Capítulo 2. Un nuevo camino

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Mi vida siguió como siempre, pues yo realmente en lo que estaba más centrada en ese momento era en mí misma.

Ese verano había decidido irme lejos de casa, dejando atrás a mi familia y algunos amigos, con el pensamiento de trabajar para conseguir dinero y después volver cuando la temporada hubiese acabado.
A medida que pasaban los meses comencé a sentirme cada vez más libre, independientemente, estaba teniendo esa sensación de paz que quizás nunca había tenido, y como es de esperar llegó ese momento en el que me planteaba no regresar.
En mi cabeza solo pasaba la misma pregunta, ¿Por qué iba a regresar a un lugar en el que había sufrido tanto y perdería todo aquello?, porque para ser sinceros, en mi casa nunca había llegado a sentir eso nunca, supongo que era porque mis padres se odiaban y yo solo andaba perdida.
Por una vez sentía que tenía la posibilidad de cambiar todo eso y comenzar mi vida de otra manera.
Mi mejor amigo me acompañaba en esto, y decidimos buscar un piso para quedarnos, ya que en realidad en ese momento de lo que disponíamos era de una habitación
compartida de la que nos teníamos que ir. Recuerdo que en entre búsquedas sin esperanza llegó el día, mi amigo me dijo que había encontrado un piso para ver y fuimos a verlo, sin duda la suerte parecía que estaba de nuestras manos, una puerta nueva se había abierto para mí y conseguimos quedarnos con el piso.
Llena de ilusión comenzamos la mudanza, no me creía que por fin me hubiese dado una oportunidad a cambiar todo aquello y elegir por fin como me apetecía vivir.
Tenía mi pequeño hogar y un comienzo a una vida nueva, ¿qué más podía pedir? Sin duda sentía felicidad.

Cuando las prioridades se vuelven claras, las decisiones se vuelven fáciles.

El poder de amarse a uno mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora