Allison Argent
Lydia llego al comedor sola y se miraba de mal humor, no pude evitar sonreír ante eso ya que significaba que Malia la había rechazado pero algo dentro sentía que se apretaba dolorosamente al verla así.
— ¿Y Mal?
Cuestión Theo y borre mi sonrisa, ahora que haría si sabia que Malia iba enserio conmigo, ¿que le diría a Theo para no lastimarlo?, aunque él me gustaba también y me hacia sonreír siempre.
— Fue al baño.
Dijo y se sentó podía sentir su mirada fija en mi, ¿ahora me odiaba?
— Bien...
Dijo Theo levantándose y alejándose, se fue sin siquiera despedirse.
— Vamos Masón, ahí que ir a la biblioteca por ese libro que te dije, ¿vienen chicos?
Estaba por levantarme pero la mano de Lydia me detuvo.
— Vayan, los alcanzamos después.
Mire suplicante a los chicos pero al parecer sus sentidos solo les funcionaba con todo menos cuando se trataba de Lydia, aun no comprendía porque le tienen miedo aunque yo también le tengo algo de miedo cuando sus reacciones no son las mejores.
— ¿Quieres hablar de algo?
Le cuestione y ella saco de su mochila un coquito con fruta picada.
— No, solo quería comer algo y no quería hacerlo sola.
Le asentí pero pude notar ese brillo en sus ojos algo apagado, otra ves ese sentimiento de que algo dentro mío se apretaba dolorosamente.
— Lydia...
Ella me miro fijamente mientras removía con el tenedor la fruta.
— ¿Si?
Trague saliva antes de hablar.
— Eres la persona mas inteligente que conozco, y aunque en un principio no mostrabas lo mucho que sabias lo pude ver, no tienes que esconder lo que sientes detrás de una sonrisa falsa, te conozco y se que necesitas hablar, no se que es lo que Malia te dijo pero eres la chica mas extraudinaria que conozco, eres por quien daría la vida si se llegara a dar el caso y aunque no todo el mundo caería por la chica arrogante, presumida y creída yo se que eres algo mas que solo una cara bonita, cuando te conocí y dijiste que seríamos las mejores amigas pensé que estabas loca y solo serias una chica mas en mi vida pero me equivoque, se que te he mentido y ocultado cosas antes y en verdad me arrepiento, se que cuando dispare esa flecha nunca fue mi intención herirte, se que nunca te lo dije por miedo...
— ¿Porque todos me temen?
Pregunto interrumpiendome.
— Porque realmente nos aterra la idea de perderte, no es que temamos de ti, si no de tus reacciones y termines alejándote, por eso nunca te dije que me muero por ti, me gustas y ahora que alguien mostró interés real en mi persona, lo siento y nunca a sido mi intención herirte, pero Malia...
— Lo se, lo se...
Se levanto y se fue sin mirar atrás dejando su coco de frutas atrás junto a mi que ahora me sentía estúpida, ni siquiera había prestado atención a lo que dije, o solo no le interesaba escucharme realmente.
