Capítulo XV

621 70 29
                                    

Yoshiko estaba orgullosa, pero a la vez aterrada. ¿Cómo podría darle la cara a Sakurauchi Riko?

Solo podía hacer lo que siempre hacía cuando entraba en pánico, encerrarse junto con Laelaps y jugar algún videojuego para distraerse, incluso tomó su antigua consola para jugar ese juego con un bandicoot como protagonista

Pero demonios, hasta por tomar su vieja consola se acordaba de Riko y las tardes que pasaron jugando allí jugando juntas, icluso observó con nostalgia su segundo control. ¡Diablos, solo quería no tener que pensar en ella por un momento!

Pero era casi imposible, no estaba sola en casa por lo que no veía como opción pedir consuelo por parte de Hanamaru, al menos no personalmente, si salía su madre la vería así, Yoshiko era consciente de que las madres saben todo y si no lo saben lo averiguan de algún modo y prefería ahorrarse interrogatorios.

¿Qué le quedaba? No mucho por ahora.

Escuchó como tocaban la puerta pero no le dio mucha atención, seguro era alguna visita para su madre, volvió a sentarse sobre su cama y se cubrió con una manta negra mientras seguía jugando con su consola, le faltaba poco para completar ese juego por milesima vez, simplemente no podría aburrirse de el por más que quisiera

- ¡Yoshiko! - una voz conocida la alertó ¿Kanan? ¿Qué hacía ella en su casa?

- ¿Kanan? ¿Qué haces en mi casa? - preguntó extrañada la peliazul menor mientras intentaba parecer lo menos desalineada posible, trató que su cabello no se viese tan despeinado intentando peinar algunos mechones con sus manos y poner una expresión facial menos demacrada, pero era notorio su estado de ánimo con tan solo ver el aura de su habitación, con bolsas de frituras, latas de refrescos, servilletas usadas y uno que otro vaso usado, el cuarto era un total desastre como la chica que habitaba allí.

- Tu mamá me dejó pasar - respondió como si fuera lo más obvio del mundo, al ver la cara de pocos amigos que se formó en el rostro de Yoshiko continuó hablando - Bien, solo quería venir a verte ya que acabé de volver y así me recibes, estoy algo agotada y quería jugar videojuegos, como no contestas el teléfono vine hasta acá ¿ni un abrazo? - Kanan extendió sus brazos con una sonrisa sarcástica, ya sabía de antemano que Yoshiko no correspondería el abrazo, para su sorpresa no fue así - ¿Sucede algo? - el instinto de hermana mayor de la peliazul mayor vibró, algo no estaba bien con su hermana de otra sangre.

Por unos instantes Yoshiko no respondió, solo se limitaba a aumentar su agarre al cuerpo de Kanan y soltar algunas escasas lágrimas para liberar un poco sus emociones reprimidas.

- Bueno, lo que ocurre es que - su hablar se puso por algunos segundos y su voz se oía entrecortada, Kanan notó que Yoshiko seguía llorando sin necesidad de verla a la cara, su tono decía bastante de su ánimo - sabes de mis problemas con Riko ¿no? - Kanan asintió y su expresión facial se tensó inmediatamente.

- ¿Te hizo algo? Sabes, deberías ignorarla por un momento, ella no es el centro del universo, es solo una maldita engreída y - Yoshiko tosió falsamente, ya sabia el discurso que Kanan le tenía, solo por esta vez deseaba ser escuchada, no regañada.

- Como te decía, pasó bastante en el tiempo que no estuviste, Riko de repente parece tener interés en mí, para mi mala suerte estamos en el mismo curso y tenemos un trabajo en parejas bastante extenso, You y Hanamaru se la pasan regañandome por culpa de Riko y sus acercamientos, que normalmente salen fallidos. Solo estoy algo confundida con todo esto, tengo miedo de que Riko solo quiera lastimarme o algo por el estilo, entonces decidí no dejarme caer por ella. - la mayor solo movía su cabeza de arriba a abajo analizando cada palabra que Yoshiko decía.

- Pues es genial que no te dejes manejar de ella, esa es mi chica - Kanan palmeo con cuidado el hombro de su menor - Me alegra que Maru y You cuiden de ti, creí que tú debías cuidar a Hanamaru pero ella hace mejor el trabajo. - la ojivioleta rió sarcástica, no podía ser ella misma sin hacer algún chiste para molestar a la menor.

- Si no estoy yo ¿Quien vigilará a Kurosawa en tu lugar? - Yoshiko respondió con todo, Kanan puso una expresión sombría, por más que Kurosawa Dia fuese su mejor amiga de la infancia no dejaría que su pequeña hermana menor cayera en sus manos, no hasta que Dia demostrará que la merece de verdad, el amor de Hanamaru y la aprobación de Kanan no serían cosa fácil para la Kurosawa mayor.

- Es cierto, después de todo si te necesito, pequeño demonio. - la peliazul mayor decidió no frustrarse por ahora y tomó a Yoshiko con un brazo del cuello y con su otro brazo empezó a despeinarla, más de lo que ya estaba por si sola.

Yoshiko y Kanan pasaron una tarde agradable jugando videojuegos, comiendo frituras y haciendo bromas despectivas sobre la chica antes apodada "Yohane" porque algo así nunca faltaba en una de sus reuniones.

Lo que para Mari fueron siglos para Kanan fueron solo unas semanas. Por fin la peliazul había regresado para quedarse el resto del ciclo escolar, no pensaba volver a ausentarse por sugerencias de sus superiores, tanto tiempo fuera podría afectarla académicamente, aunque el estudio nunca fue problema para ella a pesar de sus faltas.

- ¡Darling! - Mari se abalanzó sobre Kanan como si no la hubiese visto desde hace mucho tiempo, como si fuera un reencuentro memorable, para la rubia así era, no podía pasar mucho tiempo sin la peliazul cerca, inclusive se las había arreglado para visitarla en medio de su viaje.

- Hola, Mari - saludó Kanan con algo de dificultad para respirar, aún así no parecía querer negar el abrazo.

- Que enamoradas están. - susurró You

- Lo sabemos. - respondieron Yoshiko y Hanamaru también en susurro y al unísono.

Después de terminar su abrazo Mari tomó a Kanan de la mano y la llevó casi arrastrada hacía su aula de clases para que Kanan tomará algunos apuntes pertenecientes a Mari, la cual los había conseguido con anterioridad por medio de sus compañeros de clase, nadie podía negarle algo a la deslumbrante Mari Ohara.

El dúo dinámico junto al ángel caído seguían sentadas hablando trivialidades hasta que Kurosawa Dia pasó por ahí, a lo que la menor de las Kunikida se fue cautelosa detrás de ella.

Dejando solas al dúo Jimo Ai, quienes decidieron ir a su aula de clases, lo que no esperaban era ver a Sakurauchi Riko junto a ¿Chika? ¿Qué hacía Chika allí si no era su aula?

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙘𝙝𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora