Ya es jueves al medio día y me siento horrible, no pude dormir en toda la noche y ¿Cómo dormir después de lo que paso? es simplemente imposible, solo pienso en ella, recuerdo su rostro, sus lágrimas, las palabras de Tom y de Sabine, ahora me odian no quieren ni verme, ni si quiera saber que existo. Me miro en el espejo y simplemente me veo fatal, tengo ojeras, estoy pálido y los ojos hinchados de tanto llorar, creo que en realidad nunca me había sentido así, es horrible y lo único que quiero es estar encerrado el resto de mis días, no quiero ver a nadie y mucho menos quiero hablar con nadie...
Solo con ella, solo quiero verla a ella.
Me pregunto que habrá pasado con ella después de que se fueron de aquí, no saben esta impotencia que siento por no poder hacer nada, quiero saber cómo está, como se siente, que le dijeron sus padres, solo ruego que Tom no haya enfurecido aún más y le haya hecho algo, el solo recordar cuando le dio esa bofetada me hierve la sangre, así que espero por su bien no se haya atrevido a tocarla. Esta maldita agonía me está volviendo loco, tengo que hablar con ella, tengo que escucharla, tengo que saber que está bien, tengo que llamarla, no me importa nada.
Tome mi teléfono y la llame a su celular, no puedo llamarla a su casa porque obviamente sus padres jamás me la van a comunicar y además de eso me voy a ganar unos cuantos insultos más. Sonó una, dos, tres y contestó por fin.
—¿Qué mierda quieres? —Maldita sea es Tom —creo que fui muy claro al decirte que te quería fuera de la vida de mi hija y eso incluye llamadas telefónicas.
—Solo quiero saber cómo esta, necesito escucharla —le dije usando el mismo tono que el uso conmigo, ahora mismo me vale mierda buscar su perdón o ser amable, solo me importa ella, ella y ella.
—Olvídate de mi hija, no la vuelvas a llamar, no la busques...
—Papá déjame hablar con él por favor —La alcance a escuchar un poco a lo lejos, está ahí, Dios mío escuchar su voz temblorosa hace que un fuerte escalofrió me recorra todo el cuerpo.
—Vete a tu habitación ahora mismo Marinette.
—Por favor —comenzó a llorar. Maldita sea esto es demasiado dolor para mí, no lo soporto.
—Tom, solo déjame hablar con ella te lo pido por favor —Mi voz también se quebró.
—No te atrevas a volver a buscar a mi hija Adrien y te lo estoy diciendo muy enserio, créeme que tengo unas enormes ganas de ir y pegarte un maldito tiro en la frente, así que no me tientes, porque si no lo hago es por mis padres, que por cierto Emily visito a mamá y ahora va para tu casa, pero no te preocupes porque ni Emily ni mis padres saben absolutamente nada, no pienso causarles el mismo dolor que ahora estoy sintiendo yo. Marinette no saldrá de aquí si no es conmigo o con su madre y no tiene ni teléfono ni computadora, así que vete haciendo a la idea de que no volverás a verla.
Colgó sin darme oportunidad de decir nada. Maldita sea ¿por qué las cosas tenían que ser así? Todo iba tan bien, estábamos más que felices, ya no había nada ni nadie que nos hiciera la vida imposible y ahora, justo ahora, pasa todo esto, no puede ser, aun no lo puedo creer. No puedo verla, no puedo hablar con ella, me tienen prácticamente atado de manos, la tienen más que vigilada y es imposible tener algún tipo de contacto con ella.
Esto es un infierno.
Ahora otro gran problema, mama viene para acá, maldita sea no puede verme así, seguramente me va a hacer mil preguntas y yo no sé qué mierda voy a contestarle. Pero algo que debo agradecer a Tom definitivamente es que no les haya dicho nada a mis padres, esto sería algo... no se siquiera, creo que al enterarse sería lo más doloroso que ellos pudieran experimentar, sentirían decepción, dolor, coraje, rabia, asco todo al doble de lo que siente Tom. El timbre sonó y de mala gana fui a recibir a mi madre, nunca me
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Desvísteme -MLB
Roman pour Adolescents-Adrien, perdóname. -¿Por qué? -Le pregunte con el ceño fruncido. -Por... todo lo que ha pasado, me he comportado como una niña tonta e inmadura -Escuchar eso me hizo sonreír, aunque la verdad es que aquí el que debe disculparse soy yo, y creo que e...