Capitulo catorce: ¿Amor o Lealtad?

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Había algo en ese día que no le daba confianza, a pesar de que el sol brillaba y se colaba a la habitación por las cortinas abiertas, una pesadez en el aire que no sabía explicar una que alteraba su corazón y sus sentidos.

La mano de Aemond aún tomaba la suya, Lucerys miro sus manos unidas y luego solo al que era su esposo, el cabello plateado estaba desordenado en las almohadas y le caí por el rostro, sabía que aún no podían confiar plenamente en el otro, ambos fueron criados de forma distinta, pero si algo compartían era el amor por la mujer que les dio la vida.

Suavemente soltó su mano y salió de la cama, se paseo por la habitación, observando todos los pequeños detalles, en momentos como este le gustaría estar en Dragonstone, entre el silencio de las paredes, rodeado del olor de humo y la sal de mar, en lugar de escuchar lo ruidoso de King's landing, tal vez estaría en estos momentos con Jace en el jardín de Aegon, o entrenando en la playa, tal vez volando sobre Arrax.

Todo esto no era más que agobiante, quería a Aemond, pero King's landing no le daba ni paz ni seguridad, y el día que esperaba evitar se acercaba con rapidez, su abuelo, estaba cayéndose a pedazos y revolcándose en el dolor y la inconsciencia.

La puerta se abrió asustándolo, pero se tranquilizó al ver a un miembro de la guardia real, se inclinó ante él, antes de hablar.

"Príncipe Lucerys, su madre, quiere verlo en sus aposentos." El joven asintió, busco algo que podía ponerse sin ayuda y salió a ver a su madre.

Saludo a Ser Steffon antes de adentrarse en los aposentos de su madre, donde estaba toda su familia reunida.

"Madre" Rhaenyra le hizo un gesto otra que se acercara y tomará asiento junto a Jacaerys.

"Luke, llegó una carta ayer por la noche. Lord Corlys ha solicitado tu presencia inmediata en Driftmark." El peso de la responsabilidad cayó en él, supuso que eso pasaría, Lord Corlys desde que era un niño le repitió que Driftmark era suyo, su derecho.

Aun así no sabía si algún día estaría listo para asumir tal responsabilidad, pero nadie está listo, todos hacen su mayor esfuerzo, su madre siempre dijo que los iba ayudar y tanto él como Jace habían recibido casi la misma educación.

"Luke sabes que siempre te apoyaremos" dijo su madre con una sonrisa, él lo sabía "El deber siempre es primero" por deber había hecho todo, desde aquella cena, solo esperaba que su matrimonio haya sido algún tipo de venda en la herida, aunque nuca se podía confiar.

"Supongo que debo irme" respondió Lucerys tomando un poco de jugo.

"Deben irse" corrigió Daemon, claro no podía dejar a Aemond aquí, pero tampoco estaba muy seguro de que este quisiera ir. "Eres el heredero, nadie en el reino espera que vivas aquí, solo porque tu esposo no quiere pasar un mal recuerdo." Lucerys asintió, era un punto válido.

*****

Cuando despertó Lucerys no estaba y cuando preguntó por su paradero, le dijeron que estaba en el área de los aposentos reales, y que fue llamado por la princesa Rhaenyra, el torreón de Maegor, su madre nunca se había sentido cómoda usando los aposentos de la difunta reina Aemma, por lo que sus aposentos eran un poco apartados de los del rey, asimismo los de ellos se habían visto alejados también.

Cuando Lucerys volvió era casi la mitad del día, Aemond solo lo miró, parecía un poco serio, aunque tenía esa mirada de querer decirle algo, que no se atrevía.

"¿Qué pasó?" Preguntó en tono bajo, mientras tomaba un libro, debería estar abajo en el patio de entrenamiento pero no tenía ganas, además de que la curiosidad por saber que sucedía con Lucerys era más.

"Ayer en la noche llego una carta." Lucerys evitó su mirada. "Fui llamado a Driftmark" Fue entonces que lo miró.

Aemond sabía bien lo que eso quería decir, Lucerys comenzaría a hacerse cargo con sus deberes, por ende tenía que ir a vivir en el palacio de High Tide, no era difícil saber el porqué se lo decía, eran esposos, sin embargo aún estaba su Madre y tal vez era por eso que Lucerys estaba nervioso.

¿Su esposo o su Madre?

Lucerys se iba ir, no importa que diga Aemond, era su deber con su familia y con su casa, y como esposo el tendría que estar ahí para apoyarlo y protegerlo.

Mientras su madre seguiría confinada a este palacio con su padre, donde su única salida o felicidad eran ellos, Alicent podría ser todo y tan mala como el mundo quiera verlo, pero era su madre, la única que mostró una pizca de preocupación por él, a quien también juro proteger, luego estaba su hermana Helaena y sus sobrinos, el mismo Aegon, si se va con Lucerys sería dejar a toda su familia.

No era una decisión tan fácil, no cuando su corazón y lealtad estaban divididos, por un parte que ir con Lucerys pero otra le pedía quedarse.

"No te estoy pidiendo nada, solo tenias que saberlo, Daemon dice que deberías venir conmigo pero se que no puedo obligarte a eso." Doncellas ingresaron y en silencio comenzaron a meter las cosas de Lucerys en baúles y los iban sacando.

Un recuerdo de hace días atrás volvió a su mente, Lucerys cambiando de habitación para alejarse de él, sabia que esta vez no era su intención pero se sentía del mismo modo, aunque no podía decir nada, su madre siempre dejó en claro que el deber era mucho más importante que cualquier otra cosa en la vida.

Lucerys solo cumplía su deber y no era su culpa, si tan solo su madre dejara sus ideas de querer el trono, podría tomar sus cosas e ir con Lucerys, pero alguien tenía que protegerla de la muerte, si Rhaenyra esta aquí cuando el Rey muere, no le gustaría que sea culpada de traición y tener que ver y ser cómplice de su muerte. ¿Qué clase de hijo sería si no proteger al menos de la muerte a su madre?

Lucerys no confiaba en su madre y tenía motivos para ello, Aemond no confiaba en Rhaenyra pero sabía que podría abogar por sus hermanos y madre, si los planes que hacían se llevan acabo, porque Lucerys no permitiría que los maten.

"¿Aemond?" La voz de Lucerys lo saco de su mente se había perdido tanto que no estaba comiendo.

"¿Me decías algo?" Preguntó queriendo saber si su esposo le estaba hablando, Lucerys asintió.

"Estaba diciendo que iré en barco, con Arrax siguiéndome, mañana a primera hora" al menos tenía un poco de tiempo antes de que decida, podría dormir un día más con Lucerys y tal vez encontrar la respuesta a su problema.

"¿Sabes porque te citaron?" Lucerys asintió, y le entregó la carta, el sello del Señores de las mareas estaba al final del pergamino, decía que ahora que los peldaños de piedra estaban resguardados por la flota Velaryon, él y Lucerys podrían dedicarse a preparar a este para que asuma el mando de Driftmark cuando llegase el momento. También hubo algo escrito dirigido a Jacaerys donde se invitaba a su sobrino a pasar un tiempo con ellos antes de que se asiente en Dragonstone.

"Lucerys..." Su mano fue tomada por su esposo.

"Mira el lado bueno, al menos sabes donde voy a estar." Pero el no solo quería saber, quería estar con él, Lucerys le dio una suave sonrisa, antes de volver a comer, aún así Aemond no podía quitarse de la cabeza la decisión que tenía que tomar.

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Ya se nos va ir Viserys, así que veremos que hacen los negros y los verdes. Mientras Aemond sigue en un debate constante.

Espero que les guste<3

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