Mi primer y único amor

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Entre sueño escuche un ruido, mi despertador comenzó a sonar para avisarme que un  nuevo día comenzaba

-Cinco minutos más, solo cinco minutos - estire mi mano y apague el despertado a la par que me tapaba por completo con la manta

*Dos minutos más tarde* 

-Yang Mi despierta, llegaras tarde a tu primer día en el colegio – mi madre comenzó a gritarme.

Resignada me pare aun con lagañas en mis ojos, fui directo al baño para lavarme, cepille mis dientes y me di un par de cachetadas para despertar por completo, me puse el uniforme, hoy es mi primer día en el colegio, tome mis cosas y baje a desayunar.

-Buenos días papi, ma - les di un beso de buenos días

-Como durmió mi hermosa princesa – mi papá siempre tan lindo

-Bien

-Ya lista para tu primer día en el colegio

-Si, mas que lista

-Mi bebé

-No soy un bebe mamá tengo 13 años

-Aunque tengas 30 será mi bebe

-Ya me voy o llegare tarde, que tengan un buen día

-Ve con cuidado

-Sí, adiós

Salí corriendo de mi casa tenía que tomar el metro eran las 7:30 de la mañana. Cuando llegue fui directo al aula y como siempre me pasa todos me miraron cual bicho raro.

-Buenos días alumnos, soy su profesor, mi nombre es Park Jin Woo, empecemos la clase primero preséntense todos a sus compañeros para conocernos mejor

Y así uno a uno se presentó y entonces llego mi turno

-Que sorpresa, tenemos una extranjera en la clase, hola ¿cómo te llamas? ¿De dónde vienes? – el profesor creía que su pronunciación del inglés era excelente, más bien era fea.

-Hola me llamo Sung Yang Mi, vengo de Uijeongbu y soy coreana

-¿Es eso verdad? Acaso ¿eres adoptada?

-NO - dije sin ganas

-¡Otoke! bueno continuemos

Y así pasa todo el tiempo, me dicen extranjera, que de donde soy, que si soy adoptada o que si me secuestraron los extraterrestres. La verdad es que no me parezco a mis padres, a ninguno, tengo ojos grandes color miel y de cabello castaño y chino, pero mi padre es mitad español, mi abuela que en paz descanse era española, así que eso explica todo.

Los días en la escuela pasaban lento, lo bueno es que hice buenas amigas y así un mes pasó sin nada divertido o interesante, hasta esa noche. Era tarde las once para ser exacta, corrí al metro mi madre seguro estaría preocupada, me quede haciendo un trabajo y perdí la noción del tiempo y para terminar me quede sin pila en el celular. Corrí todo lo que pude hasta la estación del metro pero justo antes de entrar choque con alguien y caí al suelo me di un golpe tremendo.

-¿Estás bien? – me tendió la mano, supuse que para ayudarme a levantarme

-Sí, Gracias y perdón venia distraída y no lo vi

-¿Segura?- Él sonrió y en ese momento mi mundo entero se movió -¿Vas lejos? si quieres te acompaño

-Voy a Uijeongbu, pero en verdad estoy bien muchas gracias, no te molestes

-Qué bueno que estés bien, pero te acompañare, además vamos en la misma dirección así no será molestia

Que buena suerte la mía, no solo había chocado con el niño más guapo de todo Seul, si no que también íbamos por el mismo camino hasta me acompaño a casa, ese día quede enamorada al instante, a mis 13 años me había enamorado.

A Paso LentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora