Epifanía

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Muchas gracias por su apoyo, espero que esto les guste.

Declaimer:

Naruto NO es mío, es de Masashi Kishimoto.

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Episodio

XXII

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"¿Logras ver mi corazón?"

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La luz del candil de la calle hacía juego con las farolas de los coches y el mormullo constante de las personas que le acompañaban en su viaje le hacían sentir una calidez nítida en el pecho, como si fuera una pieza más en el mecanismo de la vida y cada uno tuviera su propia función. El frenar desprolijo del autobús la distrajo un momento de sus pensamientos. Ladeó el rostro y los cabellos le bailaron por la espalda, revisó el reloj de su móvil y comprobó que faltaba casi nada para que el autobús llegase a la parada que le correspondía.

Sonrió.

Aquellas calles que antes solían serle bastante extrañas, ahora tenían un tinte nostálgico que le dejaban un sabor agridulce.

Eran lugares que habían visto las partes que ella no podía ni siquiera imaginar sobre Sasuke. Cuando era pequeño, cuando reía, cuando lloraba, cuando se ponía furioso, cuando era feliz con su persona más preciada, cuando amaba.

Los lugares donde creces guardan en sus esquinas cada recuerdo de ello celosamente, dispuestos sólo a mostrarse ante aquellos que los habían vivido de primera mano. Y aunque ella no era parte de ninguno de ellos, al menos podía sentirse feliz de saber que existían, que pese a todo lo que había ocurrido para que ahora él fuera una persona que se encerraba en su propio mundo lleno de dolor y tristeza, alguna vez su querido gato callejero conoció el calor de un hogar y de una familia que lo amaba.

Él conocía la felicidad

Probablemente había sido una entrometida desde el principio, pero sencillamente no había podido ignorar sus sentimientos. Si algo había aprendido de su condición es que no puedes quedarte con los brazos cruzados todo el tiempo. Vale, quizás ya no había un futuro inamovible delante de sus pies, pero por lo menos podía hacer que valiera la pena recordar su vida allá donde fuese que terminara cuando su corazón se apagara.

Ya había decidido darle el esto de su tiempo a Sasuke.

El que él la hiriera y ella aceptase eso, habían sido las mentiras más dulces que jamás creyó decir.

Honestamente, a pesar de que intentaba convencerse de lo contrario, sería una idiota si no admitiera que, en realidad, ella también quería ser feliz.

Ella quería vivir.

Pero no quería desperdiciar la fuerza que le restaba peleando contra el destino, no quería luchar contra su enfermedad tan voraz, porque para ella era mucho más precioso estar al lado de sus seres queridos.

Más que estar encerrada en una habitación fría conectada a maquinas que le contaban la vida en sus característicos pitios agudos, era casi un milagro poder ser capaz de tomar la mano de su padre, ver la sonrisa de su hermana, escuchar los consejos de su primo, reír al lado de sus amigos, acariciar a Uchiwa, o sólo quedarse recostada al lado de Sasuke toda la noche.

Cada uno de esos momentos, eran los más grandes tesoros que colmaban su existencia de una felicidad pura.

Por ello es que podía soportarlo.

Say Goodbye Dear Stray CatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora