Estaba sola por fin en mi habitación, ayer por la mañana me habían dado el alta en el hospital así que a medio día había llegado a casa, mis padres pidieron permiso en sus trabajos para estar conmigo todo el día y hoy debían cubrir ese tiempo. Maite estaba en clases, mis padres trabajando y yo no tenía nada que hacer hasta las tres de la tarde.
Me agache bajo la cama y saqué una vieja caja de madera, al abrirla encontré las fotos que con el tiempo he revelado, elegí seis de las que más me gustaban y las meti en un sobre que guarde en mi mochila junto a mi cámara; me di una ducha y me quedé esperando hasta que diera el momento de poder visitar a Cinco.
¿Qué estará haciendo en este momento?
...
Narra Cinco.
Recibí el golpe en el estómago y en seguida sentí un fuerte dolor en mi cadera en el lado izquierdo; Diego me sonrió triunfal pues me había hecho caer al suelo.
—Muy bien, Número Dos —papá me miró—. Es decepcionante viniendo de ti, Número Cinco.
Diego y yo volvimos a nuestro lugar en la fila, al caminar cojeaba pues el golpe en la cadera no fue el único que recibí.
—Auch —Klaus rió.
—Cállate.
—Temo decirte que Diego se siente orgulloso —me susurro.
—No le durará mucho.
Por ahora Diego podía sentirse como un dios si quería, me daba igual, estaba de muy bien humor a pesar de anoche no haber dormido más de una hora; me había quedado despierto terminando el cuadro y quedé muy satisfecho con el resultado. Aún así estaba recintiendo el no haber dormido y que papá adelantará la hora de entrenamiento.
¿Por qué lo hizo?
—No tendría que darles explicaciones, sin embargo me gustaría saber si saben por qué el entrenamiento es a esta hora —dijo como si leyera mi pensamiento, nadie respondio—. Me he enterado que uno de ustedes ha estado metiendo a un intruso a mi casa —cerró de golpe su libreta—, no es así, ¿Número Cinco?
—Yo no he estado metiendo a nadie.
Y era verdad, TN entraba sola y por su voluntad, si nos poníamos a pensar.
—Me han informado otra cosa.
Las piezas encajaron rápidamente, Diego no le había dicho que pintaba, en cambio le dijo sobre TN.
—Toma esto como una advertencia, vuelve a hacerlo y el castigo será severo y tus hermanos al igual por cubrirte. Váyanse ya.
Salimos del gimnasio, yo aún cojeaba y escuche la leve risa de Klaus. Todos venían siguiendome y sabía que seguirían haciéndolo hasta mi habitación.
—¿Qué? —dije cuando entre.
—Nos metiste en problemas, idiota —Allison casi escupió.
—Bueno, si Diego hubiera cerrado la boca —murmuró Klaus.
—Cállate, inútil —gruñó Diego.
—No se enojen —Vanya trató de mantener la paz—, al final todos decidimos callar esto.
—Pero... —Luther interrumpió a Allison.
—Somos un equipo, es lo que hacemos, ¿recuerdan?
—Bien, lo siento por causarles problemas —puse los ojos en blanco.
—Y seguirás metiéndonos en problemas —Allison bufo señalando la ventana.
TN terminaba de subir las escaleras de incendios, sonrió cuando le abrí la ventana y ella entró, mirando apenada al resto de personas presentes.
ESTÁS LEYENDO
La fuerza del corazón || CH
Fanfiction¿Qué tan fuerte puede ser un corazón? Ese que late casi 100 veces por minuto, ese al que culpamos por enamorarnos y al que tratamos de cuidar de que no lo rompan. -¿Por qué no me lo dijiste antes? -Miedo. ¿Qué tanto podría soportar antes de quebrars...