Epílogo

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Llegamos y el enorme jardín está perfectamente adornado, mesas redondas con un arreglo floral al centro, se ve bastante bien. Al fondo se puede ver todo listo para la ceremonia religiosa, sin duda esto es obra de Sabine, ella siempre cuida cada detalle y tiene que salir perfecto si o si, no hay otra opción. Además, la casa de su madre es preciosa nunca había venido, ahora entiendo porque escogieron este lugar para esta ocasión tan especial.

Entramos a la casa y me encontré con mis padres, mis hermosos viejitos ya los años se les notan, sus cabellos blancos, sus rostros con arrugas, pero sus sonrisas y su buena actitud no ha cambiado para nada.

—Hola mamá —la saludé mientras le daba un beso en su mejilla y después de la misma forma saludé a mi padre.

—Por fin llegas, los invitados ya no tardan ya en 30 minutos empieza la ceremonia.

—Lo que pasa es que estoy muy nervioso, fueron muy crueles por no dejarme verla un mes... —Según porque ellos creen que es mas emocionante así.

—¿Y Félix? —Les pregunté a mis padres los cuales ahora están cargando y abrazando a su pequeña nieta, están encantados con ella. Así es soy tío, nuevamente, Félix se casó con una modelo italiana hace tres años y a que no adivinan quien es si Lila Rossi, claro que esta vez no tengo ninguna historia con ella.

—Está arriba, buscando un poco de leche para la bebé.

—Bueno, yo voy a ver a Marinette, sé que la costumbre es ver a la novia en el altar, pero de verdad no puedo esperar más... —Mis padres asintieron. —Bien, ya vengo.

Tal y como lo oyen (leen), estamos por celebrar mi boda con Marinette, ella ya no es la misma chica de 18 años que recuerdo... De hecho, ella fue la única que siguió con su forma de ser igual en esta realidad; Pero ella ahora es una gran Diseñadora de modas, le propuse matrimonio hace tres meses y todo se empezó a preparar desde entonces, fue cuando mis padres y suegros se les ocurrió la idea de separarnos por estos tres meses.

Llego a la habitación y después de unos tres golpecitos escucho a mi suegro que me pide que pase, entro lentamente y el me mira mientras me sonríe. Sabine esta de espalda frente al espejo, solo alcanzo a ver las patas de una silla y un largo vestido blanco caer hasta el piso.

—Adrien, que bueno que llegas —dice Tom, veo que Sabine da un paso atrás y ella se levanta, y lentamente gira hacia mí, Sabine tras hacerle no sé qué a su cabello se quita de en medio y nuestras miradas se cruzan.

—Hola Adrien —Me dice con voz tímida, Dios mío su dulce voz, hace tanto que no la escuchaba tan cerca y es... encantadora.

—Hola princesa. Hace...

—Nosotros los dejamos solos, te esperamos haya abajo, no te retrases —Dijo Tom, ellos saben qué hace tiempo no nos vemos y quizá por eso nos quieren dar un poco de privacidad para poder hablar antes del gran evento.

—Retrásate, pero solo como una novia lo haría —Agrego Sabine mientras le guiñaba un ojo a su hija.

—Yo me encargo de que baje a la hora indicada —Les asegure. Ellos asintieron con la cabeza y salieron de ahí.

Volví a mirarla, pasaron primero segundos y después minutos, solo nos mirábamos. Estoy sin habla, no sé qué decirle, está preciosa, su vestido blanco y perfectamente ajustado, dejando ver su hermosa figura.

—Eres la novia más hermosa que he visto —dije por fin.

—Gracias Adrien. Tú, también estas... muy guapo.

—Gracias —Hubo otro momento de silencio, me acerque a ella y la tome de sus manos, al sentirla una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y me hizo estremecer, es la única que provoca esto en mí.

Desvísteme -MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora