Suya | Chaesoo

[Mía] Final

Jisoo

Lisa sollozó una vez más sobre mi hombro, y yo la estreché más entre mis brazos, dejando que un par de lágrimas también se deslizaran por mis mejillas.

—Ella estará bien, ya lo verás.

Otro sollozo. Miré a Moonbyul desde el asiento trasero del coche, y ella, desde el asiento del conductor, me miró con los ojos muy abiertos.

Estaba nerviosa, y yo también lo estaba.

Estar aparcados detrás de la casa de Namjoon no era lo más seguro que podía hacerse, pero no pensaba largarme hasta que Jennie y la terca de mi mujer aparecieran por aquel camino de tierra que guiaba al jardín trasero de Namjoon.

Lisa sollozó otra vez, y yo sentí un nudo cada vez más grande formándose en mi estómago.

¿Por qué no aparecían de una vez y nos largábamos de allí? ¿Estaría bien Jennie? Por favor, que lo esté.

Lo único que deseaba en aquel momento era verlas aparecer y poder por fin buscar a mi niña de vuelta y comenzar nuestra vida de nuevo. Una vida normal.

Treinta minutos más pasaron, y Byul miraba el espejo retrovisor casi con espanto. Lisa temblaba en mis brazos y yo lloraba silenciosamente. De tristeza, enfado, e impotencia.

—¡Allí!

Las tres ocupantes del coche nos giramos con tanta brusquedad que Lisa consiguió de alguna manera golpearse la cabeza contra el techo del auto, pero ni siquiera se inmutó, y soltó un gritito de alegría cuando identificó a las dos personas que venían corriendo hacia el coche.

Chaeyoung y Jennie.

Inmediatamente, la rubia se lanzó a la puerta del auto, pero la sostuve por el brazo.

—Espera— Con un dedo señalé detrás de nuestras parejas.

En las sombras de la noche, otras dos figuras venían corriendo detrás gritando improperios.

—¡Arranca el coche, Moonbyul!— La nombrada obedeció de inmediato, Jennie abrió la puerta del asiento trasero y se lanzó dentro del coche, al mismo tiempo que Chaeyoung se lanzaba en el asiento del acompañante.

—¡Sal de aquí, ahora!— Exclamó Chaeyoung, y el coche salió disparado de allí, levantando una nube de tierra detrás nuestro.

Me dejé caer sobre el asiento, respirando hondo por primera vez en mucho tieqmpo, y sonreí al ver a Lisa y Jennie abrazándose con fuerza al lado mío.

Miré hacia adelante, fijando mi vista en la nuca de Chaeyoung, delante de mí.

Cómo hubiera deseado que me abrazara muy fuerte entre sus brazos en aquel momento, que me dijera cuánto me amaba y que me asegurara que todo estaría bien ahora. Justo lo que Jennie estaba haciendo con Lisa. Todo lo contrario a lo que ella había hecho.

Una nueva oleada de rabia me recorrió por completo, y como si la hubiera llamado, Chaeyoung se giró y me miró por encima del hombro.

No pude interpretar su mirada, así que desvíe la mía y me concentré en la ventanilla, deseando con todas mis fuerzas que no notara la lágrima que se deslizó por mi mejilla derecha.

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Media hora más tarde, Moonbyul aparcó frente a la casa de Jennie y Lisa, y se marchó a su hogar.

—¿Se quedarán aquí?

—No, iremos a buscar a Sophie ahora mismo.

—Chaeyoung, deben estar cansadas.