Capitulo 6 Descubrimientos

187 11 10
                                    

La noche había sido por demás productiva. Había visto a sus padres muy juntos y en un momento muy íntimo, sobre todo cuando pudo tomar una fotografía del justo instante donde su madre besaba a su padre, pero su cuerpo comenzaba a reclamar alimento. Ya era de mañana e ir a despertar a su madre sería una buena idea, aunque debía seguir fingiendo debilidad. Así, en cuanto abrió la puerta sonrió aún más al ver a sus padres dormidos y abrazados. Sin dudarlo corrió por su celular para tomar una fotografía de ese momento, no es que fuera el primero que veía, pero sí que veía en mucho tiempo. Después de aquella fotografía cerró con cuidado la puerta esperando no despertarlos y ella se iría a fingir que seguía durmiendo.

Seiya despertó al sentir el sol filtrarse. Por inercia busco su celular, al no encontrarlo, notó la calidez del cuerpo de Serena junto al suyo. Se sentó lentamente observándola—. ¿Dormimos juntos? —se sonrojó al notar la evidencia de sus pensamientos. Observó toda la habitación, la comida a un lado. Se puso de pie, lentamente acarició su cabello con suavidad, besando su frente con una sonrisa para ir a su habitación a darse un baño y alistarse para salir.

Se movió buscando sentir el cuerpo de Seiya, pero despertó al sentir que estaba sola en la cama, ¿acaso había sido un sueño? Se movió un poco sintiendo como el lado donde había dormido Seiya aún estaba tibio, por lo que aspiró la almohada sintiendo su aroma. No había sido un sueño, él había estado con ella, durmiendo en la misma cama, pero ahora ya no estaba. Se acostó boca arriba observando el techo, después de muchas noches lejos de él había descansado plenamente. En fin, ya no era momento de soñar, tenía un día pesado que comenzar, por lo que estaba dispuesta a iniciarlo con una sonrisa después de lo vivido la noche anterior.

X-X

Era medio día, su abuelo la había pasado a dejar en casa antes de ir a trabajar, entró a la casa seguida de su abuelo con una gran sonrisa ante el tesoro que llevaba consigo—. Mamá, ya llegué

—Hola, mi princesa —se acercó a besar su mejilla—. Te extrañé mucho, ¿cómo te portaste?

—Yo también te extrañé. —sonrió abrazándola.

Correspondió a su abrazo besando en seguida su frente— Anda, ve a cambiarte. Pronto estará el desayuno...

—Sí, mamá, ¿y papá dónde está?

—Salió muy temprano. Anda ve a cambiarte para que vengas a desayunar. Papá ¿nos acompañas?

—Solo un rato, hija —sonrió al ver a su nieta feliz subiendo las escaleras.

—¿Te ofrezco café? —preguntó mientras volvía a la cocina.

—Mejor un chocolate caliente hija, por favor

—De acuerdo papá, ¿y como has estado?, disculpa que no he ido a verlos —dijo mientras sacaba lo necesario para preparar la bebida de su padre.

—Te hemos extrañado hija. A decir verdad, estamos preocupados por ti

—Lo siento, trataré de visitarlos pronto —dijo evadiendo el hecho de que estuvieran preocupados.

—Espero que así sea —murmuró observándola detenidamente.

—Claro que si papá —sonrió sutil sirviendo el chocolate en una taza.

La observó detenidamente, sin decir nada.

—Papá no me veas así, me haces sentir incómoda —murmuró mientras servía el desayuno de su princesa menor.

—Solo estoy preocupado hija...

—No tienes por qué estar preocupado, estoy, bueno estamos bien...

—Bien, cuando están por divorciarse

Nuestro Amor se ha Vuelto AyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora