Say Goodbye Dear Stray Cat

Contradicción

Muchas gracias por su apoyo, espero que esto les guste.

Declaimer:

Naruto NO es mío, es de Masashi Kishimoto.

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Episodio

XII

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"No podía salvarte y sin embargo quería quedarme a tu lado"

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A veces se ponía pensar que la vida era el sinsentido más grande del mundo. Carecía totalmente de coherencia alguna, o mejor dicho, las personas que podían "vivir" eran tan tremendamente impredecibles, que sus propios actos se contradecían la mayor parte del tiempo. Cuando querían algo buscaban obtenerlo por todos los medios, pero luego de un rato, se aburrían y lo desechaban, como si fuera un pedazo de basura. Lo sentimientos eran iguales, podían tirarlos cuando ya no les apetecía tenerlos y si no eran correspondidos con empatía, chillaban como unos mocosos. Los seres humanos eran criaturas tan egoístas que de alguna manera se sentía enfermo de sólo pensar en ello. Vale, él también era humano, sin embargo se había rehusado a pensar en sí mismo como uno; tan sólo era una cascara vacía, con cicatrices expandiéndose por todo su cuerpo, perforando el interior de su pecho dejando expuestas las vísceras, su corazón apenas podía llamarse así.

Hacía mucho tiempo que había decidido desechar por completo sus propios sentimientos. Las cosas como la felicidad y el amor, no eran algo que debiera disfrutar. Ni siquiera podía soñar con el futuro, ni le importaba hacerlo, había renunciado rotundamente a esos privilegios, pues no se los merecía.

No después de haber hecho lo que hizo un año atrás.

Entonces, sí ese era el camino que había escogido por sí mismo. ¿Por qué no podía seguir yendo sobre él? Desde que esa molesta mujer entrometida se había involucrado en su vida, todo estaba patas arriba y lo más irritante de todo es que él lo había permitido. Sin embargo, aunque le costase un pedazo de lengua admitirlo, lo cierto es que dejarla acercarse, había sido absolutamente inevitable.

Hinata era como un sol.

Tan brillante y cálido, que sus ojos no podían impedir quedar deslumbrados. Rehusarse a estar a su alrededor no había sido una opción, no hasta que ella misma decidió marcharse de su lado. Y eso era tan asquerosamente frustrante. Le irritaba darse cuenta que frente a ella, seguía siendo débil. Pero no sucumbiría, ya había tomado la decisión de permanecer quieto y continuar pudriendo su cuerpo. Como si no tuviera vida y sólo fuera un muñeco que camina y respira.

Era lo menos que podía hacer.

No se le podía castigar de otra manera. Porque no había alguien para culparlo de sus propios pecados, y los que podían hacerlo, lo menospreciaban con su falsa empatía, mirándolo con esos malditos ojos de compasión.

Mierda, no necesitaba esa clase de estupideces.

Prefería mil veces morir que recibir la caridad de otros. Era lamentable, sí, pero no quería la lastima de nadie. Su orgullo, era todavía lo suficientemente fuerte para ser de ese modo. Había decidido cerrar sus ojos y oídos, vivir en un mundo lleno da oscuridad parecía ser lo más apropiado para un monstruo como él. Los ecos de las voces que a veces le atormentaban en sus más remotas pesadillas, destruían su cabeza, pero era algo que estaba dispuesto a soportar.

No debía haber nadie a su lado.

Sí él fue quien causó que su persona más importante terminara muriendo, imaginar que le maldecía a muerte no era nada. Pretender que no existía esa pequeña luz en su vida, era mejor que perseguir ciegamente estrella fugaces en la oscuridad. Hinata se iría y él se quedaría atrás. Así que olvidarla, era mejor que estar sometido a un constante e incierto destino.