Capítulo 19

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Después del incidente en el ministerio rápidamente las noticias volaron.

¿Un nuevo mago oscuro? ¿Usará su poder para salvar o destruir? ¿Draco Malfoy es un peligro?

Era el titular del profeta, todo el contenido fue redactado por Rita, con muchas mentiras por su parte. Muchos solo ignoraron aquel rumor, sabian cómo es de metiche y como le encanta aumentar cosas a sucesos a la bruja periodista.
Otros tuvieron miedo, desde hace años que los Malfoy son vistos como servidores de Voldemort, tal vez no eran rumores y el periódico solo decía la verdad, ¿Qué pasaría si así fuera?

Estación King's Cross.

1 de septiembre 1994.

—unos se arreglan y otros pelean —bufó Sirius al ver a su sobrino y Draco discutiendo —en fin —encogió sus hombres y camino hacia su familia — ¿En serio me van a dejar solo? —pregunto dramáticamente.

—no molestes —regaño Severus —no quiero verte por los alrededores, ¿Entendiste, chucho pulgoso? —amenazo.

—pero... —Severus le siguió mirando con amenaza —Dei... —miro a su hijo y este negó —claro, me quedo en casa como un perro abandonado —siguió con su drama —vayan, adelante... Yo me quedaré sólo, leyendo el periódico o algún libro, saldré de compras para cocinar y desayunare, almorzare y cenaré solo... —puso una mano en su pecho y cerró los ojos a manera de drama.

—exacto, nada mal —dijo el ahora director de Hogwarts —vamos Deimos —empujo un poco al nombrado y empezaron a caminar en dirección al tren.

— ¡Sev, Dei! —gritaba mientras corría por detrás de su familia.



— ¿Encerio tiene que hacer su drama? —bufó Lucius —deberia comportarse, es un adulto.

—dejalo, después de tanto tiempo están reunidos —apaciguo Remus —ademas, tú te pusiste igual o más dramático cuando Draco ingreso a su primer año —verdad o no, Lucius jamás admitiría eso.

— ¿Estás seguro de estar aquí?

— ¿Qué, no puedo salir de casa y despedirme de mi hijo? —se quejo y enojó —no estoy viviendo en una cárcel, ¿Sabes? Puedo ir a dónde quiera y a la hora que quiera, cuando se me de la gana y tú no vas a prohibirlo, Malfoy —él rubio no sabía que decir, se preguntaba si había dicho algo malo. Cuando se dió cuenta, Remus estaba al lado de Sirius.



— ¡George! —grito —no hagas éso —regañaba —podrias lastimarte, les quitaré sus dichosas bromas si siguen así —advirtio.

—lo sentimos —dijeron a coro —no lo volveremos a hacer —Narcissa asintió feliz.

— ¿Y Ron? —pregunto la rubia.

—comprando dulces —dijo George
—en aquel lugar —señalo Fred, Narcissa negó con la cabeza y camino hacia la tienda, adentro encontró al pelirrojo eligiendo una gran variedad de chucherías

—andando jovencito —le empezó a estirar de la oreja, sacándole del lugar. Una vez soltó la oreja de su hijo este se quejo y empezó a sobarlo.

—eso dolió... —se quejaba —tengo que volver por mi tesoro —hacia un berrinche —mamá, por favor.

—no —le respondió seriamente —se que te acabarás todo eso en cuanto el tren avance y luego te comprarás más del carrito para finalmente acabar con dolor de estómago.

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