Capítulo 7. El príncipe azul

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Todo lo anterior pareció borrarse rápidamente de mi cabeza, pues realmente ni si quiera llegué a contarle a nadie nada de lo ocurrido y preferí mantenerlo en silencio, haciendo como si nada hubiese pasado. Sinceramente, cuando hablaba de él o me preguntaban, siempre lo describía como el chico ideal y he de decir que realmente, yo lo veía así, a pesar de todo aquello después de la tormenta siempre llega la calma, o al menos eso dicen.
Todo parecía ir tan bien, que decidí llevármelo a conocer al resto de mi familia. Salimos a embarcar el viaje y a mis padres no parecían disgustarle y lo aceptaron muy bien. Visitamos muchos lugares y sitios diferentes, la verdad
que ya comenzaba hasta a sentir que podía ser el hombre con el que pasaría el resto de mi vida. Siempre me impresionaba con alguna cosa y era muy atento.
Empecé a integrarme en su familia, la cual me acogió como una más de ella, me sentía bastante cómoda y agradecida, además yo tenía bastante lejos a los míos, así que podía sentir que no estaba tan sola donde me encontraba, respecto al tema familiar. Pero a pesar de lo bonito y mágico que parece todo hasta el momento, quiero recalcar algunas cosas de las que quizás no les hacía caso y que ahora veo con más claridad.
Él era un tanto celoso, y con esto bastante inseguro, algo que yo no le daba importancia en ese momento, porque yo realmente no lo era. Esto era algo que él no entendía, porque para su forma de ver esto, según me decía él, era porque no lo quería, para él no sentir celos, es porque no sientes amor hacia la persona, cosa que lógicamente es algo absurdo de pensar.
Cuando quedaba con alguna amiga o amigo, recuerdo que él enseguida me mandaba un mensaje o me llamaba y si no contestaba se ponía nervioso, realmente bajo mi forma de pensar, quedaba para desconectar un simple rato con ellos y no me parecía normal que estuviese que estar pendiente de él, pues solo salía unas horas para estar con ellos y como que estar con ellos, sin estar, no me parecía algo normal. Esto a él le molestaba bastante, pues su respuesta era que él, aunque estuviese con amigos me mandaba mensajes, cosa que yo tampoco le pedía y en la que tengo que apuntar que por mandar un siempre mensaje no pasa nada, pero otra cosa muy diferente es mantener una conversación innecesaria, que era lo que él quería. Todo estos detalles que yo ignoraba, comenzaron a convertirse en bucle, incluso ya llegando al punto de empezar a desconfiar yo también y tener las mismas actitudes hacia él. Todo ya era si yo no puedo, tú tampoco. Totalmente, ya estábamos entrando en algo bastante tóxico, pero igualmente yo ya no veía eso, pues comencé a verlo como algo normal entre parejas, total yo seguía montada en esa nube, llenas de detalles y la verdad que cuando quería me ayudaba en muchas cosas, todo era perfecto e ideal para mí, todo lo malo ya no era ni malo y sin duda era mi primer amor y quería que fuese el último.
Había venido mi príncipe azul, para vivir esa historia de amor de cuento. ¿Por qué iba a ver algo malo?

El poder de amarse a uno mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora