Capítulo XXX

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Yoshiko y Riko no se dirigían la palabra, no tenían entre sus pendientes ninguna tarea más.

Dia no podía estar más contenta de lo fácil que se había vuelto su encargo.

Riko no buscaba a Yoshiko por ciertas advertencias, tenía una curita aún en su mejilla por un cachetada propiciada por su madre hace una semana. No entendía lo cambios drásticos en el comportamiento de esa mujer, no le sorprendería que en algún momento le volviera a autorizar hablar con su Tsushima. Al menos le gustaba imaginar que eso podía pasar.

You y Chika no tenían mucho que hacer pero seguían conversando casualmente, no tanto como antes. El comportamiento de Sakurauchi estaba afectando también a Takami porque la mayor parte del tiempo estaba deprimida o fastidiada. La cadena seguía hasta You que en el fondo moría de envidia, no era fácil ver a la persona que te gusta sufrir por alguien a quien odias.

Dia y Hanamaru parecían estar de luna de miel al igual que Kanan y Mari. Ninguna de ellas aparte de Dia sabía lo que pasaba realmente con Riko, hasta que la de cabello color vinotinto se contactó con la rubia, necesitaba desahogarse y ella era su mejor opción.

— Oh, Darling, toma un poco de té. Llora lo que quieras, no hay ningún problema. — Mari trataba de acompañar a Riko con palmadas en su hombro mientras trataba de procesar toda la información. Su gusto o más bien capricho con Yoshiko y el haberla besado más de una vez, sus líos con You y Hanamaru, las relaciones casuales de hace mucho.

— ¿Algo más? — Aún con la cabeza revuelta, Mari estaba dispuesta a escuchar cualquier otro detalle que su amiga quisiera compartirle para desahogarse.

— Pues, pasa algo raro con mi madre, ella quiere que no le hable a Yoshiko y tampoco lo he hecho porque tiene un "informante" por decirlo así. — Mari hizo una pausa para pensar en quién podría ser, se le pasó por la mente la fastidiosa y recta presidenta.

— La cosa es que mi madre tiene algo con la madre de Yoshiko. — Mari la observó de reojo esperando una explicación más clara. — Sí, Mari, parejita, amantes.

Era un poco desagradable recordarse a ella confrontando a su madre por eso y solo recibir gritos, una bofetada y sorprendentemente: la verdad se su relación. Riko estaba bastante ofendida de que le hubiera hecho aquello a su padre y entendía un poco mejor su comportamiento reciente.

La peor parte fue que su propia madre usara las palabras "no quiero que arruines tu vida como yo, no está bien estar con una mujer, no es normal". Le impresionaba que su propia madre fuese así de conservadora después de todo lo que había vivido con Kaoru.
Creer sus palabras era estúpido, ¡ella no cometería esos errores!

Otra parte le decía que su mamá, como siempre, tenía la razón y su deseo por Yoshiko no era normal y solo arruinaría a alguna de las dos o a ambas, tenía miedo de hacerle eso a su amada. Ella era una escoria después de todo, sabía que esa chica merecía algo mejor.

— Gracias por escucharme, Mari, no es necesario que digas nada. — La rubia había estado en silencio todo ese tiempo, sí que era demasiado por digerir y ella estaba un poco incrédula.

— Gracias a ti por contar conmigo, siempre que quieras voy a escucharte. — Mari llamó a su conductor para acompañar a Riko a su casa, en el camino ambas chicas no hicieron más que bromas, querían aligerar un poco el ambiente.

Goodbye! — Riko fue acompañada por su amiga hasta la puerta de su casa, se despidieron con un abrazo. Ninguna de las dos quería soltarse por el estruendo proveniente de la casa Sakurauchi.

— Puedo con eso —, dijo desanimada. Podía, pero no quería, estaba harta.

Mari la observó con preocupación, pero no tenía más opción que dar media vuelta y esperar que todo saliera bien.

— Te veo después, avisas si pasa algo. — Mari estaba preparada para llegar a casa de Riko con un auto lleno de sus dulces favoritos y dar un paseo o con un helicoptero para huir de la región juntas.

Riko tenía su propia llave de la casa pero igual decidió tocar antes de abrir. La imagen que encontró fueron sus padres cabizbajos, parecían estar avergonzados de su comportamiento.

— ¿Dónde está mi hermana? — lo mínimo que podía esperar es que no expusieran a Lily a sus peleas.

— Va a pasar el fin de semana sus abuelos — respondió el papá de Riko para luego tenderse en el sofá, se veía cansado y frustrado.

Kaede se sentó con más cuidado, no sabía qué decir. Solo habían estado peleando un poco con la propuesta de sí volver o no. El hombre estaba de acuerdo pero seguía sintiéndose algo inseguro, había sido engañado.

— Riko, cariño, papá va a volver aquí pero te pido un poco de paciencia ¿te parece? — Abrazó a su hija, ella se aferró a él, luego se fue corriendo a su habitación. Estar en un ambiente así de pesado la haría llorar en cualquier momento. — Te juro que cuando Lily termine la universidad no te volveré ni a ver —, dijo de mala gana.

Kaede agachó la cabeza, no respondió más porque no tenía el derecho de hacerlo, solo se levantó y fue a su habitación.

— Voy a adecuar la habitación de sobra para mí, quedate con esa. — Fue lo último que dijo antes de marcharse.

— Estúpido —, soltó luego de que él se fuera, dio un portazo y se echó en su cama.

— Estúpido Yamato y estúpida Kaoru, aveces quisiera odiarlos.

Kaede terminó llorando toda la noche, rememorando viejas memorias que compartía con esos dos.

Nota del autor: Salu2
A sugerencia, la próxima parte será un extra de las memorias de los padres de Yoshiko y Riko, pronto vamos a pasar de esto a ver más de cerca qué pasa con nuestras chicas.
Ya que estamos, gracias por apoyar el fic.

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙘𝙝𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora