Capítulo 19

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Al siguiente día, Aemond volvió a la habitación que compartía con Daemon, vaciló un poco entre quitar las cadenas o no, de todas formas Daemon no podía escapar de la seguridad de la Fortaleza Roja.

Daemon lo miró con aburrimiento.

- No intentes nada estúpido, haya afuera no tienes a nadie que te espere - dijo Aemond mientras quitaba las cadenas.

- ¿Y Caraxes? - preguntó.

- Con Vhagar, recuerda que así como nosotros nos casamos ellos también se han unido en un vínculo como sus jinetes ante los dioses de la antigua Valyria.

Daemon bufó, a veces se le escapaba ese detalle.

- ¿Dónde estuviste ayer? - preguntó Daemon cuando finalmente estuvo libre de ataduras.

- No es de tu interés - dijo Aemond de inmediato.

- Todo lo que pase con mi esposo es de mi interés  - dijo Daemon frotándose las muñecas doloridas.

Aemond apretó los puños molesto.

- ¿Estuviste con tu amante del norte? - Daemon reprochó.

- Cregan no es mi amante, creí que te había aclarado que no he faltado a nuestro matrimonio.

Daemon frunció el ceño  - ¿Que me hace pensar que no te seguiste acostando con él luego de que nos casaramos?

- No soy tú, Daemon.  Eres el menos indicado para hablarme de fidelidad.

Daemon bufó.

- Ser Criston y Ser Arrik te acompañaran siempre, puedes ir donde quieras siempre y cuando sea dentro de La Fortaleza Roja y acompañado de alguno de ellos.

Daemon rodó los ojos.

- Estoy dándote libertades que no tendrías derecho. Además no pienses escaparte por los pasadizos secretos, los tengo todos cubiertos - Aemond dijo mientras cepillaba su cabello.

Daemon se acercó a la enorme ventana y la abrió para poder salir a la terraza. Miró el cielo y allí estaba un dragón que se suponía que estaría lejos.

- ¿Que hace Vermithor aquí?

- Creo que tiene un extraño enamoramiento con Vhagar y la a seguido desde Dragont Mont.

Daemon volvió a bufar - Genial. Otro triángulo amoroso.

Aemond lo miró con el ceño fruncido pensando que aquel hombre finalmente había sucumbido a la locura. Luego lo ignoró.

- Iré a Dragonstone, estarás vigilado, recuerdalo, todo se me será informado,  no hagas cosas estúpidas que te hagan volver a encadenar - dijo Aemond.

- Bien. ¿Quién quedará a cargo contigo fuera?

- Lord Cregan Stark.

Aemond pudo jurar que Daemon se puso rojo y hubo un tic en su ojo derecho.

- Ni pienses que serás Regente de nuevo, Daemon.  - dijo el menor mirándolo molesto. - Lord Cregan es mi mano ahora, es su deber ser mi Regente.

- Le diste el título que le otorgas a quien te jode - Daemon reprochó con veneno en sus palabras.

- Detente Daemon, respetarás mis decisiones. A menos que quieras ser destituido de todos tus títulos.

- Idea de Cregan, me imagino. - dijo Daemon.

- Si fuese su idea, ahora mismo estarías en el estómago de Vhagar. - dijo Aemond.

- Y no lo haces porque me amas y no puedes vivir sin mi.

Dragon's Blood (Daemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora