Sentado en mí oficina disfrutando de un café hago lo único que he hecho durante las últimas tres semanas, pensar en ella. Desde que estuvo aquí en mi oficina no he hablado con ella y es que me evita o simplemente me ignora.
"No quiero que me vuelvas a dirigir la palabra y gracias por hacerme sentir que valgo menos que una puta... porque hasta ellas te cobrarían por quitarte las ganas"
Mierda. Sus palabras están tan presentes a cada momento, es como si me persiguieran a cualquier lugar que voy. Me duelen y cada que las recuerdo es como si removieran ese cuchillo que tengo clavado en el corazón, es como si la herida se hiciera cada vez más profunda... estas tres semanas desde que la vi no han sido más que mi propio infierno.
Una semana después desde que estuvo aquí, decidí ir a buscarla y hablar con ella, quería darle su espacio a que pensara a que se relajara y creí que esa semana era más que suficiente, pero me equivoqué.
~FLASHBACK~
Esa tarde fui a su escuela a la hora de la salida, pues no quería arriesgarme a ir a su casa con sus padres ahí y se dieran cuenta de que estamos más que mal. Al verla salir noté que iba con Alya como siempre, así que decidí acercarme...
—Marinette —Dije por detrás de ella. Alya me dedico una sonrisa y me saludo, por lo que veo ella no sabe nada. Note como Marinette se ponía tensa y lentamente volteo y vi en su mirada que aún tenía mucho coraje y dolor por como la había tratado.
—¿Tú que mierda haces aquí? —Dijo entre dientes y a Alya se le borro la sonrisa de la boca y la miro ceñuda, pues no entendía porque me hablaba de esa manera.
—Necesitamos hablar.
—Yo no tengo nada de qué hablar contigo. Fui muy clara cuando te dije que no quería que me dirigieras más la palabra, así que vete.
—Por favor Marinette, no podemos seguir así... escúchame.
—Que te vayas ¿no entiendes? Déjame en paz —Giro dispuesta a irse, pero la tomé del brazo y la detuve, algo que la hizo ponerse más tensa y en un rápido movimiento se zafo de mi agarre. Bueno por lo menos sé que aun causo efecto en ella ¿no? —En tu perra vida vuelvas a ponerme una mano encima.
—Marinette por favor, tenemos que hablar, no me trates así —Le dije prácticamente como suplica. Me tomo del brazo y caminamos unos tres pasos alejándonos de Alya.
—¿Qué no te trate así? —Dijo indignada —Tú me trataste mucho peor, jugaste con lo que siento, me trataste como a una ramera y ahora yo soy la que trata mal ¿no? —Rio con coraje y amargura —Eres increíble, eres un maldito descarado... Vete, no te quiero ver más.
—Por favor. Yo jamás quise...
—No me importa lo que pretendas decirme, ya no te creo nada... Vete, vete y si de verdad te importo, aunque sea un poquito, no me vuelvas a dirigir la palabra —Se alejó de mí y tomo a Alya del brazo y se alejaron. Alya hizo de su mano despidiéndose y encogiéndose de hombros mientras me sonreía como diciendo "lo siento" y regrese a mi auto cabizbajo.
~FINAL DEL FLASHBACK~
Desde ese día le he enviado mensajes de texto y correos electrónicos, pero nunca, recibo respuesta de su parte. De igual manera he intentado llamarla a su celular, pero no me contesta y es tanta mi insistencia que termina apagando su teléfono.
Me estoy volviendo loco, necesito verla, hablarle, pedirle que me disculpe una vez más. Pero, ella de verdad ya no quiere saber absolutamente nada de mí. Fui un hijo de puta miserable con ella y aunque sé que me lo merezco, me duele y simplemente no lo soporto.
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Desvísteme -MLB
Teen Fiction-Adrien, perdóname. -¿Por qué? -Le pregunte con el ceño fruncido. -Por... todo lo que ha pasado, me he comportado como una niña tonta e inmadura -Escuchar eso me hizo sonreír, aunque la verdad es que aquí el que debe disculparse soy yo, y creo que e...