Por fin está pasando, está pasando lo que deseaba tanto, la estoy besando, vuelvo a sentirla cerca. No han pasado ni 48 horas desde que la vi por última vez, pero para mí fueron como un siglo, lo juro, estaba disfrutando como nunca ese beso de verdad, su sabor tan dulce, tan único, era como si ella y yo estuviéramos encerrados en nuestra propia burbuja donde no exista absolutamente nada más que nosotros. Aun no puedo creer que la esté besando, una enorme emoción se apodero de mí y una sonrisa boba se dibujó en mis labios mientras la besaba, cada que mi nariz chocaba con la suya era mágico
hasta que por falta de oxígeno nos separamos, abrí mis ojos poco a poco, ella seguía con sus ojos cerrados y con los labios entre abiertos.
—Dime que no estoy soñando —Me dijo en un susurro.
—No cariño, estoy aquí contigo —Le aseguré y bese sus labios fugazmente, ella abrió sus ojos y su mirada se cruzó con la mía, no sé si pasaron segundos o minutos hasta que ella sonrió, su mirada se ilumino al igual que la mía, por un momento la tristeza se fue al demonio y estoy dispuesto a todo porque así sea de este instante en adelante. —Ven conmigo —le dije mientras la tomaba de la mano, quiero salir de ahí con ella, quiero estar con ella, la necesito como no tienen idea. Pero al girar mi sonrisa se borró de inmediato al ver al pendejo de Nathaniel que nos miraba con una sonrisa que sobresalía en su cara llena de sorpresa.
—Pero miren nada mas —Dijo en voz alta y fue cuando mi burbuja se reventó, me di cuenta de que todos los compañeros de Marinette nos miraban más que sorprendidos, todos ellos o al menos la mayoría supongo que saben que yo soy el tío de Marinette así que supongo que no pueden creer lo que acaban de ver.
—No puedo creerlo... ustedes dos... wow —Sentí como Marinette se acercaba más a mí y abrazaba mi brazo —Les juro que no se si reírme, si llorar o si vomitar del asco.
—O por que no te vas a la mierda, es la mejor opción —Le dije seguro de mí mismo, la verdad es que me sorprende darme cuenta de que no me interesa que este hijo de puta y todos los demás nos hayan visto. El río por lo bajo mientras negaba con la cabeza.
—No es que... haber dejen que lo asimile, tío y sobrina juntos —Todos los que estaban en el salón comenzaron a cuchichear, creo que los que no lo sabían les tomó por sorpresa enterarse del parentesco que tenemos Marinette y yo. —Ahora lo entiendo todo, por eso te dolió tanto que Marinette se haya acostado conmigo ¿no?
—Sabes que Nathaniel no tengo tiempo de escuchar tus estupideces y piensa lo que quieras la verdad es que me tiene sin cuidado, ahora si nos disculpas —Tome a Marinette de la mano y salí de ahí con ella.
—¡Marinette! —escuche que Alya la llamaba, creo que ella espera una explicación de todo, pero eso será después, no tenemos mucho tiempo.
Salimos de ahí por fin, necesito estar con ella a solas, quiero saber cómo esta, que paso con sus padres, quiero saber todo, pero necesitamos privacidad, adentro está repleto de gente y no sería posible.
—Ven por aquí —Me dijo Marinette y ahora yo la seguí.
Llegamos a un pequeño cuarto, al entrar vi que había bancas, sillas y escritorios, parece como una bodega, pero es perfecta para que nadie nos moleste y podamos hablar con tranquilidad. Ella cerró la puerta y al estar por fin solos se lanzó a mis brazos y me beso con pasión, yo por supuesto que le correspondí de inmediato, aun no elimino estas ganas de ella, la extrañaba tanto. Ella se colgó de mi cuello mientras con sus dedos jugaba con mi cabello, yo acariciaba su espalda de arriba abajo, su ajustado vestido la hacía lucir tan hermosa y su aroma, su delicioso aroma que tanto me enloquece ahora es real, no había minuto en que no lo recordara. Comenzó a quitar mi saco y a aflojar mi corbata.
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Desvísteme -MLB
Fiksi Remaja-Adrien, perdóname. -¿Por qué? -Le pregunte con el ceño fruncido. -Por... todo lo que ha pasado, me he comportado como una niña tonta e inmadura -Escuchar eso me hizo sonreír, aunque la verdad es que aquí el que debe disculparse soy yo, y creo que e...