá' había dicho su hermana cuando fue a visitarla.

Se sentó a leer un libro, siempre con la mirada fija en la figura que descansaba en la cama, cuando el sueño invadió su cuerpo, se acostó junto a Lucerys sin llegar a tocarlo.

Un movimiento brusco del lado contrario, lo hizo despertarse, sintió a Lucerys sentarse en la cama y ahogar un sollozo, Aemond quiso abrazarlo, pero algo le decía que su esposo rechazaría el toque suyo, así que en silencio se dedicó a observar porque se había girado para verlo.

Supuso que sus pesadillas habían vuelto, Aemond sintió su cuerpo temblar de solo pensar en ello, el recuerdo de lo que pasaban en estas eran algo en lo que no se permitía pensar mucho, el jamás pensaría en matar a Lucerys, pero que los sueños de este, mejor dicho las pesadillas sean así, Lucerys una vez entre su dormido le había hablado de los sueños de dragón, algún tipo de sueños proféticos que se daban en su familia por la sangre Valyria y le aterraba pensar que aquella recurrente pesadilla era eso, se mataría antes de hacerlo o mataría a quien quiera obligarlo a hacerlo.

Tal parece Lucerys sintió que estaba despierto, con esos ojos llorosos volteó a verlo.

"¿Creo que merecía la verdad de tu boca no crees? Tal vez eso me haría sentir menos ingenuo y estúpido" el cuerpo de Aemond se heló, su sangre caliente parecía volverse hielo cuando escuchó la voz furiosa de Lucerys y claro el sabía exactamente a lo que se refería.

Aemond desesperado quiso tocarlo, pero Lucerys se levantó de forma brusca y descuidada.

"No me toques, no quiero que me toques" Lucerys lo miró con llamas en su mirada estaba enojado y dolido.

"Lucerys por favor, deja que te explique" Aemond también se levantó y quiso acercase, con un gesto de manos Lucerys lo detuvo.

"Dime una cosa ¿aceptaste?" Aemond sabia que si mentía seria peor, después de todo Lucerys ya lo sabía.

"Perdón" fue todo lo que su esposo necesitó para salir de la habitación dejándolo solo y desesperado.

No sabía que hacer, el sentimiento lo estaba asfixiando, sitio miedo, miedo de perder a Lucerys para siempre, la respiración se le dificultó, salió corriendo pero Lucerys ya no estaba a la vista.

Había cometido un terrible error, todo por su madre.

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Siempre trato que Aegon no sea tan maldito en mis fics, él es quien arma el drama.

Espero que les guste<3