บทที่ 11

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Una hora más tarde.

Actualmente la menor se encontraba sentada en los asientos traseros de una de las lujosas camionetas de la familia mayor, estaba en medio de unos también adormilados Porchay y Macao, ambos enojados porque su pareja y hermano respectivamente, los habían obligado a levantarse a esa hora luego de acostarse tarde, al parecer habían visto una película juntos.

En la camioneta iban cinco personas, además de ellos tres, de piloto iba Pol y de copiloto iba Jaebeom, éste último iba mirando constantemente por  la ventana y revisando el parámetro para asegurarse de que su protegida estuviese fuera de peligro por completo.

Según había escuchado, llegar a la boutique les tomaría alrededor de 38 a 40 minutos aproximadamente, así que con pereza, los tres jóvenes estaban sentados en la parte de atrás mientras cabeceaban y contaban ovejas mentalmente para mantenerse despiertos. Cosa que en la chica no funcionó, ya que poco a poco fue recostando su cabeza en el hombro de la persona a su izquierda cayendo dormida a los instantes, dicha persona pasó con suavidad su brazo por la cintura de la chica, acurrucándose con ella y durmiendo juntos.

Luego de un rato sintió como su cuerpo era movido, abrió los ojos viendo el panorama a su alrededor un poco borroso aún y se dispuso a alejarse de aquella persona que la tenía abrazada y muy cómoda a decir verdad. Cuando se separó por completo vió que esa persona con la cuál había dormido durante media hora era nada más y nada menos que Porchay, al notarlo, las mejillas del joven se colocaron de un fuerte color rojo mientras reía bajando el rostro y tratando de disculparse.

“Está bien P', no hay problema” Le aseguró la menos y se bajaron de la camioneta.

Delante de ellos iba caminando Jaebeom mientras detrás iba Pol hablando por su intercomunicador con Arm, el cuál le daba estrictas indicaciones que su jefe había mandado a decir, cómo por ejemplo: “Si le queda grande pero le gusta manda a buscar uno de su talla y si se niega amenazala con cerrar esa boutique”.

El lugar era muy estético y grande, por lo cual la menor no alcanzó a leer el nombre al ser arrastrada por Pol, quién había visto a la persona que los estaba esperando y a quién le habían hecho la reservación.

Todos le hicieron una pequeña reverencia a los chicos cuando éstos entraron al lugar, las vendedoras estaban acomodadas en fila mientras la que parecía ser la jefa del lugar estaba en la punta principal, presentándose.

“Mucho gusto, soy Song y el día de hoy los ayudaré personalmente a elegir su vestido” Eileen no estaba segura de que esa era la presentación correcta de la dueña de una tienda, pero lo dejó pasar y siguió a la mujer, quién la llevó a una pequeña y lujosa habitación en la cuál habían decenas de vestidos variados entre colores morado, rosado, púrpura, lila, verde aguamarina y tonos pasteles hasta tonos fuertes.

La señora Song le ordenó quitarse la ropa y quedar en bata, cómo si estuviese en "vestido de novia" y poco a poco le fue mostrando la variedad de vestidos.

Se midió el primer vestido y se vió al espejo, si bien el color era hermoso y le acentuaba muy bien, el hecho de que la abertura en su espalda dejara casi a la vista el inicio de su trasero no le agradó mucho.

Se midió el segundo y mientras se veía al espejo notó por el rabillo del ojo como la señora Song le daba una pequeña pero despectiva mirada.

Le pareció extraño pero, pensó que eran ideas suyas por estar aún un poco dormida. En fin, no lo tomó en cuenta y siguió midiendose los vestidos, hasta que llegaron a uno que sentía que superaba a los demás, no le gustaban las cosas tan típicas, por lo que apenas vio ese vestido color blanco de una tela parecida a la seda quedó encantada y se lo colocó, emocionada. El vestido era ajustado a la cintura y a partir de la misma caía hasta sus pies con elegancia, en la parte delantera tenía la forma de un corset y la parte de atrás se amarraba con las mismas tiras que formaban las mangas. En pocas palabras, era una preciosura.

Se volteó la puerta dispuesta a confirmarle a la señora Song su elección en cuanto al vestido. Abrió la puerta emocionada y notó como la señora Song soltaba su teléfono con rapidez, guardando lo en su falda elegante y acercándose a ella a pasos rápidos.

Y antes de que pudiese decir alguna palabra, ésta habló.

“Entonces, escogiste ese vestido...” Con una mirada barrio de arriba a bajo el cuerpo de la menor, mientras la misma solo asentía y le daba una mirada confundida y un poco asustada, mientras se alejaba de ella disimuladamente e intentaba no demostrar su susto. “Pero... Tu no puedes ponerte eso” Negó mientras reía con cinismo, los ojos de la menor vieron cómo tres banderas rojas parecían aparecer en el rostro de la señora cuando ésta siguió hablando. “No es el indicado para tí” Aseguró.

“¿P-Pero, porqué dice eso?” Preguntó en un murmuro bajo, mientras se regañaba a si misma por haber tartamudeado.

¡Vamos, no demuestres ser una débil!

“¿Cómo que por... Aish” Subió su mano derecha y acarició el puente de su nariz, soltando un pesado suspiro. Volvió a levantar el rostro y le dirigió una sonrisa, volviendo a hablar. “Ese vestido es blanco. La misma palabra lo dice. Blanco.” Aclaró haciendo enfasis en la última palabra.

Eileen seguía confundida. A su mente había llegado una alerta pero no estaba segura de estar o no en lo correcto.

Al ver que no le respondía, la señora volvió a hablar mientras levantaba la voz en cada palabra que decía.

“Que al ser blanco solo lo pueden utilizar personas blancas y tú... ”Hizo una pausa para volver a barrerla con la mirada. “Tú eres negra, no puedes utilizar ese vestido, ¿Ya entendiste o te lo dibujo?” Movió su cuerpo mientras se despeinaba mostrando desesperación, mientras una muy confundida Eileen solo podía alejarse y mirarla como si tuviera tres cabezas, es que no tenía sentido alguno lo que ella estaba diciendo.

No tenía lógica para nada.

“Sabes que, ven” Se acercó, pero al estar cerca hizo una mueca de asco y esquivó sus hombros, pateandola en la espalda baja con su tacón indicándole que entre a la habitación nuevamente, provocando que los pies de la menor se enredaran en la cola del vestido y así terminara cayendo y golpeando sus rodillas y manos duramente. “Que inútil. Cámbiate enseguida, vas a manchar el vestido.” Volvió a gritar, y cuando estaba a punto de salir, fue interrumpida por un fuerte brazo sosteniendo el suyo. “¿Qué mierda? Suéltame idiota.” Exclamó llamando la atención de la menor en el suelo, quién levantó el rostro al escucharla y apartó de su rostro el cabello que se le había movido al caer.

Ahí.

Frente a sus ojos.

Estaba nada más y nada menos que Porsche, sosteniendo con fiereza el brazo de aquella mujer, que ahora más que enojada parecía asustada.

Incluso se podía ver una línea amarilla manchar sus medias blancas.

Se había orinado.

𝙈𝙐𝙇𝙏𝙄𝙑𝙀𝙍𝙎𝘼𝙇𝙇𝙔 𝘿𝙀𝙎𝙏𝙄𝙉𝙀𝘿 • 𝙆𝙄𝙉𝙉𝙋𝙊𝙍𝙎𝙃𝙀 𝙭 𝙊𝘾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora