Capitulo 18

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31 de agosto de 1996

Taehyung corría hasta la casa del señor Jeon, tenía una gran sonrisa en su rostro, pues había vuelto y quería ver al pelinegro.

Iba tan entusiasmado, a lo lejos pudo ver una silueta, sentado al borde de la acera, reconoció a Jungkook y se apresuró a llegar a el.

Cuándo estubo a unos pocos pasos de el, pudo notar que el menor no estaba bien, lloraba, en silencio, cubriendo su rostro.

Se acercó, sentándose aún lado del pelinegro, pasó una mano por su espalda sobando a la vez, el menor lo miró y le ofreció una sonrisa, la mejor sonrisa que le podría dar a alguien, alguien especial.

— ¿Se puede saber por qué llora, kook? — intentó hacer la voz más tierna que pudo.

No quería ver para nada de esa manera a su Jeon Jungkook, le dolía, quería ayudarlo y animarlo cómo el amigo que es.

El pelinegro negó con la cabeza, a lo que el rubio le contesto con un "entiendo", pero segundos después el menor se resignó.

— Mi mamá y Jeon están peleando por mi culpa, por ser un llorón — cambió las palabras, por supuesto que debía.

— ¿Y que tiene de malo? — alzó una ceja, confundido.

— Lloro "todo el tiempo" — le contesto con palabras que dijo su padre.

— Yo igual, por ejemplo — pensó — cuándo me duele algo, cuándo me siento triste...hmm, cuándo era pequeño y papá se comía mis fresas.

Sonrió, lo último le resultó gracioso, limpió sus lágrimas, en verdad se sentía mucho mejor cuando veía a sus amigos, lejos de su hogar.

— Cierra los ojos — ordenó.

El pelinegro le obedeció, cerrando los ojos y sintiendo como el rubio tomaba una de sus manos con delicadeza, poniendo en ella un pequeño obsequio.

— Ya puedes abrirlos — sonrió, alejando sus manos.

El menor abrió los ojos, encontrándose con un pequeño conejo de peluche, de colores: verde, azul, morado, amarillo. Cada parte de diferente color.

Sonrió, recordar que hasta hace poco le dibujo un conejo en el rostro y qué le regalé uno hoy, le hizo feliz.

— ¿Te gusta? — en verdad esperaba que le gustará, no sabía si era fans de los colores, o si prefería de un solo color.

— Me encanta — acarició el conejo con su dedo pulgar, tan suave.

—  Tengo un pollo, pará Jimin — sonrió — hace la boquita de un pollito.

Un fuerte golpe en la puerta se escuchó, seguido por una voz muy gruesa llamando al pelinegro, llamando la atención de ambos chicos.

— Jeon Jungkook entra — enojado, amargado y con superioridad le llamo, cómo siempre.

Se percató del rubio, por lo que cambió un poco su actitud.

— Hola señor Jeon — saludo, algo sorprendido pero intento disimular.

— Hola Taehyung, ¿Joong está en casa? — preguntó, un poco amable pero sin demostrar carisma.

— Si — vió como el menor se levantaba, sacudiendo su pantalón de quitar el polvo.

— Adiós Tae, gracias por el conejo — sonrió.

El menor se levantó, ¿Tan rápido entraría a su casa?.

— Adiós... — llévalo contigo.

El menor caminó hasta la fachada de su casa, deteniéndose para despedirse una vez más del rubio, pero esté fue más rápido.

— Señor Jeon, ¿deja salir a Jungkook? — se le hizo algo tierno al menor cómo este preguntaba de una manera que todos los niños hacían.

Jeon tenía el 'No' en los labios, asomado.

No

— Si — ¿Que pasó Jeon? — no llegues tan tarde a la casa Jungkook — terminando con sus reglas, entró a la casa.

— ¿A dónde iremos? — volteó a ver al rubio.

— ¿Quieres waffles? — ni siquiera sabía que arian si Jeon le daba permiso a Jungkook, comer waffles fué lo único que se le ocurrió.

— Está bien — caminó.

Taehyung caminó hasta el, agarró su mano y corrió, juntó al pelinegro.

Corrió hasta que se cansó, caminando unos segundos después de agarrar aire, con sus manos aún juntas.

¿Dos chicos tomados de la mano?

Entraron a la cafetería de la mamá de Jimin, buscaron con la mirada una mesa, encontrando una cercas de una ventana, también buscaron a Jimin pero no lo vió.

Caminaron hasta la ventana, hasta que Taehyung escucho una voz conocida, volteó.

— ¿Taehyung te volviste marica? — burlas salieron de su interior, de su boca.

Burlas de sus amigos.

Taehyung miró hacia abajo, notando qué aún tenía su mano juntó a la de Jungkook, se sonrojó.

— Cierra la boca, hasta acá llega tu mal olor, deberías lavar tu osico — habló Jungkook, tomando con más fuerza la mano de Taehyung, con delicadeza por supuesto.

— ja' mirá quién hablá, el otro marica — rodó los ojos.

— Deberían impedir entrada a los bastardos — habló con un tono pedante.

— Vámonos Taehyung, se nos pegará lo petulante — se llevó con el al rubio.

Aún insultos a sus espaldas.

Caminaron hasta su mesa y se sentaron.

— En verdad no puedo creer cómo es que los sigues considerando "amigos" — miró mal al grupito a unas cuantas mesas adelante de ellos.

Taehyung miraba su mano, estaba seguro que no la iba a lavar por días.

Pudieron waffles, hotcakes y claro, las malteadas no podían faltar.

Tal dulce.

turyibai7

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