De madrugada finalmente Aemond pudo cerrar sus ojos y descansar, por supuesto que no fue mucho solo durmió tres horas cuando el sol iluminó todo King's Landing.
Pero no fue la luz que se colaba en sus aposentos lo que lo despertó si no el alboroto fuera.
Rápidamente se vistió y corrió dónde estaban reunidos los guardias y sus hermanos, la habitación de Heleana.
- ¿Que ocurrió......? - la pregunta quedó en el aire cuando finalmente se adentró a los aposentos de su hermana.
Las manos de Aemond temblaron al ver a sus sobrinos en el suelo rodeados de un charco de sangre, junto a ellos estaba Jaehaera temblando del miedo sin apartar la mirada de sus hermanos muertos, la pequeña niña parecía estatua.
- Los mató... - susurró.
Aegon estaba mirando a Heleana llorar abrazada a los pequeños cuerpos sin siquiera importarle manchar su vestido y su piel de sangre, lloraba y gritaba aferrándose a sus cuerpos. Aegon parecía en shock sin poder creer lo que estaba frente a sus ojos con un rastro de lágrimas en sus mejillas, al igual que Jaehaera quién no parecía tener emoción alguna.
Daeron le entregó un papel a Aemond quién lo tomó aún con manos temblorosas.
"Un pequeño incentivo para que te rindas. Mataste a Rhaenyra y a mis hijos adoptivos, nunca te lo perdonaría, hijos por hijos"
Aemond arrugó el papel enojado, sin siquiera darse cuenta que algunas lágrimas habían salido de su ojo.
Heleana levantó la mirada y se encontró con Aemond. - Lo prometiste... ellos no llegarían aquí - dijo entre dientes sin poder contener sus lágrimas.
- ¿Quién hizo esto? - preguntó Aemond - ¿Dónde estaban sus guardias?
- Fueron comprados con monedas y se largaron luego de hacer el trabajo - dijo Daeron. - Fue Daemon.
Aegon lo miró por primera vez, había rabia, tristeza y furia en su mirada. - ¡Esto es tu maldita culpa! - gritó - Si no hubieses traído a ese imbécil aquí y perdonado la vida, mis hijos segurían vivos!
Aemond no respondió. Aegon tenía razón.
Cregan entró a los aposentos y miró a Aemond - La princesa Rhaenys viene en camino junto a Baela y Rhaena en sus dragones, están a nada de llegar al puerto.
Como si una alarma sonara, Aemond , Aegon y Daeron corrieron hasta las afueras de la Fortaleza Roja en dónde sus dragones estaban descansando listos para elevarse.
No les tomó mucho tiempo cuando Vaghar, Sunfyre y Tessarion se pusieron en marcha pasando sobre el pueblo decierto de King's Landing, efectivamente Meleys y dos pequeños dragones del tamaño de Arrax iban tras ella.
Sunfyre fue el primero en atacar lanzando llamaradas a Meleys quién rugió furiosa y atacó de la misma manera. Tessarion se unió tras ella siguiéndola con rapidez queriendo morder su cola.
Vhagar fue tras los pequeños dragones que chillaron y valientemente atacaron a la enorme dragona revoloteando a su alrededor despistandola, la rapidez de los pequeños la aturdió un poco mientras giraba con demasiada lentitud para poder encontrarlos.
Fue Baela quién furiosamente atacó el rostro de Vhagar haciéndola enfurecer, Aemond sintió como de nuevo perdió el control sobre su dragona, pero no le importó, los quería muertos.
Vhagar siguió furiosamente a Baela y Aemond tuvo un pequeño deja vu con Lucerys, solo que esta vez deseaba que Vhagar acabarse con su enemigo, y así fue.
El cuerpo del pequeño dragón crugió en sus fauses cuando finalmente encontró a su presa y destrozó su cuerpo de un mordisco junto al de su jinete dejándolo en pedazos hundirse en el mar.
El otro dragón atacó por detrás directamente a Aemond tratando de botarlo de su silla, Aemond se aferró a la silla y ordenó a Vhagar perseguir a su próxima presa.
Rhaena fue hasta Meleys y golpeó a Tessarion quién estaba aferrado a la cola de Meleys dejandola sangrando de gravedad con su cola casi arrancada de su cuerpo, eso dejó tiempo lo suficiente para que Vhagar arrasara con su cuerpo mientras Sunfyre le mordió el cuello desgarrandolo, Meleys chilló por última vez mientras caía en picada con el cuerpo destrozado en el puerto de King's Landing.
Las olas llegaron hasta el cuerpo inerte de Meleys y se tiñeron de rojo. Rhaena lloró en la silla de montar, debió obedecer a su padre y quedarse en Driftmark.
Tessarion rasguñó el estómago del pequeño dragón y la sangre brotó a cantaros mientras algunos órganos salían de su estómago abierto, el pequeño dragón rugió y se enganchó a la garganta de Tessarion mientras caía en picada, Tessarion chillaba intentando mantenerse o hacer que el dragón la soltara pero era imposible, aún no estaba muerto y se aferraba con los últimos momentos de vida hasta que ambos dragones se estrellaron en los barcos del muelle provocando algunas explosiones a su alrededor.
Aemond vio como su hermano era quemado junto a su dragón muerto y no pudo llegar a tiempo.
Ese día la princesa Rhaenys Targaryen murió junto a su dragón al igual que Baela, Rhaena y Daeron Targaryen.
Cuando Vhagar decendió en la playa, Sunfyre hizo lo mismo y Aemond miró con horror como el dragón dorado tenía el ala partida a nada de desprenderse del cuerpo bañado en sangre, Aegon no estaba mejor, la mitad de su cuerpo estaba quemado en carne viva y a penas se mantenía en pie.
- Hermano... - dijo Aemond corriendo hacia él.
- ¡No me toques! - chilló tambaleándose - No me toques - sollozó alejándose, se aferró a su dragón susurrando disculpas y se desmayó, Aemond llegó a tiempo para sostenerlo antes de caer.
Aegon fue trasladado con urgencia hasta la Fortaleza Roja y los maestres lo atendieron por unas horas dejándolo vendado mientras dormía con demasiada leche de amapola consumida.
Sunfyre había muerto hace pocas horas, su cuerpo descansaba a las afueras de la Fortaleza Roja cuando siguió a su jinete mientras caminaba y se arrastraba hasta estar lo más cerca posible de Aegon. Había sido un dragón fiel desde el momento que salió desde el cascaron del huevo hasta el último respiro que tuvo.
Aemond miró con lástima a su hermano, además de las terribles quemaduras de su cuerpo había perdido a su dragón, con quién compartió cuna y un gran vínculo que no se comparaba con ningún otro, también perdió a dos de sus hijos y su hermano, Aemond podía imaginar el dolor que sentiría cuando se despertara y asimilara todas sus perdidas.
Aemond lloró en sus aposentos la muerte de Daeron, Jaehaerys y Maelor, pero nadie se enteró de eso. Limpió sus lagrimas y se preparó para la batalla, su armadura negra resplandeciente, su espada Darkfire colgaba en su cadera y su cascó cubriendo su rostro con una pluma negra en él, había llegado la hora de encontrarse con Daemon, debe matarlo.
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Dragon's Blood (Daemond)
FanfictionPor un segundo sus miradas se cruzaron y Aemond se estremeció de pies a cabeza, Daemon tenía el peligro escrito en su mirada pero el joven príncipe quería más que una simple mirada. O dónde Aemond se obsesiona con Daemon desde que lo vio por primera...