Capítulo 6

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Finalmente el día llegó, no tardaron mucho cuando Syrax y Vermax aterrizaron cerca de la Fortaleza Roja, los príncipes pudieron ver a Vhagar descansando en el patio más lejano, era imposible no ver algo tan grande dormido pacíficamente rodeado de huesos quemados y arbustos aplastados. Sabían que un dragón tan grande no podría estar en Dragon Pit, así que se quedaba aquí al aire libre durmiendo la mayor parte de su día.

- Bienvenida princesa y príncipes, espero hayan tenido un buen viaje  - dijo Aemond haciendo que Rhaenyra y los pequeños mirase a Aemond, el Rey sonrió al ver los rostros de admiración de los niños hacia su enorme dragón.

- Así fue su alteza - dijo Rhaenyra obligándose a ser amable aunque quisiera arrancarle el otro ojo al joven Targaryen.

Daemon quien estaba al lado de Aemond llamó a los niños para un abrazo. Jace decidió permanecer al lado de su madre ignorando a su padrastro.

- Por favor, podemos hablar mucho mejor en la sala del trono para mayor privacidad - dijo Aemond girando sobre sus talones.

Todos lo siguieron en un silencio bastante  incómodo.  Jace se preguntó si podría apuñalar a su tío mientras este caminaba de espalda.

Cuando llegaron finalmente a la sala del trono, Aemond tomó su lugar sobre el trono de hierro y Daemon se situó a los pies de éste, permaneciendo con una postura recta con su brillante armadura.

- Bien, sin más rodeos - dijo Aemond.  - Tengo un trato para ustedes, como sabrán Daemon mi mano, pronto se convertirá en mi Rey Consorte, de esta forma su matrimonio contigo quedará disuelto.

Jacaerys abrió mucho sus ojos con asombro y apretó la mano de su madre, habían detalles que ciertamente no habían sido dichos al joven príncipe. ¿Cómo Daemon podría traicionarlos de esta manera?

- Deseo tener paz en nuestros reinos, te concederé Dragonstone para ti y tu familia y conservarán todos sus títulos, incluso nombraré heredero al trono a Aegon, tu hijo con Daemon, a cambio de que no interfieran en mi reinado, es algo tan simple.  - Dijo Aemond.

- ¿Y si no? - preguntó Jacaerys ya que su madre no hablaba.

Aemond sonrió con maldad - Si no, mataré a cada ser vivo de Dragonstone yo mismo, incluyendolos.

- Necesito tiempo para pensarlo - dijo finalmente Rhaenyra. - ¿Qué me hace pensar que cumplirás tu parte del trato?

- Como muestra de mi buena voluntad - dijo Aemond sin dejar de sonreír  - ¡Guardias!

Los guardias inmediatamente abrieron las puertas y trajeron aún hombre encapuchado quién se movía y parecía furioso por ser llevado de esa manera.

- Con ustedes, el príncipe Lucerys Valaryon  - dijo Aemond sonriendo.

Las caras de todos se asombraron cuando los guardias levantaron la capucha revelando al joven príncipe sano y salvo.  Rhaenyra inmediatamente corrió hasta su hijo y lo abrazó, las lágrimas no tardaron en llegar, repartió besos por sus mejillas y cabeza repitiendo una y otra vez un "lo siento" "estás vivo"

Daemon incluso perdió la compostura al ver a su hijastro vivo. Aemond tendría mucho que explicar.

- Vhagar mató a Arrax, eso no lo pude arreglar pero unos pescaderos encontraron a Luke y decidí traerlo aquí para que se recuperara - dijo Aemond. - De nada.

Rhaenyra sin dejar de abrazar a su hijo y aún con lágrimas en los ojos, miró a Aemond.

- Puedes volver con Luke, si aceptas mi trato de lo contrario se quedará aquí conmigo - dijo Aemond con los ojos fijos en su sobrino. - Le encontraré un buen lugar para él.

- No - dijo de inmediato. - Necesito que me digas que harás con el reino si renuncio a la corona.

Aemond entrecerró su ojo y se levantó del trono de hierro - Bien hermana, primero casarme con Daemon,  luego deseo reconocer a Aegon III como sucesor, tratados de paz entre los reinos, tengo muchos planes positivos para todos, nadie muere a menos que lo desee.

- Es lo mejor - habló Haleana quién nadie había visto entrar - Aemond puede ser un idiota pero traerá prosperidad a los reinos.

- Gracias hermana, aunque me ofende un poco  - dijo Aemond mirando a su hermana quien le sonrió dulcemente.

Rhaenyra lo pensó por un momento,  renunciar a su derecho de nacimiento para que su familia continúe con vida en Dragonstone.

- Además de ofrecerte un lugar en el concejo - dijo Aemond.

- Madre, no quiero que mueras - dijo Lucerys luego de estar tanto tiempo en silencio  - Aemond no quiso matarme.

Aemond se tensó visiblemente.

- ¿A que te refieres? - preguntó Rhaenyra.

- Él me perseguía pero solo quería asustarme, Arrax no me obedeció y atacó primero, creo que eso hizo enojar a Vhagar.  Aemond trató de detenerla pero no obedeció y mató a Arrax, lo escuché madre.

- Pero los dragones obedecen a sus jinetes... - Rhaenyra lo tomó del rostro  - Seguro te golpeaste la cabeza, eso no es posible.

- Madre, nosotros no controlamos a los dragones  - dijo Lucerys.

Rhaenyra y Aemond tuvieron un pequeño deja vu, él mismo había dicho eso hace unos días y Rhaenyra recordaba que su padre había dicho lo mismo muchos años atrás.

- Bien, si lo que dices es cierto. Juro renunciar al trono de hierro mientras tu mantengas tu palabra yo haré lo mismo. - dijo Rhaenyra. - De igual forma, acepto que Aegon III sea heredero al trono.

Aemond sonrió, había ganado algo tan fácil sin necesidad de ir a la guerra como su abuelo Otto Hightower deseaba hacer.

- Pero no puedes casarte con Daemon,  nadie lo aceptaría, el septop se negara a bendecir su matrimonio.

- Tengo una forma de convencer a las personas de hacer lo que quiero - dijo Aemond simplemente.

- ¿Que harás con Alicent y Otto Hightower? - Jacaerys preguntó molesto, esas eran las serpientes principales.

- Mi prometido me ofrece la ejecución pública pero aún no lo he decidido, como sabrán mi hermana ama a su madre y abuelo, mi hermano es indiferente al respecto.

- Comprendo que hará lo mejor para el reino mi rey - dijo Rhaenyra. Ella miró por última vez al que pronto sería su ex esposo y asintió  - Le deseo suerte en su reinado, siempre puede contar con nosotros como espero su apoyo a que mi hijo Lucerys sea heredero de Driftmark.

- Le aseguro que tiene todo mi apoyo, como su hijo Jacaerys heredará Dragonstone. No me olvido de Viserys, pronto encontraremos un lugar digno de un príncipe como él  - Aemond dice.

Rhaenyra asiente - Ahora que todo a quedado claro, espero poder regresar a Dragonstone y atender mis deberes como su princesa.

Aemond asintió  - Por supuesto, espero sea un buen viaje. Les escribiré cuando Aegon tenga que venir para prepararse para ser Rey.

Rhaenyra asintió y dio la vuelta para retirarse, sus hijos la siguieron de inmediato aunque no les parecía todo esto, era mejor que ir a la guerra y perder miles de vidas por la causa.

- No me informaste de esto  - dijo Daemon de inmediato cuando se encontraron solos, incluso Haleana había abandonado la sala hace tiempo.

- Pero todo resultó bien, tengo el trono, hay paz y tu querida familia estará a salvo mientras mantengan su juramento  - dijo Aemond acercándose a su prometido.

Daemon suspiró - ¿Algo más que ocultes?

- Por el momento no, redecoraré el palacio, parece más un lugar para Hightower que la fortaleza roja que siempre fue. Además de los preparativos para nuestra boda - dijo sonriendo.

Daemon suspiró, por un momento había olvidado que estaba atado de por vida al joven Targaryen, no era tan malo como lo imaginó sin embargo había algo oscuro en el joven Rey. Además de romper sus votos con Rhaenyra, ella quién siempre sería su gran amor, renunciaba a ella para siempre.

Dragon's Blood (Daemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora