Capítulo 5

56 7 0
                                    

Inuyasha

.-Que bueno que has venido Inuyasha.

.-Parecía preocupada esta mañana, no dude en venir. ¿Sucede algo con Kagome?.- Pregunto a la señora Naomi una vez que me deja entrar.

.- Ayer hemos ido a consulta rutinaria de Kagome,  y ella regreso muy deprimida. Le he preguntado ya varias veces que le dijo la especialista y se niega hablar, incluso cuando llegamos a casa se encerró y no a querido salir siquiera a comer, me preocupa eso es especial, ya que cada que la especialista le dice que subió de peso, ella deja de comer creyendo que con eso bajará de nuevo.- Explica y entiendo el sentir de la Señora.

Ver que tu hija se autocastigue de tal manera por una enfermedad de la cual ella no es culpable, debe ser devastador. Siento impotencia de hacer algo siquiera, la última vez aunque me agradeció haberla ayudado, estaba molesta por el hecho de querer hacerle entender que debe poner una denuncia contra Kykyo.

.-Creí que sí tu hablabas con ella, talvez..... y de verdad solo talvez tu puedas hacerla salir de su cuarto para que pruebe algún bocado.- El tono suplicante de la señora me enternece. La tomo de las manos en señal de apoyo y me levanto del sofá.

.- Are el intento.- Digo y ella sonríe.- Pero la última vez que ella y yo nos vimos tuvimos una discusión.- Digo y me mira achicando sus ojos.- No, me mal entienda solo quise hacerle entender que debe poner una denuncia a Kykyo.- La veo suspirar y entonces me guía hasta la habitación de Kagome.

El olor a rosas y fresas están impregnados por todo el pasillo de su habitación. Una puerta verde me resive, al centro de esta y en letra cursiva de color rojo, está su nombre.

.- Kagome, hija tienes visita.- Anuncia su madre de manera suave mientras toca la puerta.

.- No quiero ver a nadie,  madre.- Se escucha desde adentro. Arrugo el ceño, se escucha bastante apagada su voz.

.-Hija es alguien que podría hacerte sentir bien.- Ruega.

.- Si trae la maldita cura para esta enfermedad de mierda que tengo, que adelante pase, si no es así... que se large.- Miro asombrado a su madre.

.- Estas bastante molesta, como para decir maldiciones.- Digo y enseguida se escuchan pasos al interior de la habitación. La puerta se habré y allí está ella. Despeinada, ojerosa y con una cara de pocos amigos.

.- Inuyasha, ¿Que haces aquí?.- Pregunta y enseguida escudriña a su madre que se encuentra atrás de mi. Siento el agarre de su madre y entiendo el mensaje.

.- Iba a casa de Miroku y me pareció buena idea pasar a invitarte a salir un rato.- Digo y ella perece no creerme.- Supuse que el mal rato que te hizo pasar Kykyo debió ser traumante para ti.

.-Yo lamento lo de hace un momento.- Dice cabizbaja y aquí viene de nuevo ese pequeño lado sumiso que posee. Pero sus ojos no tiene brillo, es como esas veces cuando Naraku la atormenta.

.- Entiendo y se que debes tener un motivo válido para estar así, no te pediré ninguna explicación sobre ello a menos que tú quieras hablarlo, despues de todo soy ahora tu nuevo amigo, no es así.- Digo y a ella parece volver a la vida.

.- Si lo sé, ya me lo has dicho varias veces.- Dice en con desgana y rodando los ojos.

.-Kagome se educada.- La riñe se madre.- Vino hasta aquí para ver si estabas bien.- Kagome se encoje de hombros.

.-Te espero abajo.- Aviso y camino detrás de su madre quien se dirige a la planta baja.

Kagome

Entro a mi habitación nuevamente para ponerme algo desente y salir con Inuyasha. Busco en mi armario ropa cómoda, pero me resulta difícil. Cada prenda que saco es cada vez más grande que la otra, y entonces las palabras de la especialista resuenan en mi cabeza.

El peso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora