Capitulo 9

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Suspiro cansada y mi cabeza palpitar de dolor. Últimamente no he podido dormir bien y despierto de madrugada, para después no poder conciliar el sueño y estar despierta hasta que amanece y levantarme para ir a trabajar.

Melissa pidió el día debido a que tuve que hacerse un chequeo médico y que ahora pasará la noche allá.

Zara y yo quedamos de acuerdo en ir a visitarle después del trabajo, no importando si es bastante tarde para las visitas.

Para nuestra extrañeza, el jefe nos dejó salir un hora antes de la común por lo que ambas dimos un brinco de alegría para después salir con prisa al hospital.

Cuando llegamos preguntamos en recepción y nos dirigimos a la habitación en dónde estaba.

Después de darle una grata sorpresa a Melissa que hizo que casi se cayera de la camilla, ahora las tres estamos sentadas en la cama hablando de trivialidades y algún debate que hace que Zara terminé diciendo algunas maldiciones.

—Me alegro que hayan venido pero no era necesario — dice Melissa en una sonrisa.

—Me obligaron a venir— dice Zara en tono aburrido.

—Claro~— se burla mi amiga y comienza a reír. Su alegría me contagia y después ambas reímos a carcajadas de la nada mientras que Zara intenta encontrar la gracia y nos regaña de ser infantiles.

La puerta del dormitorio se abre y todas volteamos para ver a un apuesto chico entrar con algunas bolsas en mano.

—¡Veniste!— exclama Melissa

El chico rueda los ojos y se acerca para dejar las bolsas en una mesita cerca de la camilla.

—Ya es tarde, debes dormir — dice él

—Ya sé — hace un puchero.

Zara mira fijamente al chico y se acomoda un mechón de cabello detrás de su oreja.

Vaya que no tiene vergüenza alguna.

Melissa parece captar la indirecta y rápidamente exclama—¡Oh! Claro, tú no lo conoces— toma el brazo del chico— Él es mi hermano. Dylan, ella es mi...— parece pensar que decir— Bueno, ella es Zara.

La rubia abre los ojos sorprendida y luego sonríe apenada.

—Somos amigas, mucho gusto

—Igualmente— dice Dylan quitando su brazo del agarre de su hermana.

Melissa vuelve a hacer un puchero y Zara la regaña. Me río ante las muestras de afecto de ambas chicas y luego noto que Dylan mantiene su mirada fija en mí.

Susurró un “Hola” y él me sonríe.

A Zara le llega un mensaje de que la están esperando afuera y ella se despide primero. Yo me tomo unos minutos más y finalmente también me retiro.

Dylan se toma la molestia y decide acompañarme hasta mi apartamento.

—No es necesario que me acompañes, estaré bien esperando sola.— intento convencerlo antes de salir del hospital.

—Es por esa razón que te acompaño, es muy tarde para que andes sola— dice en tono tranquilo

Sonrío resignada. No hay manera de convencer a este hombre.

Ambos salimos del hospital y un frío me recorre cuando una ventisca golpea mis brazos desnudos.

Saco rápidamente mi suéter de mi bolso y me lo pongo.

Suspiro y miro a Dylan mirar sus pies incómodo.

—Sabes no te saludé como es debido antes— volteo hacia él regalandole una sonrisa— ¿Cómo has estado? ¿Qué tal te está llendo?

Dylan voltea y encoje los hombros— Muy bien, aunque el trabajo es igual— me sonríe— ¿Qué hay de tí? Te ves mucho mejor.

—Sí bueno— río con cierta vergüenza —Me esfuerzo en sobrevivir

Él se queda en silencio unos segundos y después sonríe mostrándome sus dientes— Me alegra escuchar eso

Ambos nos quedamos en silencio mirando a la calle. Ya han pasado tres taxis y ninguno de los dos hizo parada, por alguna razón siento que él tiene algo que decirme.

Lo sé porque lo conozco desde hace tiempo, casi al mismo tiempo que conozco a Melissa.
Él y yo nos volvimos muy cercanos cuando comencé a salir con, bueno, él.

Sé que de alguna forma, Dylan se siente culpable pero es algo que no se pudo predecir, por lo que lo que yo viví al lado de esa persona es ajeno a los demás.

—Estaba preocupado por tí — dice de repente y volteo a verlo sorprendida.

—¿Por qué?

Él me mira serio— Si... Melissa me dijo que estabas un poco decaída con tu ruptura.

Desvío la mirada avergonzada— Lamento que tengas que preocuparte, fue insignificante.

—Por supuesto que no, eso no fue insignificante— dice con seriedad. Con el tono de voz que un padre ocupa para hablar— Somos amigos y aunque no lo creas, me molesta que él haya sido capaz de hacerte daño.

—Dylan...— suspiro y cierro los ojos— Es cosa del pasado y no tiene caso darle importancia ahora. Estoy bien.

Él también da un corto suspiro relajando sus hombros y mira a la calle.

—Si, lo sé. Perdón por reaccionar así— un taxi se acerca y Dylan hace parada— Me sentí inútil, pero quiero que sepas que no dejes de hacer lo que estés haciendo, las personas que te queremos deseamos verte feliz.

Él se gira para verme y sonríe — Y no olvides que Melissa y yo te apoyamos.

Siento mis ojos ponerse llorosos y sonrío.

—Gracias...

Él extiende sus brazos y me acerco para abrazarle.

Me subo al auto y miro a Dylan una vez más antes de emprender viaje.

Me recuesto sobre el asiento y cierro los ojos.
Se qué si la vida me privilegió con estos amigos, el futuro que me espera es mejor. Así que no tengo derecho a rendirme.

A mí nariz llega un olor a cigarro y anteriormente, cuando olía aquel aroma, mi mente solo me mostraba desagradables recuerdos... Pero ahora, lo primero que recordé fué a aquel hombre, con un cigarro, la mirada perdida en las estrellas mientras que de sus ojos escurrían gruesas lágrimas. La noche era igual de fría que ahora... Mi mente solo pensó en Iván.

[🚬]

Este capítulo fué más largo que los anteriores. No me gusta escribir demasíado, pero lo ví necesario en este capítulo.
Espero les haya gustado y gracias por leer.

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