Capítulo XVIII

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— Maldita sea ¿y qué se supone que haga? — bufó enojada la peliazul mayor.

— No lo sé, tal vez dejar 3sta farsa de una maldita vez. — respondió de mala gana la menor dándole la espalda a su contraria mientras tenía la vista clavada en su videojuego.

— Sabes que no puedo hacer esto, es por tu propio bien, si fuera por mí misma ya me hubiese largado hace mucho tiempo. — la mujer estaba a nada de salir de sus casillas, su hija solía ser insolente pero no permitiría que se sobrepasará.

— ¿Dices que es mi culpa? Siempre es mi culpa ¿no? Si es así no me importa, vete y ya, si te estorbo me quedaré entonces. — no hubo respuesta en cortos y la vez eternos veinte segundos, — ¿Sabes? Me da igual, dejame en paz — la mayor la miró con rabia por unos instantes y después salió de la habitación azotando la puerta

"Insolente, Insolente, Insolente mal agradecida"

¿Acaso su pequeña hija se estaba pasando de la raya? Posiblemente. Ahora debía buscar a alguien a quien acudir ¿qué mejor que alguien que también es madre? Iría directamente con Kaede Sakurauchi. De todos modos, eso tenía planeado para hoy.

Ya tenían un punto de reunión, que era una cafetería bastante oculta cerca de un parque, por lo cual era sencillo tener más privacidad por esa zona.

— ¡Kaoru! — la de cabellos rojizos se levantó dejando una taza en una mesa y abrazó a la más alta de las dos.

— Hola, ¿gustas hablar? Necesito hablar. — preguntó algo apenada, normalmente no le gustaba darle tantos problemas a su mejor amiga, pero no es como si tuviera a quien más recurrir, su preciada amiga ya conocía todo de ella y siempre le apoyaba.

— Por su puesto, siéntate, te pedí un Latte. — la más baja tomó a Kaoru de la mano guiandola a la mesa donde estuvo antes.

— Bueno, la cosa es que... Creo que estoy teniendo inconvenientes últimamente, ya sabes, con mi Yoshiko y su padre. Antes de venir aquí tuve una pequeña discusión con ella. — a la mención del hombre Kaede se tensó, ese tipo nunca le agradó para nada.

— Tenle paciencia a Yoshiko, está en plena pubertad, ¿ya tiene quince, verdad? Posiblemente por eso no entiende del todo —intentó animar, poniendo también su mano sobre la mano contraria, empezando a acariciar sus nudillos —, algo así suele pasa con Riko, esa pequeña diabla aveces me cansa. — suspiró cansada ante la mención de su primogénita.

— ¿Riko? Que extraño, ella se ve como una niña muy bien portada ¿No la has visto bien? Es la elegancia en persona, como su madre. — Kaede le propinó un pequeño golpe a Kaoru por decir tantas estupideces en unos cuantos segundos.

— Bueno, Yoshiko parece ser muy buen chica y me acabas de decir que discutieron.   — bromeó, cosa que a su contraria no le hizo mucha gracia y terminó devolviéndole el golpe de hace unos momentos.

— ¿A Riko qué podría pasarle? Ya sabes todo lo que pasa respecto a Yoshiko y las razones de su comportamiento pero ¿Sabes que sucede con ella? — la de cabellos azules tomó de las mejillas a la más baja, quien había apartado la mirada desde la mención de su primogénita. ¿Era el momento apropiado de revelar la verdad?

— Bueno, no lo sé. — mintió. Porque lo sabía perfectamente

Riko era así desde que le prohibió ver a Yoshiko, ahora que le había "dado permiso" nuevamente, Riko estaba insoportable ¿Por qué, si hasta las dejaba hacer deberes en su casa y le abría la puerta como una hija más?
Ella solo se había equivocado una vez ¿no es cierto? Yoshiko y Riko podrían ser tan amigas como antes ahora que ella había reflexionado las cosas y vuelto con Kaoru ¿no es así?

— ¿Crees que tenga algo que ver con Yoshiko? Creo últimamente está volviendo a hablar con Riko. — la peliazul empezó a sacar sus propias conclusiones al no tener respuesta de su contraria.

— No lo creo, tal vez sean otros problemas pequeños o simplemente se está volviendo rebelde, si pasara algo malo en la escuela Dia me lo habría informado o Yoshiko te lo hubiera mencionado. — argumentó para seguir cubriendo su engaño.

— Cierto, supongo. — la peliazul se limitó a asentir — Son adolescentes y tienen sus problemas, tal vez nos estamos preocupando demasiado — rió para luego darle un sorbo a su latte.

— Quizás, espero que ellas mismas puedan solucionar sus cosas, en todo caso estaré al pendiente de Riko y su comportamiento, también debes ser más amable y atenta con Yoshiko ¿está bien? — de alguna manera, Kaoru nunca pudo resistirse a tomar las sugerencias y "órdenes" de Kaede, entonces solo movía la cabeza de arriba a abajo en forma de respuesta.

— ¿Ya te dije que te luces bien hoy? — la menor intentó cambiar de tema.

— Hoy no, se me hizo extraño. — respondió sonriendo.

— Bueno, siempre habrá un mañana para decirlo. — bromeó, recibiendo un golpe en el hombro.

— Cielos, eres tan idiota aveces. — dijo formando un puchero que pronto fue remplazado por risas.

— Ya te extrañaba, no sabes cuanto, esos casi tres años fueron una miseria. — habló tomando las manos de su contraria, Kaede se quedó mirando sorprendida, sus miradas se cruzaron y ambos rostros tomaron un tono rojizo.

— Lo mismo puedo decir, te extrañe como no sabes amiga mía. — la mirada de la peliazul perdió su brillo antes esas palabras, estaba tan harta de siempre ser la amiga.

— ¿Te besas con tus otras amigas también? ¿Debería estar celosa? — fingió estar ofendida, ya sabía la respuesta pero quería escucharla de todas maneras.

— Para nada, solo tú, solo te quiero a ti. — se levantó de su asiento lo suficiente como para alcanzar a Kaoru y depositó un beso en su mejilla.

— ¿Solo allí? Esperaba algo más — siguió con su papel de ofendida exagerada.

— El sábado cuando Yoshiko salga te daré lo que quieras, deja de molestar y exigir tanto. — volvió a darle un golpe leve en el hombro, haciendo que nuevamente ambas rieran al unísono.

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙘𝙝𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora