Capítulo 49

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El cielo encapotado cubría toda la ciudad, dejándonos e merced de las sombras sin rastro alguno de luz, el frío le daba un aspecto a un mas fantasmal a la ciudad, me removí en la banqueta desesperado. Muchas cosas han cambiado desde que caí haces dos años, en esta nueva realidad, al principio fue difícil encontrar un explicación para mi extraño "defisisis de memoria" la mentira que logre sostener es que me había golpeado muy fuerte la cabeza y había perdido gran parte de mis recuerdos.

Tres meses después ya estaba completamente adaptado a todo este mundo, era feliz aunque no le daba una explicación lógica a como había pasado todo, solo pude creer que era un regalo de Dios y el destino.

Que equivocado estaba

~FLASHBACK~

Han pasado ya seis meses, y todo marcha sobre ruedas, me gusta mi profesión mas que nunca, mi familia es asombrosa incluido mi hermano (Félix) que no hace mas que joderme la vida cada que tiene oportunidad. Disfrutaba burlarse de mi. Mi relación con la familia Dupoing es totalmente dulce. Y Marinette... cada día la amo mas y mas. Me hace demasiado feliz.

Estaba apunto de cruzar la calle, cuando de la nada un auto negro casi arroya dos jovencitos, pero logré empujarlos al otro lado de la cera antes de que ocurriera el accidente.

Si, ya se lo que van a decir... Primero Salve a Marinette y ahora ellos. Bueno eso fue prácticamente en otra vida así que no cuenta.

Les advertí que estuvieran mas atentos al cruzar, estos me agradecieron asustados aún y luego siguieron su camino.

—Hey, tú.

Me gire inconscientemente, encontrándome con un hombre de edad, de baja estatura y con ojos café oscuro, su cabello gris le daban un aspecto de tener muchísimos mas años de lo que aparentaba, un bigote y una pequeña barba en la punta. Usaba una camisa roja con un motivo de flores blancas, pantalones capri beige oscuro y zapatos café oscuro. Estaba acompañado de una de una mujer que aparentaba la misma edad que el, era mas baja con ojos verdes y cabello gris atado en un moño. Llevaba una camisa amarilla con cuello abotonado y una gabardina marrón. Ella lleva un broche amarillo con un símbolo chino, la mujer me miro con desconfianza.

—¿Los puedo ayudar en algo?

—No eres de por aquí, cierto —Dijo la mujer.

—Si, soy parisino... —Me interrumpió.

—No. —Dijo el hombre severo. —No perteneces a esta realidad.

Mi corazón se paro por un nanosegundo para retomar su marcha a un ritmo inhumano. Un escalofrío me recorrió el cuerpo como corriente eléctrica y no pude hacer ningún movimiento, todo a mi alrededor se pauso, cubriéndose de gris. Solté el aire que tenía acumulado cuando me pude mover nuevamente.

—¿Como llegaste hasta aquí? —Pregunto. Su mirada era gélida, escalofriante.

—No... lose, todo fue muy confuso. —Dije torpemente.

—Vendrás con nosotros —dijo la mujer y todo a mi alrededor desapareció, luz nos envolvió y tuve que cerrar mis ojos.

Cuando abrí mis ojos nuevamente e intente enfocar donde estaba me encontré frente a un gigantesco templo, que estaba rodeado de una barrera casi invisible, el cielo era de un purpura suave con nubes bañadas de un tono que variaba del naranja al rosado. La brisa era fresca. Jamás imagine que existiera un lugar tan hermoso.

—Síguenos. —Dijo el anciano de manera autoritaria. Y obedecí inmediatamente.

Pasamos la barrera y sentí el ardor en mi muñeca derecha, como una quemadura, fije mi vista en ella y note que tenía una marca, era un símbolo chino (遊客) de color dorado, el ardor era molesto pero no insoportable.

Desvísteme -MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora