Para conmoción de Aemond, Lord Borros Baratheon estaba frente a él dos días después de la muerte de Alicent y Otto, el hombre parecía molesto y Aemond sabía perfectamente el porqué.
- Rey Aemond Targaryen, he venido por lo que se me propuso, una boda real con mi hija, la futura reina de los siete reinos. - habló el hombre muy enojado.
Daemon se tensó y miró inmediatamente a Aemond buscando explicación, bueno, puede que al joven rey se le escaparan algunos detalles, pero estaba dispuesto a remediar sus errores.
- He recibido una invitación a una boda con alguien que no es mi hija - Reclamó el hombre.
Aemond suspiró - Lamento todo esto Lord Baratheon, la carta le tuvo que haber llegado hace una semana anunciando la anulación de mi compromiso con su hija, en cambio tomaré al príncipe Daemon Targaryen como mi esposo y consorte real.
- Eso es una abominación - gritó el hombre.
Aemond se tensó. - No permitiré que hable en esa manera Lord Baratheon, ¿debo recordar la muerte de la reina Alicent Hightower? Todo el que me desafie correrá con el mismo destino.
Lord Baratheon cerró la boca y apretó los puños.
- Lamento el mal entendido, espero pueda asistir a nuestra boda Lord, queda despedido. - dijo Aemond.
Lord Baratheon aún molesto giró sobre sus talones, Aemond sabía que ya no contaría con el apoyo del hombre y su casa pero no le importaba.
- ¿Estabas comprometido? - Preguntó Daemon cuando estuvieron solos de nuevo.
- Si, con la hija mayor de Lord Baratheon - dijo Aemond - Mi madre prácticamente me obligó a eso.
Daemon frunció el ceño confundido, ¿de dónde provenían esos celos que estaba sintiendo de repente?
- ¿Has estado con alguien más? - se animó a preguntar.
Aemond se encogió de hombros - Quizás. Al igual que tu, querido tío.
Daemon frunció los labios y giró para irse.
Aemond suspiró y se dejó caer en trono una vez más, mañana sería la boda entre él y Daemon, esperaba realmente que todo saliera bien, que nadie se interpusiera o su ira caería sobre ellos.
- Su alteza, la casa Targaryen de Dragonstone acaba de llegar - dijo un guardia.
- Bien. Hazlos sentir cómodos, una habitación para cada uno - demandó sin ánimos.
El guardia se alejó y Aemond suspiró una vez más, esperaba que su boda no estuviera llena de sangre como todas las que han habido, por fin tendría a Daemon a su lado para siempre.
Cuando llegó el día, la servidumbre corría por todos lados ordenando las grandes mesas y llenandolas de diferentes aperitivos, decorando con flores y grandes manteles largos.
Todos los invitados ya habían llegado, a excepción de la casa Baratheon por supuesto, Daemon hizo una nota mental de reprender a Lord Baratheon ya que no ir a su boda era una gran falta de respeto ante su Rey y Aemond no dejaría pasar esto.
A petición de Aemond, tendrían una boda de la antigua Valyria, uniéndose como lo habían hecho sus antepasados. Daemon, tuvo sus dudas, se preguntó si se podría realizar esta ceremonia por tercera vez ya que la había hecho con Rhaenyra y Leana hace algunos años.
Rhaenyra se coló en la habitación de Daemon antes de la ceremonia, cosa que no pasó desapercibida por los sirvientes de circulaban los pasillos.
- Vengo a desearte suerte este día, se que no me he portado bien con todo esto pero espero entiendas que de la noche a la mañana me arrebataron el derecho al trono y a mi esposo. - dijo moviendo nerviosamente sus manos.
- Lo sé ¿Cómo crees que me sentí? Me quitaron a mi esposa y a mi hijos. Pero todo esto lo hago por nosotros, no estarías aquí si no fuera por mi sacrificio - dijo mientras terminaba de acomodarse los últimos botones de su túnica.
- Lo entiendo y te lo agradeceré eternamente, te amo Daemon y siempre será así - Rhaenyra no se atrevió a acercarse más, el hecho de estar en la misma habitación que Daemon ya era demasiado arriesgado.
- También te amo Rhaenyra - dijo mirándola.
- Su majestad, aquí está lo que pidió - dijo una mujer entrando a la habitación.
Rhaenyra se sobresaltó.
La mujer dejó las cosas en la cama y se fue lo más rápido que pudo.
- Ella es la fiel sirviente de Aemond, espero no saque las cosas de contexto o estamos jodidos. Deberías irte - dijo Daemon tomando la túnica de ceremonia.
- ¿Ceremonia Valyria?
- Aemond insistió - dijo simplemente.
Rhaenyra asintió y se retiró dejándolo solo.
Por otro lado, Aemond estaba preparándose y la joven mujer entró a su habitación.
- Su majestad, la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon estaban juntos en sus aposentos completamente solos - dijo sin mirarlo.
Aemond tarareó. - ¿Escuchaste algo?
- Ambos se dijeron que se aman y el príncipe dijo que estaba haciendo este sacrificio por su familia. - dijo la mujer.
Aemond apretó los puños - Gracias, Cassandra. Puedes retirarte.
Tomó la copa de vino y la lanzó a la chimenea con enojo. - Maldita Rhaenyra.
- ¿Que te tiene así hermano? Finalmente tienes a Daemon para ti, disfruta de tu día - dijo Aegon entrando a su habitación.
Aemond suspiró. - Él aún ama a Rhaenyra.
- Quizás - Aegon tarareó - Pero es tuyo ahora, eso cambia las cosas.
- No cambia nada, simplemente seremos esposos ante todos pero él puede seguirse viendola a mis espaldas. - gruñó. - Ella le dió hijos y yo... no, nunca podré.
Aegon chasqueó la lengua. - ¿Qué importa? Puedes quitárselos y tenerlos para ti, Aegon y Viserys están pequeños, te verán como su padre aún.
Aemond reflexionó - No lo sé, no quiero una guerra.
- Eres el Rey Aemond, todo lo que ordenes se hará, Rhaenyra no es estúpida, si amenazas la vida de sus bastardos, ella hará todo por mantenerlos a salvo aunque eso haga que se separe de sus dos hijos.
- Lo pensaré, hermano - dijo Aemond.
- Los niños serán felices contigo, incluso Aegon será el próximo rey ¿que te impide tenerlos aquí contigo? - Aegon tomó el rostro de su hermano y le sonrió.
- Me alegra que estés mejor Aegon, te miras más ¿feliz? - dijo Aemond mirando a los ojos de su hermano mayor, ya no tenía aquellas feas ojeras bajo sus ojos violetas.
- Lo soy, hermano, gracias a ti - Dijo Aegon sonriendo - Suerte en tu día, no dejes que nadie arruine la celebración.
Aemond sonrió - Gracias hermano.
Aegon dio una suave palmada al hombro de su hermano y se fue dejándolo solo.
Para cuando finalmente llegó la hora de la ceremonia, los Lords presenciaron por primera vez una ceremonia Valyria, en la que la sangre se unía a un solo cuerpo y sus dragones se unían más entre sí.
Aemond cortó la palma de su mano al igual que Daemon, algunas gotas calleron en las grandes copas y luego unieron sus manos, la sangre se mezclo y algunas gotas se derramaron en el pasto. Con el filo cortaron sus labios, la sangre que se derramó se colocó en sus frentes y finalmente sus labios se unieron suavemente probando la sangre del contrario en sus bocas. Los espectadores aplaudieron a la pareja recién unida, Caraxes y Vhagar rugieron juntos una vez más, felices de que sus jinetes se unieran en uno solo, estarían más juntos de nuevo como hace tantos años habían estado con el antiguo jinete de Vhagar.
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Dragon's Blood (Daemond)
FanficPor un segundo sus miradas se cruzaron y Aemond se estremeció de pies a cabeza, Daemon tenía el peligro escrito en su mirada pero el joven príncipe quería más que una simple mirada. O dónde Aemond se obsesiona con Daemon desde que lo vio por primera...