Al siguiente día, Aemond volvió a la habitación que compartía con Daemon, vaciló un poco entre quitar las cadenas o no, de todas formas Daemon no podía escapar de la seguridad de la Fortaleza Roja.
Daemon lo miró con aburrimiento.
- No intentes nada estúpido, haya afuera no tienes a nadie que te espere - dijo Aemond mientras quitaba las cadenas.
- ¿Y Caraxes? - preguntó.
- Con Vhagar, recuerda que así como nosotros nos casamos ellos también se han unido en un vínculo como sus jinetes ante los dioses de la antigua Valyria.
Daemon bufó, a veces se le escapaba ese detalle.
- ¿Dónde estuviste ayer? - preguntó Daemon cuando finalmente estuvo libre de ataduras.
- No es de tu interés - dijo Aemond de inmediato.
- Todo lo que pase con mi esposo es de mi interés - dijo Daemon frotándose las muñecas doloridas.
Aemond apretó los puños molesto.
- ¿Estuviste con tu amante del norte? - Daemon reprochó.
- Cregan no es mi amante, creí que te había aclarado que no he faltado a nuestro matrimonio.
Daemon frunció el ceño - ¿Que me hace pensar que no te seguiste acostando con él luego de que nos casaramos?
- No soy tú, Daemon. Eres el menos indicado para hablarme de fidelidad.
Daemon bufó.
- Ser Criston y Ser Arrik te acompañaran siempre, puedes ir donde quieras siempre y cuando sea dentro de La Fortaleza Roja y acompañado de alguno de ellos.
Daemon rodó los ojos.
- Estoy dándote libertades que no tendrías derecho. Además no pienses escaparte por los pasadizos secretos, los tengo todos cubiertos - Aemond dijo mientras cepillaba su cabello.
Daemon se acercó a la enorme ventana y la abrió para poder salir a la terraza. Miró el cielo y allí estaba un dragón que se suponía que estaría lejos.
- ¿Que hace Vermithor aquí?
- Creo que tiene un extraño enamoramiento con Vhagar y la a seguido desde Dragont Mont.
Daemon volvió a bufar - Genial. Otro triángulo amoroso.
Aemond lo miró con el ceño fruncido pensando que aquel hombre finalmente había sucumbido a la locura. Luego lo ignoró.
- Iré a Dragonstone, estarás vigilado, recuerdalo, todo se me será informado, no hagas cosas estúpidas que te hagan volver a encadenar - dijo Aemond.
- Bien. ¿Quién quedará a cargo contigo fuera?
- Lord Cregan Stark.
Aemond pudo jurar que Daemon se puso rojo y hubo un tic en su ojo derecho.
- Ni pienses que serás Regente de nuevo, Daemon. - dijo el menor mirándolo molesto. - Lord Cregan es mi mano ahora, es su deber ser mi Regente.
- Le diste el título que le otorgas a quien te jode - Daemon reprochó con veneno en sus palabras.
- Detente Daemon, respetarás mis decisiones. A menos que quieras ser destituido de todos tus títulos.
- Idea de Cregan, me imagino. - dijo Daemon.
- Si fuese su idea, ahora mismo estarías en el estómago de Vhagar. - dijo Aemond.
- Y no lo haces porque me amas y no puedes vivir sin mi.
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Dragon's Blood (Daemond)
FanfictionPor un segundo sus miradas se cruzaron y Aemond se estremeció de pies a cabeza, Daemon tenía el peligro escrito en su mirada pero el joven príncipe quería más que una simple mirada. O dónde Aemond se obsesiona con Daemon desde que lo vio por primera...