Capítulo 22

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Aemond junto a Cregan Stark habían avanzado lo más rápido posible cubriendo terreno para poder derrotar a sus enemigos más rápido, ambos por tierra luchando con sus espadas y bañándose en la sangre de sus enemigos.

Era el último lugar de su lista que estaba en contra de la corona, no había sido difícil era una pequeña casa con un ejército promedio, los que quedaron de pie al final de la batalla se rindieron ante el Rey.

Aemond y Cregan volvieron a la Fortaleza Roja junto a sus soldados, todos contentos de que finalmente la guerra contra Rhaenyra Targaryen había terminado, siendo ellos victoriosos por supuesto.

- Felicidades por tu victoria hermano - fue Heleana quién los recibió con una enorme sonrisa.

Aemond le sonrió de vuelta dándole una suave palmadita en el brazo. - Gracias por tus dulces palabras hermana. - Heleana le sonrió  - Tengo que discutir asuntos con Cregan, por favor diles que no nos interrumpan.

Heleana asintió. Aemond le sonrió.

Cregan y Aemond entraron a la sala del concejo pequeño y se sentaron sonriendo.

- Finalmente todo Westeros es mío - dijo Aemond sirviendo vino en sus copas.

Cregan tomó la copa y la bebió de un solo trago - Eso es una gran victoria, se escribirán libros sobre este gran día. El día en el que el gran Rey Aemond Targaryen derrotó a sus enemigos.

Aemond sonrió gustoso mientras bebía su vino. - Ahora que la guerra a terminado... ¿Qué harás?

- Mi gente me necesita, volveré a Winterfell  - dijo Cregan tomando más vino.

- Ese era el trato supongo, ahora ¿Quién será mi mano?

- Puedes poner a Daemon, ya que te niegas a matarlo, que sirva en algo ¿no?

- Supongo, hablaré con él  - Aemond se encoge de hombros haciendo una mueca pues no le gustó el tono en el que el lobo se refirió a su esposo.

Daemon se había portado bastante razonable últimamente, más hablador y cooperó en algunas pequeñas tareas, incluso Aemond le había permitido vagar libremente por la Fortaleza Roja sin guardias que lo persiguieran.

Si era honesto consigo mismo, Aemond había vuelto a caer una vez más en las garras de Daemon Targaryen si es que alguna vez  había dejado de estar ahí.

Las horas pasaron mientras Aemond y Cregan charlaban tranquilamente mientras bebían, sus copas se habían llenado unas tras otra, el alcohol en su sistema ya nublaba sus pensamientos, al menos más para Aemond, nunca fue un buen bebedor, no como Aegon.

No se dio cuenta cuando estuvo en su habitación antigua, la sábanas suaves bajo suyo lo hicieron relajarse, sintió el frío de su piel expuesta pero no le molestó, sintió unas manos fuertes vagar por su cuerpo, unos labios besar su piel y se sintió bien, gimió gustoso mientras era tomado.

A Cregan no le molestó que Aemond dijera el nombre de Daemon todo el tiempo.

A la mañana siguiente toda la pesadez recayó en Aemond de nuevo, a su lado no estaba Daemon, estaba Cregan y aunque rogó que no hubiese pasado nada entre ellos, su propio cuerpo decía todo lo contrario y se odio por ello.

No le importó siquiera hablar o mirar a Cregan y se vistió para poder irse y darse un buen baño, la ansiedad lo carcomía desde adentro, tenía nauseas y dolor de cabeza.

Para su suerte, Daemon no estaba en su habitación y pudo darse un baño de agua caliente que relajó su cuerpo tenso aunque la culpa y ansiedad no desaparecieron de él.

Un guardia tocó a su puerta desesperadamente mientras Aemond terminaba de abotonar su camisa y sus pantalones.

- Adelante - dijo Aemond.

Aemond alzó una ceja cuando vio a Ser Criston, el hombre estaba pálido. - Es sobre su consorte Daemon Targaryen, su dragón no está y creemos que se a escapado.

- ¿Cuando fue la última vez que lo vieron? - preguntó, su corazón bombeaba más rápido.

- Anoche, lo andaba buscando a usted, fue a sus antiguos aposentos y luego ya no lo vimos - dijo Ser Criston.

Aemond suspiró sabiendo perfectamente que había ocurrido. - Se a ido.

Criston frunció el ceño - No entiendo mi Rey.

- Se a ido, alerta a todos, pongan refuerzos e informame de algún movimiento sospechos de los Velaryon.  - dijo Aemond tomando su espada y daga.

Se sintió furioso mientras caminaba por los pasillos solitarios, la sangre le hervía.

- Aemond se me a informado lo de Daemon  - dijo Cregan cuando se encontraron en la sala de reuniones, ahí estaban otros Lords.

- Daemon es un peligro solo, todas sus casas deben estar alerta en cualquier momento tomará replesalias por la muerte de su familia. - dijo Lord Lannister.

- Ser Arrik, Ser Criston quedan a cargo del cuido de los príncipes Aegon el menor y Viserys, que no salgan de sus aposentos hasta que se solucione todo - dijo Aemond,  ambos hombres asintieron y se fueron en busca de los príncipes.

- Tres guardias más supervisarán a los hijos de mi hermano y a la princesa Heleana, que no salgan de sus aposentos - dijo Aemond.

Aegon asintió.

Un sirvientes entró corriendo - Su majestad, una carta a llegado para usted.

Aemond la tomó y supo de inmediato que era de Daemon.

"Querido Rey Aemond Targaryen, mi dulce esposo, he permanecido neutral ante esto, has vencido a tus enemigos uno a uno, sin embargo no me has enfrentado a mi, prometí que te mataría Aemond, así que te espero en el ojo de los dioses dentro de tres días, veremos si eres tan buen Rey como muchos te alaban, trae a tu dragón.

~' Att Rey Consorte Daemon Targaryen. "

- ¡Esto es imperdonable! - gritó Lord Baratheon. - El Rey consorte contra el Rey ¿¡Qué es esto?! ¿¡Otra guerra?!

- No debe ser una guerra si se trata solo de mi, él odio de Daemon es contra mi no tiene que afectarlos a todos sin embargo les pido estén preparados, nunca sabemos que puede traer Daemon consigo - dijo Aemond.

- Hermano, discúlpame pero esto es una completa locura - dijo Aegon - No irás a enfrentarte con Daemon.

- ¿Porqué no? Es mi guerra, Daemon solo peleará conmigo, si gano terminó toda esta guerra - dijo Aemond.

- ¿Que pasa si pierdes? - dijo Helaena por primera vez luego de permanecer tanto tiempo en silencio. - Mis hijos no morirán.

- Tus hijos están a salvo aquí, no dejaré que Daemon llegue a Desembarco del Rey aunque eso signifique sacrificar mi propia vida - dijo Aemond.

- Iré contigo - dijo Aegon - No dejaré que mueras.

- Debes quedarte junto a Heleana, si los Velaryon atacan King's Landing entonces tienes que defenderla con fuego - dijo Aemond. - Rhaenys tiene a Meleys, las chicas Velaryon tienen a sus dos dragones jóvenes y Joffrey tiene a su cachorro de dragón, te superan en número pero con la ayuda de Dreamfyre y Tessarion puedes vencer.

Aegon hizo una mueca pero asintió finalmente deacuerdo con el plan.

Dragon's Blood (Daemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora