Capítulo 6. Oportunidades dolorosas

7 1 0
                                    

Después de estos giros, también un poco inesperados para mí, todo parecía ir de maravilla.
Aunque al principio había sentido ese miedo porque pasara justo lo que estaba pasando, en ese momento ya no tenía esa sensación de pánico, pues la verdad, me estaba agradando bastante el haberme dejado llevar, me lo pasaba genial con él, ¿qué podía salir mal?.
Pues bien, siendo realista en este presente tengo que decir, que aunque todo parecía maravilloso en ese momento, quizás  ya desde ese comienzo, habían señales negativas que quizás ignore un poco, podría decir varias de ellas, pero contaré una, la cual considero más relevante para contar en esta historia.
Recuerdo que ese día, quizás mi alarma se encendió en rojo para plantearme si quedar con él más, era lo más correcto. Muchas llamadas y mensajes aparecieron en mi teléfono de parte de él, por lo visto si te digo la verdad, creo que ni me había enterado de las llamadas,ni de nada y se ve que al no contestar, esas llamadas y mensajes fueron a más, como un poco descontroladas. Yo al ver esto, puedo asegurar que no me gusto nada, y que cuando le contesté fue para decirle eso mismo, no entendía esa poca paciencia y esas insistencias tan tóxicas y poco normales, a decir verdad, no quería ni verlo. Al parecer eso le puso más nervioso y siguió llamándome hasta que le volví a coger el teléfono, parecía estar bastante mal, me dijo que tenía mucha ansiedad y empezó como a romper a llorar, yo le dije que se tranquilizara y que si quería venir a verme, quizás así se le pasaría un poco todo aquello. Aunque no me había gustado nada su actitud, tampoco me gustaba que estuviese en aquel estado. En pocos minutos se acercó a mi casa, a lo que yo bajé para hablar con él e intentarlo tranquilizarlo. Recuerdo que estaba muy nervioso y yo un tanto fría, manteniendo el pensamiento de que mejor no nos veríamos más. Él no paraba de llorar muy angustiado, mientras me decía que no me quería perder y que sentía mucho lo ocurrido. Francamente, me debilitó, no quería verlo así y decidí darle una oportunidad.
Después de esto seguimos conociéndonos como siempre, incluso le presenté a mi madre y hermano pequeño que habían venido de vacaciones a visitarme, con los que se había mostrado muy agradable.
Solo me faltaron unos pocos meses para irme a vivir con él, pues ya me lo había comentado en varias ocasiones, y quizás todo ocurre en el momento preciso,así que decidí mudarme con él.
La verdad que me adapté bastante bien, me dejó sitio para mis cosas, hacíamos cenas románticas en casa, me dejaba notas antes de irse a trabajar, sin duda en ese momento para mí, era
el chico ideal, pero claro que todo no era tan perfecto, pues aún en todo lo perfecto siempre había esas señales que yo no veía, ni que tampoco quería ver.
Al poco tiempo, una noche decidimos salir a tomar algo y bailar un poco, este día recuerdo que él se había pasado un poco con la bebida y estaba bastante desagradable, a medida que pasaba la noche, encontré a un amigo suyo el cual me caía genial y empecé a hablar con él, como algo normal hasta el momento, algo que al parecer esa noche le sentó mal, incluso queriéndose ir de allí, a mi parecer se había puesto celoso, sin entender muy bien de que.
De camino a casa, como era de esperar empezamos a tener una discursión bastante desagradable, él estaba muy nervioso y enfadado, hasta llegar al punto de que en un momento la situación se le fue un poco de las manos. Puedo recordar, que en aquel momento sentí miedo, solo quería llegar a su casa y coger las cosas para poder marcharme de aquel lugar. Al llegar a la casa, inmediatamente empecé a hacer las maletas, él no quería que me fuese y comenzó a rogarme que me quedara, sin parar de llorar.
Yo trabajaba en unas pocas horas y después de hacer un replanteamiento, decidí quedarme para dormir y así a la mañana siguiente pensar las cosas algo mejor.
Al final de la jornada de trabajo, tan fatídica y pensativa para mí, llegué a casa como de costumbre. Allí se encontraba, sentado en el sofá un tanto apagado, me miraba con una mirada triste y solo me pedía perdón, realmente parecía arrepentido, incluso me había dicho que había cogido cita para visitar a una psicóloga, para saber el porqué le había pasado eso la noche anterior y que no volvería a repetirse.
-Al menos lo está intentando y seguro que me quiere mucho, porque esto realmente lo está haciendo por mí, estoy segura de que no volverá a repetirse, además se le ve bastante arrepentido.
Así que sin más decidí pensar así y y volví a darle otra oportunidad.

El poder de amarse a uno mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora