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DEREK HALE

Escuchar tan fuerte y claro los gemidos provenientes de dos pisos abajo no me estaba ayudando en nada a dormir, no entendía como los demás si lograron conciliar el sueño.

Me levanté de mala manera dirigiendo al balcón, el aire fresco tal vez me ayudaría a relajarme.

Cuando acordé las dos voces estaban hablando entre ella en una especie de discusión que ninguno ganaría si yo no opinaba al respecto y no pensaba hacerlo.

"¿Verdad que serías feliz si te diéramos pistas de tu verdadero amor?"

Eso sería genial si no tuviera miedo a que me rompieran el corazón nuevamente.

"No, primero tiene que superar al idiota Alpha y luego le decimos, quien no vez que si sería como el segundo plato"

Algo realmente sabio, y aunque sabía que tenía razón, habría que superar a Scott y todo lo ocurrido antes de intentar algo con cualquier desconocido que según ellos era la persona lo indicada para mí.

MALIA TATE

Desperté en medio del bosque, la brisa helada y las hojas callendo me indicaron que estábamos a mediados del otoño, el lugar me resultaba familiar pero no lograba identificarlo bien.

— ¡Aún sigue viva!

Grito alguien a la lejanía, no podía visualizar a nadie por lo cual comencé a caminar con cautela dándome cuenta que mis pies eran patas y mi forma de coyote estaba en su esplendor.

— La ambulancia ya viene, intenté no moverse, la sacaremos.

No sabía quiénes eran esas personas pero si pude distinguir una muñeca que estaba casi junta a la mujer.

— E-ella... Cof, cof, cof... E-ella lo... Cof, cof, cof... Lo hizo.

Me gire para ver a quien apuntaba pero solo lograba ver oscuridad, nada más que un profundo bosque y luego, los pasos alejándose ya estaban muy distantes, corri y corrí, los disparos comenzaron a llover y un grito desgarrador salió de mi garganta.

— Aaahhh.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a mi hermano que me miraba con preocupación.

— ¿Mal?

Pregunto acercándose por lo cual extendí mis manos hacia él que se acercó un poco más rápido y me abrazó.

— ¿Me dirás que paso?

Le asentí pero aún así no dije ni una palabra, a mi lado Cora me miraba desde su cama con desconcierto, no había despertado por mi grito, si no porque escucho la puerta ser abierta.

— Lo siento.

Le susurré con una pequeña sonrisa al final, ella asintió y se volvió a acostar.

— ¿Quieres que duerma contigo?

Le asentí a Theo que se separó y espero a que me acomodara para entrar en la cama y abrazarme.

PETER HALE

Estar con Stiles de esta forma era algo que no teníamos a menudo puesto que era difícil ya que Noah nos mantenía muy vigilados, me parecía raro que hubiera accedido a qué su pequeño parlanchín durmiera tan cercas de mi, pero tampoco iba discutir por algo que me conviene.

— ¿En qué piensas?

Cuestionó antes de volver a subir y bajar no muy rápido pero tampoco muy lento, su respiración era pesada y no negaría que las leves gotas de sudor en su frente le lucian hermosas.

— En que nunca antes tu padre te había dado tanta libertad, me refiero, nunca había dejado que durmieras fuera de casa, al menos una dónde esté yo.

Él sonrió al tiempo que se inclinaba para besarme volviendo más lento el ritmo.

— Si lo piensas bien, no estoy durmiendo, no cuenta amor.

Susurró al separarse y volviendo lentamente a el ritmo que llevaba, no tardó mucho cuando comenzó a subir y bajar con mayor rapidez por lo cual lo ayude, tampoco quería que se cansará tan pronto cuando la noche aún era joven.

Cuando el sol salió quería que se volviera a meter puesto que eso significaba que Stiles se tenía que ir.

— ¿Sigues dormido?

Cuestione resubiendo un "Si" de respuesta, sonreí ante eso y lo atraje más a mi.

— Noah me matará si no llegas para el desayuno.

Le recordé después de unos minutos en que el había comenzado a hacer dibujos con su dedo índice sobre mi pecho.

— Iré al funeral, lo prometo.

Murmuró para luego dejar un beso cercas de mi pezón izquierdo.

— ¿Te vestiras de negro?

Pregunté acariciando su castaño cabello.

— Si, también llevaré un paraguas, ese día las nubes lloran conmigo.

Deje un beso sobre su cabeza.

— Te amo Stiles.

Murmuré logrando que el se levantará un poco y me viera directo a los ojos.

— Te amo más y no pienso discutir eso, ¿Lo entiendes?

Sonreí asintiendo, él se subió más a mi y al llegar a la altura de mis labios dejo un casto beso.

— Me llevas a casa.

Pidió levantándose, se enredo una de las sábanas en la cadera y se fue directo al baño.

— ¡Vienes!

Sonreí ampliamente antes de levantarme, no veía necesario taparme, camine hacia el baño y lo pude ver ya del lado del cristal con el agua cayendo como suaves caricias sobre su piel.

— ¿Cuando iremos con la manada de ese niño?

Cuestionó de la nada, todos habíamos acordado que lo decidiriamos después pero Stiles se había ido por su almohada y no se había enterado.

— Hoy lo decidiremos, pero lo más probable es que sea hoy mismo.

Continuará...

04-01-23

CachorrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora