El chico de mis sueños

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En la escuela pensaba en qué pasó exactamente. Iba tan metida en mis pensamientos que choqué con alguien.

-lo siento- dije sin levantar la mirada.

-T/N, ¿estás bien?- levanté mi vista y era Danielle.

-eh si, todo bien- mentí.

-no sabes mentir- se acercó a mi- ¿qué pasó?- volvió a cuestionar.

La tome de la mano y fuimos a la cancha de fútbol sentándonos en las gradas.

-anoche tuve un sueño- me miró sin comprender.

-no entiendo-

-estaba en la playa, pero había alguien más. Era un chico alto, cabello castaño, dos lunares en su mejilla izquierda y unos ojos... preciosos verdes- recordé esos ojos.

-mierda- hizo una mueca- ¿cómo se llama?- indagó más.

-esa es la cuestión, no lo sé, no hablaba y no me dijo su nombre- me lleve las manos a mi rostro en modo de frustración.

-¿alguna vez lo habías visto?- siguió preguntando.

-no, jamás olvidaría unos ojos así de bellos- acomode mi cabello.

-estás en problemas- asentí rendida.

(...)

Terminó otro día y con ello otra semana de escuela. Gracias al cielo porque los fines de semana no hay escuela.

Llegue a casa y entré- mamá- grité.

-en la cocina- llegue a donde mencionó y estaba platicando con un señor algo regordete, tez blanca, una sonrisa que transmitía alegría, ojos color café y cabello negro.

-hola mamá- dije sin despegar la vista de ese hombre.

-T/N él es Bob... mi...- se acercó a mi.

-¿Tú que?- fruncí mi ceño.

-mi novio- abrí mis ojos como platos.

Papá tenía 4 años de haberse ido, tenía 1 año engañando a mamá y cuando lo descubrió lo echó de la casa. Papá se despidió de mi y me dijo que nos veríamos los fines de semana.

Primero nos veíamos cada fin, luego cada 15 días, luego cada mes, hasta que desapareció de mi vida.

Supe que hizo una nueva familia, con su amante y un hijo. El niño no tiene la culpa de que mi papá me haya olvidado, pero lo odie por 2 años.

Me volvió a buscar con la excusa de que se había ido de viaje a Londres (claramente mentira, porque sabía dónde vivía) así que lo enfrente diciendo que era un mal padre y mentiroso, pero que lo perdonaba porque no quería cargar con eso en mi conciencia pero no veo a mi papá. Hace meses volvió a buscarme pero lo ignoré.

-es un placer, T/N- se levantó y me tendió su mano para estrecharla.

No sabía si hacerlo, digo mamá debe ser feliz pero no sé si yo estoy lista. No iba a ser descortés- el placer es mío, creo- estreche su mano.

-se que debe ser nuevo para ti pero espero y nos podamos llevar bien- mencionaba con una sonrisa que hacía que sus ojos se achinaran por sus mejillas regordetas.

-si... claro- voltee a ver a mamá.

-oh emmm... llevamos saliendo unos meses- sonrió nerviosa.

-si mamá, no hay problema, tienes derecho a rehacer tu vida- sonreí transmitiéndole sinceridad.

-Bueno las dejo, debo irme- se despidió de mamá de un beso en los labios- hasta luego, T/N- levantó su mano agitándola hacia los lados en modo de despedida.