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Jimin

Eunji y yo seguíamos besándonos. Yo tomaba con fuerza su nuca mientras ella sobaba mi erección con su mano. Coloqué mis manos sobre sus senos y los apreté mientras trataba de quitar su pijama, esto realmente estaba pasando, mi petición estaba punto de hacerse realidad.

Estaba un poco nervioso que no lograba quitarle la blusa. Eunji lo notó y para ayudarme lentamente se fue despojando de su pijama, una simple camiseta enorme, quedando solo con un conjunto de ropa interior negro y ese tatuaje de libélula enmedio de sus senos.

Me tomé el tiempo de apreciarla, Eunji era hermosa. Coloqué mis manos temblorosas en los tirantes del brasier deslizándolos lentamente hacia los lados . Estaba muy excitado y mi erección se sentía más apretada, por primera vez la vería desnuda, –Tranquilo–, aleja mis manos con suavidad y deja un corto beso en mis labios.

Ella bajó de mi regazo y se movió un poco más hacia abajo,  se acomodó entre mis piernas subió sus manos a mi pantalón de pijama dandome una mirada que no ayudaba para nada a mi exitación, comenzó a bajar este y yo la ayudé levantándome un poco para facilitar el trabajo. Mi erección salió, ella coloco su suave mano sobre mí y lentamente comenzó a masturbarme.

Sus ojos fijamente sobre los míos me hacían sentir mas exitado, trataba de contener mis jadeos pero me era imposible con esas vistas. Se detuvo por un momento, me dio un beso en la punta y se metió toda mi erección en su boca, movía su cabeza de arriba abajo, era la segunda vez que pasaba y me encantaba que lo hiciera.

Sujeté su cabello, dejando de contener mis gemidos. Si seguía así, pronto iba a terminar nuevamente en su boca, pero antes de que eso pasara Eunji sacó mi erección y se relamió los labios. La imagen de ella haciendo ese gesto no ayudaba para nada y solo aumentaba mis ganas de tenerla.

Nuevamente subió y se acomodó en mi regazo, bajó sus manos cerca de mi cintura, solo para tomar el dobladillo de mi camiseta y poder quitarmela. Cuando la prenda cayó al suelo, llevó sus manos a su espalda, quitando su brasier, dejando verla por primera vez así, desnuda, apreciando ese tatuaje en su máximo esplendor.

Estaba nervioso, pero también sentía esa tentación de tocarla. Eunji notó mi mirada y tomó una de mis manos para acercarla a sus senos. Me quedé quieto por un momento, mirándola fijamente, pasé saliva y comencé a mover mi mano en forma de caricia mientras subía la otra para cubrir por completo sus pechos.

Recorrí con mi boca su cuello, besando y chupando cada centímetro de su piel como un desesperado. Dejé de sobar sus senos y bajé mis manos a su cintura para quitarle la única prenda que traía puesta, sus  bragas negras. Ella se levantó de mi regazo y finalmente quedamos desnudos, los dos.

Se acostó sobre la cama y volteó a verme, simplemente hizo un gesto con su cabeza, algo que entendí. Me moví y ella abrió un poco las piernas mientras yo me acomodaba sobre ella, me acercó para besarnos nuevamente, con total deseo. Eunji sujeto mi pene con su mano y lo dirigió a su entrada, me dio un beso en la mejilla y después me susurro, –Ahora encárgate tú–, 

Sus manos estaban en mi espalda mientras yo me separaba un poco para verla, así, debajo de mí. Comencé a empujar lentamente mi erección, al sentir el primer toque de nuestras intimidades ella soltó un gemido leve y verla así no hacían más que emocionarme más por todo lo que estaba pasando. Seguí empujando hasta que sentí toda la sensación de calidez y humedad que me dejaron en blanco, hacer esto es mejor de lo que hubiese imaginado.

Ménage à troisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora