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— ¿Jimin? —  Kim abre sus ojos, se había  quedado dormido. Toca a su costado pero al no sentir al menor se levanta tragando saliva, mirando a su alrededor algo asustado al no encontrar a su omega. — ¿Cachorro?

Olfatea a su alrededor y va hasta la cocina, viendo ahí al de ojos azules haciendo que una tranquilidad inunde su cuerpo. Se acerca a este y le da una sonrisa, caminando delante de él para así ladear su cabeza al ver el rostro del menor.

— ¿Qué sucede? ¿Tuviste alguna pesadilla? — El alfa se acerca al mas bajito, para hacer que este le mire. — ¿Qué pasa? — consulta preocupado.

— No he podido dormir. — susurra, mirando hacia otro lado. — No es nada, s-solo... — cuando sus ojos se conectan con los del mayor se da cuenta de que a quien tenía delante era a Tae. Sus ojos ya no estaban amarillos, eran oscuros completamente. — ¿Tae? — Susurra, confundido.

— ¿por qué no? ¿Acaso he hecho mucho ruido? — Sus ojos le miraban con cierta preocupación aún. — Si, cachorro, soy yo. — dice, como si fuera lo más obvio del mundo. — ¿por qué no has podido dormir?

Jimin sintió como si le hubieran tirado un balde de agua fría encima. Puesto que por el tono de voz del alfa tiene que saber que no recordaba absolutamente nada. Ahí recién cayó en cuenta que todos esos 4 días estuvo con el lobo de Kim, con su lado más instintivo, no con él.

Baja su mirada sintiendo un nudo formarse en su garganta.

— Oye... — El alfa lo envuelve entre sus brazos. — ¿Qué sucede? Por favor dime, cachorrito... ¿te sientes mal? ¿Quieres ir a casa? No recuerdo cuando llegaste, pero puedo llevarte... — jimin niega. — ¿Es por lo de mi celo? — el menor se aleja un poco para mirarle. —

— Es... e-es solo que... — aprieta fuerte sus labios. — No se como decírtelo... — murmura.

— ¿Decirme que? ¿Qué pas-..

Los ojos del alfa de repente van hasta el cuello del menor al notar una cierta cosa extraña asomarse por un costado de la camiseta que Jimin traía. Kim palideció, Jimin le vió tragar fuertemente saliva y eso solo incentivó el nudo que tenia en la garganta.

Taehyung levanta un poco el mentón de Jimin y ve lo que tanto temía, la marca de sus dientes allí, ya totalmente cicatrizado y en perfecto estado al haber estado constantemente dando lamidas en aquel lugar para que se curará por completo.

— Jimin... — susurra. — Qué hice, maldición...

Se aleja de golpe del cuerpo del menor mientras esté apretaba sus labios para evitar soltar el sollozo que quería escaparse, viendo como Tae se agarraba la cabeza y dejaba sus codos reposados en la encimera. En esos momentos quería tanto golpearse a sí mismo, se sentía una horrible persona por haberle hecho eso a Jimin.

Según la perspectiva de Kim el era un omega hermoso, era joven, tenía tantísima vida por delante y se la había jodido por completo con aquella marca. Ya no tendría la posibilidad de conocer a nadie más a tan solo tener 20 años. Se sentía un jodido monstruo.

— Cachorro.. — saca su cabeza de entre sus manos y ve como el menor le miraba algo encogido en su lugar, con sus ojos llenos de lágrimas mientras estas bajaban por sus mejillas.
Estaba jodido, totalmente jodido.

— Jimin, ven. — se acerca a el pero este se aleja al instante, haciendo que Kim trague fuertemente saliva. —

— No me quieres... ¿verdad? — murmura Jimin, mirándole con sus ojos azules llenos de lágrimas, con un dolor en su pecho mientras Taehyung apretaba con fuerza la encimera de la cocina. —

Dos Almas - VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora