NARRADORA
— ¿Scott yo...?
Derek miro atento al que era aún su novio y este levantó la mano lentamente para acariciar su mejilla.
— Puedes decirme lo que sea, pero por favor no llores.
Derek parpadeo un para de veces mientras sentía el alivio de saber que en realidad no había dicho nada en voz alta y que solo lo miraban así porque estaba llorando sin darse cuenta.
— Será mejor que te vayas Scott, los chicos ni tardarían en llegar y tengo que quitar ese olor de arriba.
Derek miro de reojo a su tío para luego ver qué Scott no se había movido ni un centímetro.
— Te ayudaré, mientras prepararle un té a Derek, eso lo tranquilizara.
Scott se levantó y se fue a un pasillo que llevaba al armario y tomo varias cosas de limpieza para luego subir y encaminarse a la habitación donde lo recibió el olor a semen con mas intensidad aunado a el olor a incomodidad, vergüenza y miedo, no, miedo no, terror.
Se dispuso a ir a la cama y quitó las sábanas para echarlas a un lado.
Miro la habitación y lo único que pudo ver fue un broche de cabello tirado al pie de la cama.
Lo tomo y lo miro por unos segundos para luego partirlo en dos y apretar su mandíbula, siguió con lo que estaba haciendo.
(...)
Cuando terminó y bajo la única que había llegado había sido Malia que estaba junto a Derek y Peter en la cocina.
Peter al verlo se levantó y salió para luego guiar a Scott al cuarto de lavado ya que las sábanas que traía las había bañado de cloro para cubrir el olor.
— ¿Derek te dijo algo?
Pregunto una vez estuvieron en el cuarto.
— Dijo que Lydia solo vino a pedirle un consejo respecto a que hacer con Malia y Allison, que tenían una charla pendiente y que después se fue.
Scott sabía que Peter le había dicho tal cual lo que Derek había dicho pero no sentía que era la verdad.
— ¿Que te dijo de... Esto?
Pregunto al tiempo de que metía una a una las sábanas a la lavadora.
— Dijo que quería ver si podía sentir algo para poder así entregarse a ti, pero no le gusto y aunque su cuerpo reaccionó, no quiere volver hacerlo...
Scott asintío y puso a funcionar la lavadora.
— No tenía que hacerlo, lo entiendo, ya lo entendí, tal vez en nuestra relación nunca haya sexo pero no será el fin del mundo.
Peter le dió el beneficio de la duda a las palabras de Scott puesto que su corazón se alteró un poco cuando dijo la palabra sexo.
— ¿Sabes?...
Comenzó el Hale mayor y cuando obtuvo la atención de Scott por completo decidió continuar.
