KAGOME.
.-Podemos hablar un momento.- Me pidió Inuyasha para mi sorpresa. Asentí despacio.- Chicos vuelvan al aula y avisen que Kagome se siente un poco mal y que la llevaré a casa, Sango te encargo nuestras mochilas.- Ella asintió sin hacer preguntas, tal vez imagino que el y yo teníamos cosas de las que hablar.
.- Kagome, ¿te marchas?.- Me pregunto Koga preocupado.
.- Solo será hoy, mañana asistiré de nuevo.- Era mi imaginación o Koga parecía más atento de lo normal. Sentí un escalofrío en la espalda y vi que Inuyasha nos miraba.
.- Vamos.- Inuyasha tomo mi mano y me guío hasta el estacionamiento donde me ayudo a entrar.
Conducio unos minutos hasta que llegamos al templo que se encontraba en mi casa. Parecía pensar en algo mientras subia las escaleras. ¿Y si quería terminar nuestra amistad?. No. No había roto tanto nuestra amistad, ¿o si?.
Un sentimiento de inquietud me invadió. No quería volver a estar sola, tenía miedo de que si Inuyasha se iba, los chicos también lo harían. Después de todo me hice amiga de ellos gracias a Inuyasha.
Lo vi acercarse al árbol sagrado, ese que mi abuelo cuidaba como si de un tesoro se tratase. El siempre dice que cuando tenga alguna inquietud, venga aquí, que la sabiduría del árbol me ayudará a pensar las cosas. El día del incidente con Kykyo, había venido aquí antes de irme al instituto. Tenía la duda sobre si era lo correcto decirle a Inuyasha que estaba enamorada.Se sentó junto al pie del árbol y se recostó. Se veía realmente apuesto. Entonces entendí, como alguien como Inuyasha podría fijarse en alguien como yo. Una chica con 0 atractivo físico. Osea yo era una chica gorda que soñaba con que el chico apuesto del instituto se enamorara de mi, la fea. Que ilusión tan grande. Sentí humedad en mi rostro y sentí con mis manos la lágrimas que caían de mis ojos. Estaba más que claro. Kykyo siempre tuvo razón, Inuyasha y yo somo realmente incompatibles. Era algo que siempre supe, pero mi estúpido corazón quería creer que no, quería que fuera verdad, quería aferrarse a una pequeña esperanza. Sin poder evitarlo derrame lágrimas en silencio, las cuales limpiaba con mis manos evitando hacer demasiado ruido como para hacer que Inuyasha me mirase.
.- Lo siento.- Dijo de repente.- Se que el motivo de tu llanto soy yo.- Lo sabía.
.- No, yo no estoy....
.- No mientas, te conosco lo suficiente Kagome.- Me interrumpió.- Yo no quiero hacerte sufrir, pero tampoco quiero hacerte creer algo que no, por eso es que te traje aquí.
.- Inuyasha yo...
.- Permiteme un momento, si.- Volvió a pensarlo un momento y finalmente habló.- Eres libre de decidir si quieres que me quede a tu lado, o si quieres que me aleje en definitiva de ti. Yo aceptaré cualquier cosa que decidas.
Había posibilidades de aún permanecer a su lado.
Creí que no habría ningúna y que venía a despedirse..- ¡Quiero permanecer a tu lado!.- Corrí hasta tirarme al suelo de rodillas donde el esta. El me abrió los brazos para poder abrazarlo.
.- Gracias Kagome.- Agradeció pero no sabía porque.
.- Gracias a ti, no me veía a mi sin ti, fuiste tu quien me brindo ayuda cuando más sola estaba.- Agradeci de todo corazón mientras lo abrazaba.
.- Kag, puedo hacerte una pregunta.- Dijo mientras acariciaba mi cabeza.
.- Si.
.- ¿Hay algo entre tu y Koga?.- Reí sin querer. No entendía a qué se refería.
.- No entiendo.- Respondi alejandome un poco.
.- Olvidalo.- Contesto restándole importancia. Se puso de pie y me tendió la mano para ayudarme.
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El peso del amor
FanficPadecer sobre peso siempre se ha visto mal en cualquier parte del mundo, no hay persona a la que le agrade ser obeso u obesa. Las personas "normales" tienden a maltratar y menospreciar a personas que padecen este tipo de enfermedad. Nadie sabe cuál...