Capítulo 29

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[ IVÁN ]

Susan...

Su nombre estaba en mi mente, adherido a mis pensamientos desde hace dos días.

¿A dónde fué? ¿Por qué no me responde? ¿Estará bien?

Esas y muchas otras preguntas rondaban y me preocupaba.

Me enteré que se había ido del apartamento cuando ví al tipo entrar a su casa y que ella no mostrara rastros al día siguiente.
Creí que podría verla en la cafetería en dónde trabaja, más sin embargo ella no estaba allí.
Sus amigas no decían nada y claro, no tenían porqué hacerlo; Susan había decidido a quién decirles sus problemas.

Aunque dolía que no me hubiera avisado al menos

No sé cuándo volveré a verla o saber algo de ella. No responde mis mensajes ni llamadas y dejé de hacerlo ya que no quiero molestarla, necesita su tiempo.

Quisiera poder hacer algo, quitarle las cargas que la afligen... Más no puedo.

Suspiré y entré a la cafetería. La chica Melissa me da la bienvenida y prepara el café.

—Gracias— dije entregando el dinero y tomando mi café. Ella no suelta en envase y me hace alzar la mirada y verla— ¿Si?

—¿Tienes un momento?— pregunta con cautela

—Sí, claro

Ella sonríe. Se quita su mandil y le susurra algo a la rubia, quien me mira con una ceja alzada y después asiente.
Ella camina hacia una de las mesas y yo la sigo, ambos tomamos asientos y espero a que ella hable.

—Bueno...— comienza a hablar y comienza a juguetear con sus dedos, está nerviosa— Sé que no me corresponde decirte todo sé que estás preocupado por Susy, pude notarlo en estos días. No sé comunicó contigo ¿verdad?

Sonreí y negué— No, pero no quiero molestarla. Solo espero que esté bien.

—Oh sí, ella está bien... Bueno, no del todo bien— Melissa suspira— La está pasando difícil ahora gracias al imbécil ese...

Por supuesto que sí

—Estaba bastante mal después de que él le hizo todo eso, desde que la dejó por otra Susan estaba decaída— Ella alza la vista y sonríe— Pero todo cambió cuando te conoció.

Alcé ambas cejas en sorpresa.

—Comenzó ser la misma de antes y se veía recuperada, se veía feliz cuando venías y cuando salían y aunque ella no lo admita se que tiene sentimientos por tí.

—¿Cómo? ¿Por mí?

—Y tú igual ¿no?— ella sonríe de lado y me señala— Se nota en tu mirada y además, quién invitaría a una chica a un viaje solo para que no se aburra, eso es imposible así que solo hay una respuesta y es que Susy te gusta

Sonreí y miré a la ventana— No te equivocas.
Susan es una mujer hermosa y no hablo de su físico, su alma también lo es...— suspiré — No creí que ella llegaría ser tan importante en mi vida y aúnque quise confesarlo, desgraciadamente pasó todo esto y la oportunidad se fué, ahora he estado pensando en que no debo presionarla.

Regreso la mirada hacía Melissa quien me observa con dulzura.

—Hazlo, dícelo, confiesalo.

—Esperaré a qué regrese y esté mejor.

—No, debes ir con ella y decirlo— se levanta de la mesa

Abrí los ojos con asombro y ella jala de mí nuevamente hacia el mostrador. La rubia frunce el ceño al ver a Melissa.
Ella me suelta y toma un lapicero y una servilleta dónde comienza a escribir una dirección.

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