Capítulo 27

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—Iván...— murmuré sorprendida.

¿Desde cuándo está ahí?

—¿Y tú quien eres para decirme que me detenga?

—Eso debería de importar cuando ella ya te dijo que te alejes...— dice acortando los pocos pasos que hacían distancia— No causes más problemas y vete.

Jason soltó una risa burlona y volteo a verme— Así que es él ¿Enserio? ¿Un tipo así Susan? Bueno, déjame decirte que tus expectativas no son tan buenas— se giró hacia Iván, para encararlo— Mira, yo no me voy a ir en primera porque este apartamento es mío y segunda, porque ningún imbécil como tú me va decir que hacer.

—Jason...— lo llamé, temerosa de que pudiera hacer algo.

Sabía que él era un hombre impulsivo que se atrevería a golpear solamente por el echo de hacerlo enojar.

Miré a Iván y noté como su mandíbula se tenso más no mostraba ningún tipo de expresión, se mostraba tranquilo.

—No debería meterme en este asunto pero fué ella quien te lo pidió y tú no la estabas escuchando por lo que me ví en la necesidad.
Ahora ya estoy involucrado y te voy a pedir que dejes ir a Susan y ni siquiera se te ocurra ponerle una mano encima.

—Já, debes estar jugando si crees que voy a dejar que mi novia se vaya contigo.

—Me pareció escuchar que ella dijo lo contrario e muy independiente de eso, es ella la que debe decidir si quedarse contigo o no.— Iván volteo a verme y en su mirada me decía que me fuera con él.

Y yo también quería estar con él antes que con Jason

—Eso es un malentendido, Susan no quiso decir eso ¿no es así amor?— Jason me da una mirada junto con esa sonrisa que hacía para manipularme. Esa mirada frívola que me daba miedo y me hacía estar siempre bajo sus palabras...

Una mirada que ya no funciona

—Yo dejé en claro que ya no tenemos ese tipo de relación Jason— dije en un suspiro 

Él alzó las cejas sorprendido y aproveché el momento para caminar hacia Iván. Él no muy contento con mi respuesta y mi acción, tomó mi brazo apretándolo haciéndome soltar un jadeo de dolor.

—Te atreves a desobedecer Susan

—Jason... Suélta-

Mi oración es interrumpida al momento en que un golpe se estrelló contra su mejilla haciéndolo tambalear y soltarme.

—Te advertí de no tocarla— dijo Iván aún aparentando su mano.

—¡Iván!— exclamé asustada y sorprendida.

Más aún cuando Jason escupió sangre y le dió una mirada de advertencia a Iván, mientras su enojo se hacía notable.

—No debiste haberme golpeado— dijo antes de aventarse hacia Iván y comenzar a golpearlo.

De un momento a otro todo se volvió un caos. Ambos comenzaron a pelear e intentaban someter al otro.
La pelea estaba un tanto dispareja ya que Iván no le regresaba los golpes, sino más bien como que trataba de esquivarlos o minimizar el impacto. No sabía si eso sería bueno o malo, pero debían detenerse.

—¡Detenganse!— grité y pronto el otro vecino salió y llamó a la policía — ¡Alto! ¡Basta!

Jason golpeó la cara de Iván y le hizo un corte abajo del ojo, a lo que él le respondió con un puñetazo en el abdomen a Jason y lo tumbó al piso. Creí que eso sería suficiente para que él se diera por vencido y se fuera, pero eso solo lo enojó más y volvió a agarrar a golpes a Iván.

Quise separarlos pero no pude y fué hasta que la policía llegó que ellos dejaron de pelear.

Jason fué esposado y posiblemente pasaría la noche en la comisaría después de que todos dijimos que fué él quien empezó la pelea.

A todos nos hicieron preguntas y aunque yo evité decir que había sido agredida por Jason, Iván no se quedó callado y explicó que no iba a permitir que llegara a mayores, así también explicó que él solo trató de defenderse.

Ante nuestros testimonios, la policía dijo que no habría cargos en él y que era mejor que fuera al hospital a checar sus heridas.

Jason me dió una mirada y me sonrió— Voy a volver— fué lo último que dijo antes de que se lo llevaran.

No siquiera le tomé importancia a su amenaza cuando Iván estaba a mi lado con la nariz y mejilla sangrando.

Él dió un suspiro y secó la sangre que salía de el corte que tenía.

—Dejame...— dije acercando mi mano a su rostro, cosa que él se alejó antes de que lo tocara.

—Estoy bien, no te preocupes— respondió

Su voz sonó cortante y molesta. No pude evitar que mis ojos se llenarán de lágrimas.

Estaba avergonzada, molesta, triste y harta de que siempre me pasen estás cosas.

—Lo siento mucho— murmuré mientras una lágrima se escurría por mi mejilla— No creí que fueras a estar involucrado en todo esto... Se supone que tenía que irse antes de que llegarás...

—Susan...

—Y nuestra cena se arruinó por su culpa— hice puños mis manos— Él siempre viene a arruinarme.

—Susan— dice Iván tomando mi rostro entre sus manos— Ni esto ni nada de antes fué tu culpa, yo me metí en esto porque no me quedaría viendo como ese tipo te hablaba de esa manera y menos cuando te agarró de esa forma... Perdón de que solo pude empeorar las cosas.

Mis lágrimas no paran de salir y bajé la mirada para ocultar mis sentimientos ante la mirada preocupante de Iván.

Al final si fué mi culpa

Volví a mirarlo y una gota de sangre escurrió en su mejilla.

—Yo... Quiero curarte— murmuré tocando cerca de su herida. Él no dijo nada pero al final asintió y entramos a la casa.

[...]

Limpiaba con cuidado el corte pero aún así Iván no evitó poner una mueca de dolor.

—Lo siento...— dije alejando el algodón.

El soltó un suspiro y cerró los ojos— Estaré bien, no te preocupes.

Asentí y puse una bandita que al ser tan pequeña solo cubrió la mitad de la herida.
Él sonrió al ver el diseño que tenía y eso me calmó un poco.

Nos quedamos en silencio, solo mirando el suelo.
No sabía que pasaba por su mente, no sabía que pensaría de mí ahora que había escuchado todo lo que me había pasado.
¿Tendrá lástima por mí? ¿Pensará que soy patética y débil por no haberme alejado a tiempo?

“Es obvio que le gustas”

¿Le seguiré gustando?

—Susan— habla y volteo a verlo. Su mirada sigue fija en el suelo— Es... Es verdad lo que dijiste, sobre que te golpeó.

—Sí

—¿Tus amigas saben de eso?

—No...

Él voltea a verme— ¿Nadie lo supo?

—Yo no tuve el valor para decirles eso... Solo dije que me había engañado— bajé la mirada.

—¿Pasaste todo es sufrimiento sola?

Mis ojos vuelven a cristalizarse y no respondo.
Lo escucho suspirar y siento que está molesto, más sin embargo, fué toda una sorpresa sentir un abrazo de su parte.

—Lo siento— fué lo único que dijo y por segunda vez, sentí que su consuelo llegó a mi corazón.

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