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NARRADORA

Toda la manada sin excepción se quedó estática, la noticia los había tomado por sorpresa.

— ¿Estás segura? –cuestiono Scott cuando salió del shock.

"Ella no miente"

Escucho Cora en su cabeza, pudo reconocer la voz de inmediato, Lydia.

— Yo le creo –murmuro Cora antes de tomar su chaqueta y encaminarse a la salida.

Allison no dudo en seguirla una vez que la chica paso a su lado.

Los demás con algo de dudas se miraron entre si, siendo solo unos cuantos los que fueran en busca del azabache.

— ¿Cómo supiste que Derek está en peligro? –le cuestionó Cora una vez ambas estubieron arriba de la camioneta de Chris que solo conducía hacia la reserva.

— Me llamo –dijo sin más al tiempo que sacaba su celular y tecleaba rápidamente el nombre de Lydia.

Cora trago saliva y se dispuso a solo ver por la ventana que estaba un poco bajada y así los olores de la naturaleza les llegará.

PETER HALE

En cuanto recibí el mensaje de parte de Isaac me dispuse a desviar mi camino y fui directo a la reserva, no fue tan buena idea ir a buscar a Derek estando yo herido.

Todo parecía ir bien, pese a eso, hasta que otra bala impacto en mi pierna haciéndome caer, mira todos lados y como pude me levanté y empecé a correr, el aconito quemaba en mi pierna y el dolor de mi hombro no se iba.

— ¡No vale la pena huir, niño!

Le voz de Satomi me llegó, pero aún así no me detuve.

Otra bala impacto en mi pierna haciéndome gritar de dolor, intenté levantarme pero una bala se impacto cercas de donde el sheriff ya me había herido, la diferencia, está dolia más y si ni me equivocaba,era aconito amarillo en bes del morado que seguro era el que el sheriff maneja.

— Es una lastima que los Hale tengan que morir.

La busque por todos lados pero los pasos acercarse y el olor aconito no me ayudaba.

— ¡Al menos dala cara! –grite a la nada, pero estaba seguro que su voz venía de detrás de esas rocas que estaban a unos cuantos metros de mi.

— Lo siento, niño, pero a veces es mejor ver desde las sombras, ¡Maténlo!

Intenté levantarme, pero era inútil, el impacto de una bala dió en mi costado izquierdo y estaba seguro que recibiría más.

— ¡¿Qué están haciendo?!

Escuché a lo lejos, o quizás solo lo escuchaba lejano, todo daba vueltas y la sensación de sueño me invadía.

— Tenemos que quemarlas.

Intenté ver quien estaba ahí, pero solo sentí una presión en mi mano y como mis garras salian lentamente hasta que hacían presión con algo.

El ardor y la sensación de ser quemado vivo me invadió, ya no supe más, solo había oscuridad.

DEREK HALE

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