Capítulo 16

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—no piensas hablarme... —preguntaba con tristeza —llevas así cinco días, solo dime algo.

—Harry, dile que no pienso dirigirle la palabra hasta que me de una explicación —decia, estaba sentado en la orilla de la cama, de brazos cruzados y viendo afuera por la ventana.

— ¿Explicarte qué?

—yo creo que se refiere a lo de...

—Harry, no —interrumpio —deja que lo descubra por si sólo.

—hijo... —suplico con la mirada, Harry solo negó, no podía desobedecer a ninguno y para evitar estar en medio decidió bajar con sus tíos. Aún no habían resuelto el problema sobre Deimos, Severus quedó afectado cuando se enteró que su único hijo estaba con vida, ambos padres fueron a San Mungo por una explicación pero, cuando llegaron solo les dijieron que las personas que atendieron al niño desaparecieron y cuando los encontraron, estaban muertos.
El único que podía estar detrás de todo ésto era nada más y nada menos qué, Albus Dumbledore. El barbas de chivo se atrevió a lastimar a una familia, su hijo, quién supuestamente estaba muerto, ahora los odiaba o ese aparentaba.
Todos los días, cada que querían hablarle, él les recordaba que lo abandonaron y creyeron en ese absurdo cuento y no se tomaron la molestia de averiguar si era verdad. Los primeros días todo fue un lío, Deimos se negaba a comer, Regulus habia despertado pero, en cuanto vio el rostro de James, frunció el ceño y le dió la espalda.

Había conversado con Harry, rápidamente conectaron y se contaron lo que pasaron los años que estuvieron separados. James quedó excluido de la conversación y aún no sabía el porque.
Le pregunto a su mejor amigo y este solo le dijo que era un lento y que si se lo decía, su hermanito se enojaría y le aplicaría la ley de hielo como a James y no quería éso.

—traje tú almuerzo —entraba el menor de los pelirrojos a una de las tantas habitaciones del lugar, está estaba exactamente al final del pasillo a petición del mismo Deimos.

—no comeré —dijo con molestia y dándole la espalda.

—bien, es tú problema pero... —dejo la bandeja en la mesa —solo te pido que si vas a la cocina a medía noche, no hagas tanto ruido. Mi sueño es ligero y escucho el alboroto que haces —él mayor solo sintió vergüenza pero no volteo a ver a Ron —y también limpia el desastre, me levanto muy temprano para ayudar a Tazi a limpiar y preparar el desayuno.

—debes estar confundido —finalmente habló —yo no hice nada, tengo mis propias reservas y no nesecito de tu comida —arrogante y orgulloso, eran las palabras con las que Ron lo describía.

—bien, entonces debe entrar algún animal y se come todo —dijo para molestar al otro y sí lo logro, Deimos soltó un bufido cuando Ron dijo animal —creo que cerraré la cocina una vez todos estén durmiendo.

—haz lo que quieras, no me importa —Ron salió de la habitación aguantando la risa, tienes competencia Draco, pensó y fue con sus hermanos. No negaría que aquel chico era un poco divertido.

[…]

Después de una semana, los Malfoy volvieron con los demás. Draco no quería poner un pie en lugar por dos razones.

Uno; Lestrange y Greyback estarían aún ahí, vigilando y dos; Harry seguramente estaría muy molesto por lo que le dijo.

—Remus, amigo —se acercó a abrazarlo, Lupín conrrespondio, no le negaría un abrazo a su mejor amigo, su hermano de otra madre.

— ¿Y James? —pregunto una vez se separaron.

—rogando que Reg le hable —rio de su comentario y Remus lo miró confundido —recuerdas que James y Evans estaban supuestamente casados —hizo comillas con los dedos, Remus asíntio —pues eso fue lo primero que Regi recordó y ahora le aplicó la ley del hielo, el tonto de James aún no se da cuenta.

Amor Y Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora