Capítulo XXVI

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Despertarse temprano un sábado era de lo peor, mucho más si no habías dormido del todo bien por culpa de los nervios invadiendote. Esa era la situación actual de Yoshiko.

Ya tenía el permiso de su madre para salir y no había ningún impedimento, su mente no podía procesar una excusa muy válida para no ir al hogar Sakurauchi, si pudiera regresar el tiempo nunca le ofrecería a Riko algo a cambio de ese álbum, no se le pasó por la cabeza que ella realmente iba a aprovecharse.

— Esto es por tu culpa. —  Yoshiko observó fijamente el lugar especial que había asignado para su amado CD especial limitado, quería mirarlo con desprecio pero no pudo mantenerlo mucho tiempo, lo apreciaba mucho a pesar de las cuestionables condiciones en las que lo adquirió.

Se levantó de su cama, para luego tenderla de manera mediocre. Salió de su habitación para tomar un baño, tuvo que esperar unos minutos porque su madre estaba allí dentro.

Ya estando preparada para salir tomó el desayuno, al parecer su madre iba de salida por lo que sólo comió cereales con leche, cocinar no era lo suyo.

Laelaps estaba algo inquieto, corriendo al rededor de ella mientras desayunaba, el perro se sentía algo solitario últimamente.

— Hola Laelaps, buenos días — su desayuno había terminado, tomó al pequeño y le dio algunas caricias, para luego bajarlo.

Yoshiko aún sentía a su mejor amigo extraño, ¿estaría enfermo? No se veía enfermo realmente.

— ¿Te sientes bien? Perdón por estar algo distante últimamente — no pudo resistirse a tomar al animal y abrazarlo, pero se le hacía tarde y tenía que partir pronto.

Siete de la mañana, malditas siete y media de la mañana y ella tenía que caminar en medio del frío mañanero un sábado. ¿Qué clase de castigo es éste? Se preguntaba a cada paso que daba.

En medio de sus quejas se dio cuenta que casi pasa de largo del hogar Sakurauchi inconscientemente, no quería ir allí.

Tocó la puerta y fue recibida por la madre de Riko, podía jurar que por unos momentos la susodichosa tenía una expresión de no estar teniendo el mejor día.

— Tsushima, pasa, pasa. — la expresión de la mujer se aligeró, pero la peliazul aún la sentía algo tensa, normalmente no estaba con ese desánimo.

— ¡Yoshiko! Gracias por venir. — Tsushima sintió como si Riko y su madre hubieran cambiado de lugares, Riko estaba más alegre de lo usual.

— No es nada, gracias por invitarme. — antes de poder decir algo más, Riko tomó la muñeca derecha de Yoshiko y la guió hasta su habitación.

Estando allí cerró la puerta inmediatamente e invitó a Yoshiko a sentarse en su cama.

— ¿Y bien? — estando unos segundos en silencio, sentadas una junto a la otra, Yoshiko quiso romper el hielo, no tenía idea de qué hacía allí.

— No sé ¿alguna sugerencia?

— Tú fuiste quien me invitó, creí que tenías algo pensado.

— No tenía algo en mente. ¿Quieres que salgamos?

— No tengo ganas de salir a la calle, es algo temprano y tengo frío — Yoshiko no se había desprendido de su chaqueta, amaba el frío pero aveces era mucho para ella — No entiendo cómo puedes estar sin algún abrigo.

Riko usaba una blusa sin mangas y un short, aún estaba en pijama y el frío parecía no afectarle.

— No sé, mi cuerpo es cálido por naturaleza, mira. —  la pelivino posó su mano en la mandíbula de Yoshiko rozando su cuello, causándole un escalofrío a esta por el tacto repentino.

Riko sonrió, cada reacción por parte de Yoshiko era atractiva y divertida para ella

— Oh, veré qué quiere Dia. — el teléfono de Riko sonó, ella lo levantó con una mueca irritada. La melodía de su tono era el instrumental de "Yura Yurara", Yoshiko se percató de inmediato ¿Por qué Riko tenía esa canción?

"Escucha, vi a Tsushima entrando a tu casa cuando pasaba a la tienda cercana allí, más te vale tener una buena explicación" Riko se encerró en el baño de su habitación para hablar sin ser escuchada, Dia se escuchaba enfadada, su tía nuevamente le había ordenado tener a esas dos lejos por razones que ella ni siquiera conocía, pero le habían ofrecido una buena suma que probablemente iba a disminuir.

— Mi mamá le abrió la puerta y lo que yo haga no es tu problema, puedo traer a quien sea, es más, iré a darle sus besos ¿qué harás? Dímelo. — Riko tenía un orgullo considerablemente alto, el tono que usó Dia le había enfadado, y estúpidamente le había revelado unas intenciones que ni siquiera tenía, se dejó llevar por el momento

"¿No estabas arrepentida por eso? Idiota, cometes idiotada tras idiotada, párate a pensar. No creas que por hablar mal de ella creeré que no te interesa de verdad". Riko escuchaba por un oído, y por el otro deshechaba lo dicho por su prima.

— Cuando ella está cerca mi arrepentimiento se vuelve impulso, ahora déjame estar en mis asuntos. — de nuevo Riko le restaba importancia a la opinión de Dia.

"Cuando te sientas como basura no me vengas a llorar, haz lo que quieras, imbecil" la cara de Dia enrojeció por el coraje, si había algo que Dia apreciara más que el buen rendimiento académico, era la coherencia, y las acciones de Riko no estaba acorde a ella.

Riko salió de allí, determinada, en realidad había citado a Yoshiko para preguntarle por sus sentimientos por ella y por Watanabe, tal vez pasar tiempo juntas y jugar algún juego de mesa de los que guardaba en la habitación usada como almacén, pero gracias a la llamada de Dia los planes darían un giro impulsivo.

De manera probablemente brusca, Riko caminó rápido y aferró fuerte su agarre a la sudadera de Yoshiko acercando sus labios y dándole un beso más intenso de lo que Yoshiko alguna vez había experimentado, la peliazul reaccionó en un lapso de unos treinta segundos, no podía tener la maldita guardia baja.

— ¿Qué fue eso? — moduló como pudo al respirar profundo, era consciente de que su rostro podría estar rojo, por lo cual intentó taparse con su sudadera.

— Yo... No tengo idea. — el corazón de Riko se aceleró, quería y deseaba a Yoshiko, pero ver la expresión petrificada de esta era algo triste, pensó que tal vez Dia tenía sólo un poco de razón, pero el arrepentimiento no salía completamente a flote, solo un mar de emociones que le hacían sentir ¿adrenalina?

— Si ese era el pago por el CD, creo que ya terminé por aquí, volveré a casa. — Yoshiko se levantó, al abrir la puerta un susurró le dijo "puedes volver cuando quieras" y rió tierna pero a la vez descarada, esas eran palabras muy acertadas para describir a esa chica ojos miel, según Tsushima.

Mientras caminaba a casa se preguntaba ¿qué tanto podía hacer por un CD? Pudo solo negarse y quedarselo sin pagar, pero sus principios nuevamente no la dejaban de arruinar.

¿Inconscientemente ella se buscó eso? No, era estúpido





Pido perdón, este fic aún no muere, lo terminaré, espero...

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙘𝙝𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora