Capítulo 29

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es él...
la encarnación del que no debe ser nombrado...
dejo a una alumna de segundo sin padres

Los susurros no pararon desde que los rumores empezaron.

Harry Potter, asesino de mortífagos e inocentes.

Desde que Draco fue asesinado y luego desapareció, Harry cambio drásticamente. Esos ojos brillantes se habían apagado, desde ese día, no se volvió a escuchar risas por su parte.
Hogwarts continuaba enseñando a sus alumnos, muchos habían abandonado al ser hijos de los seguidores de Voldemort, otros a pesar de ser denigrados por su procedencia, se quedaron.

Todo era más o menos tranquilo, no había miedo hacia el Lord oscuro, no había temor hacia los mortífagos, todos celebraron el día que se dió a conocer la muerte de Albus Dumbledore, Tom Ryddle y sus seguidores, muchos que fueron inculpados injustamente salieron a dar la cara y decir la verdad y ganarse su reconocimiento otra vez.

La familia Black fue nuevamente restaurada, los dos hijos de Walburga volvieron y junto a ellos, su familia.

Narcissa volvió con sus hermanas a su antigua casa y conoció a su sobrina Nymphadora Tonks y Narcissa, presento formalmente a sus hijos, George, Fred, Ron y Ginny. Ginny se había quedado sin familia gracias a la repentina desaparición de Lily Evans, Narcissa no podía dejarla sola y desamparada, así que la adoptó como una más de su familia, todos estuvieron felices por aquella decisión, en especial los hermanos mayores de la pelirroja.

Sirius y Severus fueron a vivir a la antigua mansión Prince, a petición de su hijo Deimos. Tuvieron que hacer varias remodelaciones y varios días de limpieza, aunque Sirius se quejará y pidiera a Severus que contratará a unos elfos, esté se negaba y al de ojos grises, no le quedaba otra opción más que limpiar. Por más quejas que hubiera, se divertían.

Remus había salido del hospital; junto a Lucius y los gemelos, volvieron a la mansión Malfoy, al poner el primer pie dentro sintieron la ausencia de Draco, a los ojos de ambos adultos, el lugar era más oscuro y frío. Para ellos la única razón de estar sigue de pie y con la frente en alto, era por los dos bebés de apenas dos meses.

Y aunque tuvieran dos meses, ellos sentían la ausencia de su hermano mayor, al no escuchar su voz por ningún lado; empezaron a llorar, se habían acostumbrado en tan poco tiempo a su hermano mayor que ahora lo extrañaban.
Remus, aún sumido en la depresión igual a Lucius, inventaron una y mil formas para tranquilizar a sus hijos, de las tantas maneras; solo una dió resultado. Darle a los pequeños los obsequios que Draco les había dejado.

—solo hasta que olviden su voz... —murmuro Remus, no quería que los pequeños sufran por la ausencia de su difunto hijo, poco a poco les quitaría los objetos y los haría olvidar al que alguna vez fue Draco Malfoy. El sufría, y sufría más al ver aquellas dijes en manos de Alessia y Lesath, nadie más que él sabía cuánto sufría por la muerte de su hijo mayor.

(...)

—no creó que sea buena idea... Ellos no son su familia, James

—yo tampoco quiero pero, desde que Albus los puso como sus "protectores" —hizo comillas con los dedos —ellos tienen más derechos a quedarselo que nosotros.

— ¡Pero eso es en el mundo muggle! —grito desesperado —ellos no tienen derecho sobre Harry, es mí hijo...

Ambos estaban enfadados, las leyes de las personas no mágicas, no eran para nada agradables, y más cuando querían llevarse a Harry, con los que alguna vez dijieron ser sus tíos.
Tenian la custodia total de Harry, al ser sus padres pero, eso era en el mundo mágico. En cambio, para el resto del mundo no mágico (para los que conocían a Harry y a los Dursley) Harry Potter era sobrino de Petunia y Vernon Dursley.

—no voy a entregar a mi Harry, solo porque unos papeles lo dicen —espeto Regulus, James estuvo de acuerdo pero, nada podía hacer nada hasta que ese vínculo escrito con tinta, se rompiera.

—Malfoy está haciendo todo lo posible, dijo que mandaría una carta cuando encuentre una solución.

Harry, quién había escuchado de principio a fin, tomo una decisión. Acabar con la familia Dursley, y ser libre.

(...)

Privet Drive.

— ¡Esto es inaceptable! —bramo Vernon, hace pocas horas una lechuza hizo llegar un periódico a su puerta y al leer el contenido se puso rojo de la irá.

Albus Dumbledore, exdirector de Hogwarts, fue acusado de traición al pertenecer a la filas del innombrable.
Hace poco fue encontrado muerto en Escocia, todos sus títulos fueron revocados y su cuerpo fue entregado a su familia como última muestra de respeto hacia la familia Dumbledore.
Y por acusaciones pasadas, todos los sobrevivientes de dicha familia, se mantendrán bajo vigilancia y luego serán exiliados al mundo muggle, sin derecho a ningún tipo de magia, ni a su fortuna.

— ¡¿Qué haremos ahora?! —siguió diciendo Vernon —sin el viejo vivo, no recibiremos ni un centavo y él muchacho no volverá.

—sera mejor dejar las cosas como están, no creo que sea buena idea meternos con Harry... —opinó Petunia desde la cocina —su familia es peligrosa, Lily me lo advirtió antes de irse.

— ¿Y de que viviremos? —le preguntó enfadado a su esposa —deje el trabajo por culpa del vejete, el dijo que nos ayudaría una vez Potter, cumpliera con su misión —Vernon dijo el apellido de Harry con desprecio, tan solo recordarlo lo enfadaba.

Ninguno dijo nada, en esos momentos la única solución para ellos sería mudarse y empezar de nuevo en otro lugar, posiblemente su hijo les daría un mejor futuro si lo seguían apoyando.

— ¡¡Papá!! —escucharon gritar a Dudley desde su habitación, ambos se miraron asustados y subieron a toda prisa —sueltame... Por favor

—Dudley, ¿Qué pasa...? —le preguntó Vernon, pero al ver al intruso, se quedó pasmado al igual que Petunia —de...deja a mi hijo, no te hizo nada...él es inocente

—Harry... Por favor —le suplicó Petunia, Harry tenía a Dudley en el suelo, con su varita le apuntaba directo al corazón y lo miraba con desprecio, odió y rencor. Ellos le habían hecho la vida imposible, lo habían humillado y tratado como un sirviente, le privaron de una infinidad de cosas y entre eso; a su familia —no le dañes... Te lo suplico...

— ¿Por qué debería parar? ¡¿Ustedes pararon cuando yo se los pedía?! ¡¿Ustedes tuvieron piedad de un inocente niño?! —la mujer estaba llorando, todo su cuerpo temblaba y no tenía el suficiente valor para acercarse a Harry —Crucio —dijo en un murmuró, Dudley empezó a retorcerse y gritar del dolor. Ambos adultos le pedían que paré pero, Harry parecía estar disfrutando de los lamentós del chico.

— ¡¡Harry, detente!! —ordenaron desde detrás de los Dursley, él castaño volteó a la persona con el ceño fruncido y ojos fulminantes — ¡Dije que te detengas! —a ojos de Walburga y Regulus, Harry parecía ser alguien más, no era el niño al que ellos conocieron — ¿Crees que Draco aceptaría ésto? ¡¡Detente!!

—él ya no está, por su culpa -dijo mirando a los que alguna vez fueron sus tíos —ellos tienen la culpa...

—detente, esté no eres tú. Volvamos a casa y hablemos —trataba de tranquilizar Regulus —Harry, ahora no eres el hijo que amo. Vuelve a ser el mismo de siempre y deja a estas personas en paz, no dejaré que vuelvan a lastimar —sus palabras no estaban funcionando, no había señales de cambió en él azabache —Desmaius.

(...)

—ya estoy recuperado —esbozó una sonrisa de alivio y miro a sus acompañantes —gracias.

—no es nada, sera mejor que vuelvas, cosas malas están sucediendo a causa de tu desaparición.

Amor Y Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora