Capitulo 12

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La cabeza le dolía demasiado, tanto que sentía que iba a explotar en cualquier segundo. Su cuerpo también le dolía y estaba entumecido, lentamente abrió sus ojos y cuando lo hizo estaba oscuro, la única poca luz que había era de la luna; para comprobar si aún podía mover su cuerpo levantó un dedo, luego otro y finalmente todos los dedos de su mano izquierda. Su garganta estaba seca y quería sentarse.

Ayudándose con los codos se incorporó, se preguntaba cuánto tiempo había estado así, miró a la luna detenidamente, hizo cálculos mentales y si no fallaba había estado así durante casi dos semanas. ¿Cómo había hecho el cálculo?
Por la fase en la que se encontraba la luna, luna llena, estudiar sus fases y cada cuánto tiempo pasaba había servido después de todo. Antes del día del atentado había estado observando a la luna.

ya casi acaba el mes... —penso, sintió como alguien se movía en una orilla de la cama, hasta ese momento no se había percatado que había alguien más, trató de ver a la persona pero la poca luz no ayudaba.

—draco... —susurro en sueños aquella persona —no... me dejes —empezo a sollozar —mi bebé... déjenlo —se levantó gritando, Draco entonces supo que se traba de su papá —Draco... —se sorprendió al ver a su pequeño, inmediatamente lo abrazo para comprar que no sea otro sueño más, y efectivamente no lo era. Empezó a llorar y acariciar la espalda del menor.

—papá... —tambien lo abrazo —... papá

—mi bebé, mi pequeño —siguió abrazándolo —no vuelvas a hacerme esto —le decía entre lágrimas —no quiero que te pase nada, no de nuevo —lo soltó, solo se alejo un poco para apreciar a su hijo, peinó su melena rubia con su mano y le dió un beso en la frente —ire... iré por tu padre, no te muevas —rapidamente salió, pero antes con ayuda de su varita encendió las luces. Draco no reconocía aquella habitación, con su mirada recorrió el lugar pero no había nada parecido a lo que el tenía en la habitación de su mansión.

—hijo... —entro un rubio, corrió rápidamente para abrazarlo.

—me vas... a dejar sin aire —le dijo con una sonrisa, Draco también estaba feliz de verlos —papá, ayúdame... —pidio, pero Remus también se unió al abrazo.

Después de casi un minuto se soltaron de aquel abrazo, Remus estaba sentado en la orrilla de la cama mientras Lucius estaba parado y tenía la mano en el hombro de su pareja.

—agua... —pidio y fue Lucius quien se la alcanzo, después de beber todo el vaso soltó un suspiro y les sonrió —que me pasó —le preguntó.

—el día que fueron a la camara... al parecer el basilisco te inyectó su veneno y estuviste moviendote tanto que avanzo rápido... —Remus empezó a sollozar nuevamente —casi te perdemos... —puso ambos manos en su rostro mientras lloraba, Lucius lo abrazo.

—ya está de nuevo con nosotros... tienes que estar calmado, recuerda —le decía mientras lo abrazo, su pareja solo asíntio pero no quería soltarse de aquel abrazo.

—papá... ¿Estás enfermo?

—si... —le contestó Lucius.

—pero... no es nada grave —seco sus lágrimas y se apartó un poco de su esposo —solo son los nervios, no te preocupes hijo.

—estas... ¿Seguro? —le preguntó dudoso —porque si mal no recuerdo tus síntomas parecían algo más... —ambos le miraron sorprendidos, Lucius sonrió y Remus solo rodo los ojos con una sonrisa. El rubio se sentó detrás su pareja aún abrazándole.

—lastimosamente no es éso... —le respondió con desilusión —yo también lo pensaba y hubiera preferido que sea eso a lo otro.

—muy chistosos, pero no, no lo son —se cruzó de brazos —ya no quiero pasar por aquello —comento con una mirada asustada, ambos rubios intercambiaron miradas y empezaron a reír —no le veo el chiste.

Amor Y Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora