Finalizó el verano y podía respirar
aún más esa tranquilidad, era como si mi yo interior estuviese saliendo cada vez más rápido, pero sin ninguna prisa.
Me sentía como una niña la cual había conseguido subir a esa pequeña montaña sola y pudiera gritar a todo pulmón, aquí estoy yo, pensaba solo en mí, en mis propias preocupaciones y en como embarcaría esa nueva aventura que tanto me estaba gustando.
Mientras disfrutaba de ese momento, el chico de aquella noche seguía por así decirlo en mi vida. Entre mensajes de risa e insistencias de querer conocerme, yo por alguna extraña razón
seguía manteniendo un contacto amigable con con él.
Sentada en aquel sofá de mi nueva casa y sin saber muy bien la razón, me paré
un rato a pensar el porque no iba a poder
darle la oportunidad a alguien de conocerme, total por tomar un café y charlar tampoco pasaría nada, pués el sabía bien mis intenciones de primer momento y además se había mostrado tan amable y gracioso que en parte me caía hasta bien, ¿por qué no iba a darle un voto de confianza?
Llegó el día de ese esperado café y le dije que viniera a casa y que yo le invitaría, eso sí
con mi mejor amigo presente. Jajaja, ¿suena un poco a risa, verdad? Le quiero dar un voto de confianza, pero en realidad no me fio de sus intenciones, pidiendo a mi mejor amigo que se quede, así me aseguro mejor de que no pasará nada. Pues sí, quizás puedas decir que soy un poco rara, pero así soy y me encanta.
En fin, sin salirme más de esta historia, llegó a casa para tomar ese café que tanto me inquietaba.
Al principio todo parecía muy normal, pues él fue bastante abierto y divertido, la verdad que recuerdo que pudimos reírnos bastante y mantener una conversación bastante agradable.
Sin duda me había sorprendido bastante, lo que me hizo cambiar la perspectiva que tenía hacia él de chico malo. Quizás era yo que me había dejado llevar por primeras impresiones o quizás me estaba metiendo en la boca del lobo, la cuestión es que cada vez me daba más curiosidad poder conocer más sobre él.
Pero claro está de que el lobo también supo como engañar a Caperucita o al menos según el cuento.
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El poder de amarse a uno mismo
Short StoryHe querido hacer esta autobiografía, basada en una historia de amor que me llegó a parecer preciosa y la cual también me destruyó. En este relato me gustaría exponer todo mi corazón y ojalá poder ayudar a alguien si así se identificara con mi histor...