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Había llegado el día del cumpleaños del menor. Y para Taehyung, había resultado increíblemente difícil el no darle importancia aquel día frente a Jimin, puesto que sus ojitos azules al notar la indiferencia de Taheyung sobre su cumpleaños portaban una fuerte agonía constante, provocando emociones de tristeza también en Kim.

— ¿En serio no sabes qué día es hoy, Hyung? — pregunta Jimin, con aquel tono de voz suave y bajo, mientras sus manos se encargaban de hacerle un peinado a Taehyung.

Era increíble que el alfa solo dejaba que Jimin le tocara de esa manera. Él y su lobo, solo permitían que ese omega se acercara con aquella confianza, cualquier otro que quisiese siquiera tocarle, con solo una mirada juzgadora los quitaba.

—Umh, ¿jueves? — frunce su ceño, mirando desinteresadamente hacia otro lado fingiendo demencia. — ¿Qué sucede hoy? Deja el misterio, cachorro. — sus grandes manos van hasta las del omega para hacer que queden en sus ojos y que tapen estos mismos. — Me estas haciendo un peinado punk y me veré peor que cuando estaba calvo en el servicio. — Espeta mordiendole un dedo, haciendo que Jimin chille golpeandole suave la mejilla.

— ¡A ti todo te queda bien! Ni te quejes. — gruñe, rodando sus ojos. —  Y-y... mh... ¿Solo jueves?  — murmura, mirando hacia otro lado. El pecho de Kim dolió cuando escuchó la forma en que tartamudeó. Suspira pesado y una idea se le pasa por la cabeza para que se olvide del tema. — ¡Cosquillas no!

Taehyung suelta una carcajada, viendo como el menor le apuntaba con la peineta y le miraba desde su lugar con fingido temor, puesto que su cuerpo a pesar de estarse alejando de el, la sonrisa en el rostro del menor solo hacía ver que le divertía jugar así con el alto.

Kim eleva una ceja. — ¿No vendrás? — Jimin niega, chillando bajo cuando Kim hace el amago de correr, haciendo que Jimin después ría algo desesperado. Y como si fuese la mejor idea de todas, Kim frunció sus labios en una sonrisa cargada de grandeza. — Siempre quise probar algo pero ... en el servicio nunca pude. — pasa su lengua por sus labios mirando a Jimin desde ahí.

Ver como le miraba algunas veces le hacía sentirse casi como una presa frente a su cazador, y lo que mas le aterraba era que quizá no se sentía tan... desagradable, que fuese así.

— ¿Si? ¿Qué cosa? — Pregunta curioso, bajando un poco la guardia mientras ladeaba su cabeza. Taehyung suelta un suspiro bajo y tensa un poco su cuerpo.

— Ven aquí.

Una voz gruesa, lenta y más grave de lo normal provocó que el lobo del menor se sintiese dominado. Su corazón se estrujó de repente y sus ojitos le miraron embobados, tal como si se encontrase en una especia de trance.  Ese tono de voz que usó Taehyung logró erizarle los vellos a Jimin, haciendo que se acerque, sin siquiera hablar o rechistar. Idéntico a como cuando alguien hipnotizaba a otra persona. El mayor jamás pensó que podría causar tal efecto en el omega. El cual llegó hasta el con sus ojos brillantes, llenos de pequeñas luces que se reflejaban en sus orbes. Sus abultadas mejillas no tardaron en ser tomadas con las manos grandes del contrario, y cuando cumplió ese cometido de acercarse a él, salió del trance bruscamente, haciendo que mire a Kim algo confundido, pero se quedó igualmente embobado con el por como acariciaba sus mejillas.

La voz de alfa podía ser tan peligrosa, era hacer que un omega hiciese lo que este quiera, sin poder negarse a hacerlo.

— nunca antes habia usado mi voz de mando... — Roza sus narices delicadamente. — Prometo nunca mas usarla, no sabia el poder que podia tener en ti, o en cualquier otro omega. — El menor asiente, embobado aún tanto por lo ocurrido, como por tener al mayor así, tan cerca, envolviendolo con su aroma. —  Mis cosquillas solo eran para subir tu ánimo, me gusta ver una sonrisa en tu rostro, no esas facciones tristes... —

Dos Almas - VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora