capitulo diez: No culpes al pasado

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Lucerys camino por los pasillos más oscuros de la fortaleza roja, sin tener rumbo alguno, no deseaba ir con su madre pues eso generaría más problemas, Jacaerys también solo armaría un drama e iría contra Aemond, no era lo que él quería, sin saber como llegó afuera del castillo, evadió a los caballeros y salió solo había un lugar al que podría ir donde se sentiría seguro.

Fue fácil esquivar a los dragonkeepers, aún más cuando Daemon les contó muchas veces como los eludió solo para escapar con Caraxes, caminó de cueva en cueva, hasta que llegó a la que pertenecía a su dragón, Arrax habría sus grandes ojos dorados hacia él.

Lucerys se abrazó a su dragón sintiendo el calor de las escamas quemar su piel, no le importaba mucho, lo único que eso haría es una marca roja que con las horas se vería borrada, sentía la calidez en el vínculo jinete–dragón, Arrax trataba de consolarlo, aquello lo hizo sonreír, su dragón se acomodó de manera que Lucerys quedara cubierto por el dragón.

Lucerys supuso que regreso muy tarde en la mañana pues Daemon lo esperaba parado en la puerta de la fortaleza, mientras estaba con la mitad de la ropa cubierta de tierra y parte de su brazo y cara estaban rojas por el calor de las escamas de Arrax.

"Las explicaciones luego, primero ve y date un baño" Lucerys asintió, Daemon lo dejo partir mirándolo preocupado.

Su comportamiento no era normal ¿Quien podría estarlo? Descubrió que su tío esposo solo buscaba usarlo para ganar el trono de su hermano, humillarlo y luego burlarse de haber sido tan ingenuo en pensar que el iba olvidar su odio solo porque si. ¿Lo peor de todo? Es que si pensó en aquello como una posibilidad y una ilusión, Aemond le gusta, todo de él, hasta podría decir que le gustaban, ahora se daba cuenta de que el sentimiento no era mutuo.

Ingreso a los aposentos encontrando la comida servida en la pequeña mesa, Lucerys notó que todo estaba intacto, Aemond no había comido ni bebido nada.

La presencia de su tío la sintió desde que entró, prefirió no hacerle caso, le indico a las doncellas que preparan un baño y cuando estuvo listo se metió a bañar sintiendo el agua caliente borrar cualquier suciedad de él, salió cuando el agua comenzó a enfriarse, se vistió y camino hacia la comida.

"Lucerys" para que mentir, Lucerys no quería escuchar palabras o explicaciones, pero contrario a ese pensamiento su corazón lloraba u gritaba por una.

No respondió solo se quedó callado, comiendo una manzana mientras esperaba que Aemond continúe.

"Yo...te odio, quiero decir cuando acepté el trato, te odiaba más que a cualquier otro ser vivo, me mutilaste." Lucerys se estremeció de rabia ante la última mención.

"Yo también te odie, por años viví atormentado en la culpa por lo que te hice. ¿Y sabes que logré? Nada, porque mi culpa no revierte lo que hice, no es que me arrepienta, tú estabas por matar a mi hermano, pero el odio o las cosas del pasado no son justificación para lo que haces en el futuro, yo te mutile, sí, lo aceptó pero si no lo hacia me habría quedado sin hermano, tú ibas a venderme a tu madre y abuelo ¿Por qué?¿Qué de bueno hay en ello? ¿Alguna intención detrás?¿Poner a Aegon en el trono? Yo te hice eso porque decidí salvar a mi hermano, tú haces esto porque te lo han ordenado."

"Si tal vez me lo han ordenado, pero también es para salvar a mis hermanos
de tu madre" Lucerys ahogó un jadeo indignado, su madre se había tomado el tiempo de escoger puestos en la corte para cada uno de sus medios hermanos, de acuerdo a sus habilidades.

"Con eso creo que me has dejado claro todo, tío, no te preocupes, el monstruo que es mi madre, te dejará vivo solo para que veas morir a tus hermanos" el sarcasmo fue bastante notorio en la palabras de Lucerys al igual que la molestia.

"No es gracioso Lucerys, tu la ves así porque es tu madre, no ves sus errores o de lo que es capaz" Lucerys se volteó a verlo, Aemond por primera vez vio aquella mirada fría y dolida en los ojos de Lucerys.

"Tienes razón, mi madre es tu monstruo porque así es como te la mostraron, no planeo hacer que cambies de parecer, pero deberías mirar mejor a la madre que tienes antes de hablar de la mía, después después todo no fue a mi a quien pidieron tal atrocidad" Lucerys salió de la habitación dejándolo solo, pensando en lo que había dicho.

*****

Cuando Aemond había visto entrar a Lucerys el alivio lo envolvió casi de inmediato, no supo cuanto le preocupo no ver a Lucerys hasta que este apareció y es que con tantas cosas pasando en la castillo le daba miedo que pudieran estar vigilando a Lucerys para matarlo.

En un principio había planeado explicar lo que había pasado pero para ser sinceros aquello no tenía explicación ni excusa válida, pues como Lucerys lo había mencionado el solo seguía ordenado de su madre y abuelo.

Parte de él sabía que Lucerys tuvo razón en algunas cosas, su madre siempre había pintado a Rhaenyra como la mala del cuento y ahora se daba cuenta que probablemente este no era un cuento feliz, era solo un cuento donde todos tienen versiones de lo que pasa, donde todos viven situaciones distintas, víctimas de las circunstancias.

Lo único que deseaba es arreglarse con Lucerys no soportaba la mirada fría, distante y dolida que Lucerys reservó para él desde ayer, tampoco le gustó sentirse tan alejado de Lucerys que nunca.

Era extraño cuando aceptó aquel trato no pensó ni por un segundo que podría desarrollar algún sentimiento por Lucerys que no fuera odio, repulsión o resentimiento, pero ahí estaba añorando un abrazo del chico, no podía descifrar sus sentimientos siempre había sido muy complicada esa parte de él, pues sabía que acabaría perdiendo si lo hiciera.

*****

Lucerys se detuvo en el campo de entrenamiento donde veía a Daemon pelear con Joffrey, un dolor agudo se asentó al lado de su ombligo ardía mucho

Se alejó un poco para quitarse el jubón, lo que vio lo dejó más aterrorizado, ayer sus pesadillas se sintieron aún más reales casi como otra piel.

Ahora estaba mirando la marca de un gran diente clavada junto a su ombligo, estaba en shock, realmente esperaba que sea solo producto del estrés y la desesperación, alguna alucinación creada por su cerebro para distraerlo, aunque dolía mucho y se sentí muy real.

Recordó leer un día sobre los sueños de dragón, solo esperaba que no fuera eso, 'estaré bien' se repitió es solo tu cerebro mostrando en forma física el dolor, lo curioso fue que ya en la noche aquella marca había desaparecido de su piel, sin dejar cicatriz como si nunca hubiese estado ahí, Lucerys decidió que tuvo mucho ese día y se durmió antes de poder ver a Aemond nuevas.

🔥

Los dientes de Vhagar justo en la mitad del cuerpo de Lucerys.... 😰

Drama, drama, ya me hacia falta drama.

Espero que les guste <3

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