13

1.9K 110 13
                                    

Kevin Álvarez

Nueva York, Estados Unidos.

Me aferró tanto a los recuerdos que me trae esta ciudad y con mi querida Richelle, quién tomaba mi brazo y tomaba la mano de nuestra hija, mientras nos encaminamos a la salida del hotel.

Aferrándome a nuestra historia de amor, a nuestra pequeña historia de amor vivida hace 9 años en Nueva York, en aquel verano llevábamos apenas 8 meses de noviazgo, nuestro último viaje juntos a decir verdad por que luego de eso, mi mundo se fue abajo cuando la tenía que dejar.

—¿Recuerdas nuestro tiempo en Nueva York?

Ella sube su mirada, y una hermosa sonrisa se asoma en sus muy bonitos y delgados labios.

—Fue asombroso.

Los tres subimos al auto que había rentado a nuestra llegada a Nueva York aproximadamente hace siete horas.

—Ya casi es navidad, mami.—Dice Keira en la parte de atrás del auto, Richelle se gira a ella y hace que su vestido de seda azul se suba un poco.

Richelle era como un suspiro, sus ojos marrones profundos, era mi querida.

Mi querida y amada Richelle.

—¿Qué te ha dicho Nailea? No he tenido tiempo de preguntártelo por tantas cosas que hemos hecho en estas horas.

—Debo confesar que no se lo tomo bien el que tuviera una hija... y menos contigo.

Ella acomoda su cabello para atrás y se acomoda en el asiento, yo continúo hablando.

—Pero le he dicho que tengo que pasar esta fecha con ambas, porqué las he dejado por ella mucho tiempo.

—¿Y han solucionado eso?

— No — Suelto una carcajada — Al regresar hablaré de nuevo con ella, lo que a mi me importaba eran ustedes dos.

—Realmente siento causar conflictos.

—Dejemos ese tema por la paz, ¿Has pensado lo que te dije?

Ella me mira, yo le sonrió pero no recibo una sonrisa de vuelta.

—He dejado a mi prometido por hacer feliz a nuestra hija, pero no he pensado en volver a intentarlo.

—¿Te vas a casar?

—Me lo ha propuesto hace unas semanas, no pensaba en tu regreso Álvarez, no de nuevo.

No digo nada más por que me adentro al estacionamiento.

—He reservado el lugar privado.

—¿Con la vista a la ciudad, verdad?

El señor mira su libro, asiento.

- Tome su tarjeta, y puede estacionarse en donde lo desee, joven Álvarez y feliz navidad familia Álvarez.

Dice el entregándome la tarjeta e inclinándose levemente para desearnos feliz navidad a los tres.

—Feliz navidad a usted también.

—¿Esperaremos las doce aquí?—Richelle pregunta viendo por la ventana, mientras yo parqueaba el auto.

—Si, ¿Les gusta? Puedo buscar otro lugar si gustan.

—Por favor papi relájate, es muy lindo.

Yo miro a Richelle que me mira igual, ambos giramos a Keira.

—¿Me dijiste papi?

Las mejillas de mi hija se adornan con un pequeño color carmesí que combinan a la perfección con su hermoso vestido.

OVER AGAIN- KEVIN ÁLVAREZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora